30 años al cuidado de los callejeritos

En Roca existe una asociación que se dedica al cuidado de los perros callejeros desde hace décadas. La responsable de semejante movida asiste y contiene a un importante número de canes sin dueño, obviamente con la colaboración de varios vecinos, comercios e instituciones locales.

30 años al cuidado de los callejeritos

Desde hace 30 años, los perros callejeros de la ciudad, cuentan con un “ángel” que los asiste de manera incondicional. Haydeé Cuevas es la presidente de A.P.A. (Asociación Protectora de Animales) y lleva adelante una tarea, un poco a pulmón y un poco con la ayuda solidaria de varios colaboradores, además del municipio local, veterinarios, bomberos y policía.

Entre mate y mate, Haydeé nos contó cómo se formó la Asociación y cuál es su trabajo con los canes.

¿Cómo se forma la protectora?

Antes, salía la perrera de tardecita hasta la noche. Recogía los perros y si no los iban a retirar, luego de pagar una multa, los sacrificaban. En esa época se me había perdido un perrito que me había regalado. Se llamaba Lupi. Todos los días íbamos al “vivero” a ver si estaba. Pero nunca la encontré.

A raíz de esa situación comenzamos a reunirnos. Entonces me llama Dorita Pifarré y me pregunta ¿qué vamos a hacer con los perros? En ese momento se empezó a juntar gente para proteger a los perros de la calle y se formó una comisión de lujo. Había de todo: amas de casas, maestros, bioquímicos, doctores, abogados.

¿Con cuántos perros comenzaron?

Eran 35 perros, entre ellos unas madres recién paridas y los teníamos en un terreno prestado detrás del autódromo, de uno de los integrantes de la comisión. Pero en algún momento hubo que devolver ese terreno. El tema era el lugar. Me dijeron que teníamos que ir a la municipalidad, y me mandé….

¿Cuál fue el primer lugar que les cedió el municipio?

El lugar fue “el vivero”. Ahí se sacrificaba a los canes, imaginate mi asombro y el de Dorita. ¿Ahí dónde matan perros? volví a preguntarle al funcionario municipal y me respondió que no tenía otro lugar, pero me tranquilizó diciéndome que no me hiciera problema, que allí iban a estar bien.

Fue así que empezamos con el traslado de los perros y desde ese día comenzó a funcionar la protectora.

El funcionamiento en el vivero, trajo muchas otras cosas anexas, además de la cercanía porque estábamos más cerca de todo. También muchos chicos del barrio iban a tomar la merienda al volver de la escuela, a desayunar y hasta comer, todo salía de nuestro bolsillos. Muchas veces se transformaba en refugio y comedor.

Con Dorita juntábamos las monedas para la nafta para llegar hasta el predio. Algunas veces conseguíamos que alguien nos llevara con las ollas con comida. Era todo a pulmón, con mucho sacrificio y de la gran comisión directiva, por una cosa u otra, fui quedando sola.

Tengo mi grupo, gente que me ayuda hace muchos años. Hacen la comida. Los perros en la protectora comen tres veces por día. Dos comidas caseras y el “caramelo”, como yo le digo, que sería el alimento.

Nuestro próximo paso era conseguir la castración gratuita y lo logramos.

¿Cómo solventan los gastos?

La mayor parte sale de mis ingresos. Tengo un mínimo grupo de socios, los cuales aportan $50 por mes y eso va destinado a polenta y arroz. Y por supuesto, desde hace años, muchos comercios que me conocen y saben como soy colaboran conmigo, tanto mayoristas como minoristas con alimentos que se les rompen, etc. Y para mí es una gran ayuda, lo cual agradezco profundamente.

¿Cómo se genera el nuevo grupo de colaboradores de APA?

Esto surge porque el municipio decidió levantar de la vía pública dos perros denunciados por transeúntes debido a que mordían cubiertas y neumáticos. Desde la municipalidad me consultaron si podía llevarlos a la protectora, y como ellos siempre me brindan ayuda, yo les dije que si.

Un grupo de proteccionistas comenzó a reclamar afirmando que la municipalidad había matado a los perros. Ésta gente se metió a la propiedad, el terreno fue cedido por el municipio, pero APA es una entidad privada, una ong. Entraron sin permiso, abrieron los caniles y se llevaron a los perros. Por este episodio tuve que realizar una denuncia, ya que desde el momento que los perros entraron a la protectora, soy la responsable.

Y en la vida existen personas que critican y otras que hacen. Gracias a Dios esta gente, de la cual estoy más que agradecida, se organizaron y formaron un grupo maravilloso, donde colaboran con la limpieza, tareas y atención de los perros. Son más de setenta voluntarios, de gente hermosa y yo feliz.

Facebook: Colaboradores APA Gral. Roca


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