Lucas Santana sumó otra condena

La justicia condenó a Lucas Santana (24) a una pena de dos meses de prisión en suspenso por un intento de robo ocurrido en agosto del año pasado. El mismo joven a principios de junio fue declarado responsable de robo agravado y coacción, junto a un hermano, Carlos, y su padre, Juan Carlos Santana, juicio por el cual todavía no hay sentencia firme.

Mediante un acuerdo pleno entre la fiscalía y la defensa pública, ayer por la mañana el juez de garantías Cristian Piana encontró penalmente responsable a Santana por los delitos de robo en grado de tentativa y resistencia a la autoridad.

La breve audiencia de juicio se realizó en las salas ubicadas en Yrigoyen al 175, el fiscal Maximiliano Breide Obeid solicitó el cambio de calificación legal del caso pidiendo el sobreseimiento del joven en dos de los delitos que le habían imputado en un primer momento, amenazas y daños.

En esta oportunidad Santana llegó al banquillo por un intento de robo ocurrido el 27 de agosto del 2016 a las 6,30 de la madrugada aproximadamente.

Ese día, el joven junto a un cómplice, identificado Iván Videaux –quien fue declarado en rebeldía por no presentarse ante la Justicia–, ingresaron a una vivienda del barrio Belén tras romper un cerco perimetral, luego destruyeron un vidrio de la casa y tomaron un celular que estaba a mano.

Pero una patrulla de la comisaría 18 que estaba cerca escuchó los gritos de la damnificada y al tomar intervención lograron detener a los dos agresores en las inmediaciones, luego les secuestraron el celular que habían robado.

Es ese momento los sujetos se resistieron a la policía e hirieron en la cabeza a uno de los efectivos, dejándolo inconsciente. La damnificada también denunció en aquella oportunidad que recibió amenazas y daños contra el vehículo de su pareja, un Volkswagen Polo, que estaba estacionado en el domicilio.

El fiscal explicó ayer que estos dos últimos hechos no podrían ser probados porque la propia víctima se negó a prestar declaraciones durante el proceso.

Breide Obeid aclaró que Santana estaban con prisión preventiva en relación a un juicio que se concluyó el primero de junio donde lo declararon penalmente responsable de robo agravado y coacción, pero que aún no tiene sentencia firme.

Agregó que en el transcurso de la feria judicial, Santana accedió a la prisión domiciliaria.

Por ese motivo detalló que la víctima del hecho es una mujer que vive a solo una cuadra de distancia de la casa de Santana y que al saber que el joven se encontraba nuevamente en el barrio, se negó a declarar por temor a recibir nuevos ataques. Sin embargo, el fiscal probó en base a testimonios policiales que el intento de robo existió y que además, el ahora culpable, atacó a un policía en la cabeza y lo dejó inconsciente durante el procedimiento en que lo detuvieron.

El dato

El tribunal integrado por los jueces Mario Rodríguez Gómez, Florencia Martini y Mauricio Zabala declaró responsables de los delitos de robo agravado y coacción a los integrantes de la familia Santana por un hecho ocurrido el 15 de agosto del 2016 en el barrio Belén al oeste de Neuquén, desestimaron un segundo episodio ocurrido tres días después, porque la víctima no declaró. La fiscalía del caso anticipó que solicitará penas de cumplimiento efectivo mayores a tres años.

Rodríguez Gómez leyó los argumentos que los tres magistrados tuvieron en cuenta a la hora de emitir un veredicto y explicó que la resolución se dio de manera unánime. Ponderaron el episodio del 15 de agosto del 2016, en el cual se imputó al grupo integrado por Juan Carlos, Lucas y Carlos Santana, y también a Ampuero, por dos delitos: robo agravado y extorsión, los jueces entendieron que los aportes de la fiscalía fueron sustanciales. Resaltaron que las víctimas del episodio, Martín Colipe y Eliana Robles, dieron sus versiones en el proceso, donde el testimonio de Robles fue el que aportó mayores precisiones . Si bien la fiscalía acusó a los imputados de robo agravado por el uso de arma de fuego y extorsión, ya que el grupo sustrajo una motocicleta y un celular a las víctimas y luego trasladó a Robles hasta la casa de Carlos Santana para obligarla a firmar un boleto de compraventa de la motocicleta bajo amenaza de arma de fuego, los jueces sustituyeron el segundo delito –el de extorsión– por coacción, que penalmente contempla condenas menores. Los jueces dieron lugar, en este aspecto, a la posición del abogado defensor particular Gustavo Palmieri.

Por el primer hecho, un robo, los jueces no hallaron responsables a los imputados, ya que la acusación se basó en el relato de la víctima, que no declaró en el juicio.