Nación vuelve a analizar importar gas desde Chile

Es ante la menor producción que tendrá en este invierno el país por los bloqueos de rutas y caminos en Vaca Muerta. La alternativa consiste en utilizar un gasoducto por el que hasta hace pocos meses se exportaba.

La crisis del gas de Argentina no termina de tener piso y los bloqueos de rutas y caminos en el corazón de Vaca Muerta le asestaron un duro golpe al plan del gobierno nacional para pasar este invierno. Es por esto que desde la cartera de Energía de la Nación se retomaron contactos con Chile para definir una posible importación desde ese país.

La alternativa ya había sido estudiada a fines del año pasado cuando el gobierno acababa de poner en marcha el Plan Gas Ar, el programa de subsidios para las empresas destinado a que se incremente la producción nacional, y analizaba en ese contexto el escenario global de las importaciones.

En ese momento, el golpe en el esquema inicialmente previsto fue la confirmación desde Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) de que no podrían mantener el nivel de envíos a Argentina que se registró en el invierno del 2020.

Ante la menor producción de gas del país del Altiplano, para este invierno la adenda contractual que se terminó firmando el 28 de diciembre pasado, marca que el nivel de exigencia de las importaciones será de 14 millones de metros cúbicos por día, un tercio menos que el volumen que se inyectó durante el invierno del año pasado.

Tras analizar la posibilidad de comprar gas regasificado a Chile, el gobierno finalmente optó por contratar un segundo buque regasificador durante 98 días. Se trata del barco Exemplar de la empresa Excelerate Energy, casualmente el mismo buque que en diciembre de 2018 había dejado el país y que ahora está previsto que entre en operaciones a partir del próximo 27 de mayo.

El dato

460
millones de metros cúbicos de gas menos durante el invierno es el impacto que tendría la parálisis de Vaca Muerta.

Pero nuevamente las previsiones de la oferta de gas del gobierno se volvieron a alterar, esta vez a raíz de los bloqueos que desde el 7 de abril realizaron los trabajadores del sistema público de salud de Neuquén.

Esos piquetes, y su extensión por tres semanas, paralizaron los yacimientos de Vaca Muerta, en donde se había concentrado la mayor oferta que se esperaba alcanzar dentro del Plan Gas Ar, trastocando así los planes diseñados.

De acuerdo a las estimaciones realizadas por las mismas empresas productoras, la imposibilidad de conectar nuevos pozos y de terminar los que estaban en marcha a raíz de que no pudieron ingresar a los campos petroleros, generará una caída en la producción que se esperaba para este invierno de unos 460 millones de metros cúbicos.

Esto implica prácticamente que serán entre 4,5 y 5 millones de metros cúbicos por día menos los que dispondrá el sistema nacional en la etapa más dura del invierno. Y ese es el volumen que precisamente el gobierno analiza importar desde Chile.

A la altura de Mendoza se encuentra el gasoducto GasAndes, el mismo por el que hasta principios de enero se exportó gas de Vaca Muerta, pero que podría ser revertido para permitir al país el ingreso de unos 4,5 millones de metros cúbicos de gas a diario.

Si bien Chile no es un país productor de gas, sino que cuenta en la región de Santiago con instalaciones que regasifican el gas natural licuado (GNL) que importan, la alternativa de comprar parte de ese gas regasificado no es novedosa.

De hecho, en 2016 y hasta 2018 el ex ministro de Energía del gobierno de Mauricio Macri, Juan José Aranguren, debió utilizar esa vía para poder completar la oferta de gas del país, que en esos inviernos contaba también con dos buques regasificadores.

En números

30%
menos de gas que el año pasado enviará Bolivia durante este invierno según la nueva adenda del contrato.

La clave de esa alternativa está en el precio, dado que si la demanda consume toda la oferta nacional, boliviana y de los dos buques regasificadores, la única alternativa de contar con más energía en el país es a través de la quema de gasoil y fuel oil en las centrales térmicas.

Pero esos líquidos tienen un costo realmente elevado, de entre 13 y 15 dólares en su equivalencia a un millón de BTU, mientras que el gas que Argentina podría comprar en Chile podría tener un valor de varios dólares menos, ya que el GNL regasificado se está consiguiendo en estos días a unos 8,50 dólares.

Las negociaciones con el vecino país se retomaron tras los primeros diez días de bloqueos a Vaca Muerta, pero a diferencia de lo ocurrido en 2016, en este año Chile se encuentra con una propia encrucijada en su mercado del gas ante la judicialización que mantiene frenada la instalación de una nueva unidad de licuefacción en la bahía de Concepción.


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