Nación fijó un techo para el precio del gas

El fluido importado que comercializa IEASA no podrá superar los 5,08 dólares en los contratos spot de este invierno. Buscan evitar saltos en las tarifas domiciliarias de cara a las elecciones.

Por Maximiliano Flores

La competencia en el mercado del gas todavía debe esperar. La semana pasada, la Secretaría de Energía de la Nación remitió un comunicado al Mercado Electrónico de Gas (MEGSA) que impuso un tope de 5,08 dólares por millón de BTU para el gas importado que comercializa la estatal Integración Energética Argentina (IEASA), la ex ENARSA, para los contratos spot durante este invierno.

IEASA, que canaliza las compras a Bolivia (por contrato hasta 2026) y las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) a través del barco regasificador situado en Escobar, Buenos Aires, provee el gas a las distribuidoras del norte del país -en donde la oferta es menor a la demanda- y a Camuzzi Gas del Sur, la firma que engloba a los usuarios subsidiados en la Patagonia y con la cual las petroleras no quieren comerciar por sus habituales retrasos en los pagos, según dijeron fuentes del sector.

Este precio de 5,08 dólares por millón de BTU no surge de la declamada libre competencia entre la oferta y la demanda, sino de la voluntad y necesidad política de fijar un techo en la previa de las elecciones nacionales y mostrar como señal que gracias a los impulsos que dio este gobierno, Vaca Muerta es una realidad, con un aumento de la producción a 84,54 millones de metros cúbicos por día en mayo.

En números

37%
menos de lo estimado representa el tope fijado para los contratos spot.
30%
de las necesidades de aprovisionamiento debían cubrir con estas compras las empresas distribuidoras.

El dolor de bolsillo atravesado durante tres años por los incrementos de las tarifas estaría empezando a dar sus frutos.

Según contaron altas fuentes del mercado a “Energía On”, para esta etapa del año se esperaban precios spot de entre 6 y 7 dólares por millón de BTU, en línea con el valor del gas importado de Bolivia y el Gas Natural Licuado (GNL) que se inyecta en Escobar, Buenos Aires.

Sin embargo, la combinación de recesión, suba de tarifas y temperaturas inusualmente altas desplomaron la demanda y, por ende, los precios comercializados a término.

Desde la cartera de Energía de la Nación se proclama que el país necesita más mercado, pero la medida es un paso atrás en sus palabras.

Algunas distribuidoras, que habían contratado aproximadamente el 70% de su consumo anual -entre el 1° de abril de 2019 y el 31 de marzo de 2020- a un promedio de 4,68 dólares por millón de BTU a través de las dos subastas realizadas en el MEGSA durante febrero, consiguen con este tope los volúmenes que restaban a precios significativamente más baratos de lo que se estimaba.

El beneficio, de todas formas, no es generalizado. El tope de en el precio de estos 5,08 dólares es únicamente para quienes pactan con IEASA para abastecer la demanda prioritaria (usuarios residenciales), mientras que el resto de las ofertas (de producción local para cualquier tipo de usuario) todavía goza de cierta libertad.

El objetivo del gobierno fue evitar saltos en las tarifas. (Foto: Archivo)

El pasado jueves 4, en medio de la intensa ola polar que hizo que por primera vez en el invierno se tuvieran que cortar las exportaciones, se comercializaron mediante el MEGSA 11,75 millones de metros cúbicos para hogares, con tres entidades vendedoras y cinco distribuidoras comprando, según informaron públicamente. Ese día se indicó que “el volumen asignado en las rondas fue mayor pero hubo cortes por falta de transporte”.

Al día siguiente, se registraron operaciones por algo más de 12,2 millones de metros cúbicos, con la participación de cuatro entidades vendiendo y siete distribuidoras comprando.

El volumen asignado en las rondas había sido mayor (17,8 millones de metros cúbicos) pero hubo cortes por falta de transporte. Hubo ofertas y se concretaron operaciones tanto con GNL como de las cuencas de Neuquén, Noroeste y Santa Cruz, según se comunicó.

En números

4,68
dólares por millón de BTU fue el valor promedio que se pagó en las subastas de gas nacional realizadas en febrero.
5,64
dólares por millón de BTU fue el valor máximo de los contratos de los últimos días.

Ya el sábado 6 hubo operaciones por 8 millones de metros cúbicos de gas (con 9,65 MMm3 asignado) y de vuelta con cortes por falta de transporte y el domingo, con la situación normalizada, se vendieron 4 millones de metros cúbicos en el mercado spot.

De acuerdo a los datos a los que accedió “Energía On”, el precio máximo adjudicado en estos días fue de 203 dólares por cada 1.000 metros cúbicos, es decir unos 5,64 dólares por millón de BTU.

Una alta fuente de Energía explicó que “estos precios no son de competencia, porque nuestra idea fue mandar una señal al mercado: el gas de pico (junio-agosto) no puede valer lo mismo que los contratos firmes. Pero tampoco nos podemos permitir el lujo de la especulación; el mercado no tiene las herramientas para ser competitivo y maduro”.

Análisis: Lo único claro en el mercado del gas es que no hay certezas

A partir de fines del año pasado, la petrolera de mayoría estatal YPF lideró un movimiento que después replicaron las grandes petroleras: empezó a mover sus inversiones desde el gas al petróleo.

Un mercado con fuerte estacionalidad, distorsionado por los efectos de la Resolución 46/2017, casi saturado en su capacidad de transporte y con baja demanda durante cada vez más días del año le dieron el contexto al salto.

En rojo. La nueva medida del gobierno representa una intromisión en el mercado del gas. (Foto: Archivo)

A diferencia del petróleo, el gas no es un mercado normal en Argentina por las razones mencionadas. En apenas 31 días, el domingo 11 de agosto, se disputarán las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

Los empresarios del sector mirarán con atención el resultado; un posible retorno del kirchnerismo alimentaría el temor a los precios que no repaguen las inversiones, lo que podría retrasar desembolsos y, en un caso extremo, hacer huir a las compañías.

Pero el nuevo tope fijado para los precios del gas para este invierno representa también una intervención. En las próximas semanas se definirá qué tipo de intromisiones estatales prefiere la Argentina.


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