Se reactivó el matadero de cerdos en Neuquén capital, pero preocupa la baja rentabilidad
El establecimiento del municipio recibe a más de 20 productores de Neuquén, Plottier, Senillosa y China Muerta. Ya piensan en su traslado.
El matadero municipal de Neuquén se reactivó bajo la supervisión del municipio, con la administración contratada a un privado y el auxilio de la provincia para asegurar su funcionamiento. “Hay reuniones para hacer un seguimiento y acompañamiento, se acordaron acciones de cada sector para que funcione”, dijo la subsecretaria de Comercio de Neuquén capital, Gabriela Cagol.
El 80% de los animales que se faenan en el lugar son de ciudades vecinas, por eso convocaron a otros municipios y a la provincia y está en análisis el traslado del establecimiento.
Extraoficialmente, los productores aseguran que hay criadores activos que no están llevando sus animales al lugar. Dos veces quedó desierta la concesión municipal. Actualmente, llevan su producción unos 25 criadores de cerdos de Neuquén, Plottier, Senillosa y China Muerta.
Según Cagol, un poco más del 10% de lo que se faena sale de Nueva Esperanza, el sector de granja de Neuquén capital que motivó la apertura. Ahora la urbanización superó las parcelas agrícolas en la zona.
El cierre se había producido en el último trimestre de 2024, en vísperas del Día de la Madre, y la reactivación llegó el 11 de diciembre, con menor actividad y bajo el signo de la “mesa interinstitucional”, dijo Cagol.
Faenan los lunes y miércoles. El resto de la semana son para análisis, certificación y sellos. EL matadero saca unos 500 a 600 cerdos por mes, con la faena de unos 100 lechones de menos de 12 kilos por semana. Y también se hacen los más grandes. El destino son las carnicerías de Neuquén y alrededores. En menor medida, las ferias.
“Antes solían entrar unos 140 por día y se faenaba toda la semana; hoy se hace dos veces por semana porque la gente no pasa por el matadero”, dijo Juan Vargas, el actual encargado del lugar.
Cagol destacó que, en conjunto con el CIPPA (Control de Ingreso de Productos Alimenticios), se supervisa la comercialización sin sellos o producción que no saliera del matadero.
“Esto derivó en infracciones y el productor y criancero retomó nuevamente la actividad”, sostuvo la funcionaria.
Explicó que muchos productores, al momento de la inspección, plantean que los animales no tienen destino de venta, sino de consumo familiar, con sus propios análisis.
Más controles para evitar la faena clandestina
Uno de los problemas para mantener el matadero municipal abierto es la falta de rentabilidad, se reconoció.
Según el administrador, Juan Vargas, esto sucede porque no se obliga a los criadores a faenar y certificar allí su producción. El dirigente evaluó que, con mayor tarea y aportes de promoción y fomento para el sector, se podría sacar adelante el lugar.
Como no hay otro establecimiento de animales menores, cuando el matadero municipal cierra, los criadores grandes llevan sus animales a Cipolletti, porque pueden afrontar el costo del traslado más la faena.
Los que tienen pocas madres, trabajan en sus corrales. Y la eventual venta se produciría en los comercios de proximidad.
Para reducir los costos de funcionamiento, Neuquén capital asumió el pago de electricidad, gas, residuos patógenos y el servicio veterinario, describió la subsecretaria de Comercio, Gabriela Cagol.
Agregó que el Centro Pyme se ocupó de la reparación y mantenimiento de maquinaria, mientras que desde la comuna de Senillosa, se comenzó a cubrir el servicio del camión atmosférico.
“Se acordaron acciones de cada sector para un acompañamiento, mientras que implementamos operativos en conjunto con el CIPPA para controlar la faena clandestina y la comercialización de productos sin sello”, enfatizó.
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