Miles de kilómetros de ruta haciendo música

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Andrés Tolcachir es un director flaco, alto, amable y de muy buen humor. Tiene 34 años y apenas dejó la academia en Argentina hizo una experiencia inició en Europa un derrotero de gran nivel profesional. En junio dirigió la Orquesta Sinfónica de Neuquén en el Ruca Che, con la ópera «Cosi fan tute». Este fin de semana dirigió a su reciente creación, la Orquesta Sinfónica Baires, en la Catedral de Bariloche.»Hacer música en la Catedral de Bariloche es un privilegio excepcional, fue una experiencia fantástica. Tiene una excelente acústica, que es algo que uno siempre observa cuando toca en un ámbito como éste, lo que permitía escucharnos perfectamente. Además es un ámbito muy estimulante, no sólo adentro, sino que llegar a la Catedral, con el fondo del lago Nahuel Huapi, es realmente algo único», expresó.

Con el mismo intenso entusiasmo con el que dirige, desgranó el concierto de Bariloche, que comenzó con obras para la singular conjunción de marimba y orquesta del brasileño Ney Rosauro; y siguió con «La Pastoral», la Sinfonía Nº 6 de Ludwig Van Beethoven. Y tuvo un tema de Astor Piazzolla para el postre.

– Es singular la presencia de la marimba en primer plano en un concierto sinfónico, ¿no?

– La marimba es un instrumento que se ha sumado a la música académica hace varios años. Si bien es un instrumento folclórico tradicional de Guatemala, sur de México y otros países centroamericanos. En los últimos años han escrito varios conciertos para marimba y orquesta, y este de Rosauro quizá es el más importante de todo ese repertorio. Nos interesaba mostrar este instrumento y una obra de nuestros días, de un compositor brasileño muy talentoso.

– ¿Y la Sinfonía Beethoven?

– Al igual que la obra de Rosauro, también tiene elementos de la naturaleza. Es un concepto similar. La obra de Beethoven es magnífica y compleja, y nos permite oír perfectamente un arroyo, y otros elementos de un ambiente. Es como una sinfonía contemplativa de la naturaleza.

– ¿Es el primer concierto sinfónico de la orquesta?.

– No, el primer concierto sinfónico que hizo la orquesta fue en Buenos Aires, en el Jardín Botánico, al aire libre. Este es el segundo. Antes hicimos mucha ópera, recorrimos el país haciendo ópera. Hicimos 9.000 kilómetros desde Neuquén hasta Jujuy.

– ¿Qué tal fue la experiencia de Neuquén?

– Muy hermosa. Tuvimos 2.500 personas en el estadio Ruca Che, y era la primera vez que se hacía una ópera completa en Neuquén. Dirigí a la Orquesta Sinfónica de Neuquén, que es una orquesta de excelencia de la Patagonia, los que fue un honor y un privilegio. Hicimos «Cosi fan tute». Fue el único lugar del país en el que hice l ópera sin la Orquesta Baires, debido a su calidad y excelencia. Además estuvo el Coro del Comahue, y contamos con mucho apoyo local. Realmente fue una de las más hermosas experiencias de este año.

– ¿Qué les depara el futuro?

– En la nueva temporada seguiremos con mucha ópera y también viajar con conciertos sinfónicos. Esta es una orquesta profesional joven, que suena muy bien, y entre sus proyectos está hacer giras en el país, y también salidas al exterior. Vamos a hacer un repertorio sinfónico y de ópera, que es un poco lo que aprendí en Europa que hacen las orquestas. Eso hace crecer muchísimo al público y a los músicos».

– ¿Volverán a la región?

– Seguro. Por los comentarios de la gente de acá y la de Petrobras, estaremos el año que viene de vuelta en el Valle. Además, es muy probable que actuemos el año que viene en la Semana Musical Llao Llao.

– ¿Cuál es el balance de la Orquesta Baires, que nació este año?

– Muy positivo. Musicalmente, que estos jóvenes ya hayan hecho ópera y música sinfónica les da una madurez y desarrollo profesional muy importante. Y el hecho de haber viajado por todo el país y compartir lo que hacemos, es una experiencia muy positiva. Tenemos muchos planes y muchas ganas de empezar la nueva temporada de la orquesta.