Nobel de Física 2020 para tres científicos que aportaron pistas sobre los exóticos agujeros negros

La mitad del galardón será para el inglés Roger Penrose, que había trabajado con Stephen Hawking. La otra mitad será compartida entre el alemán Reinhard Genzel y la estadounidense Andrea Ghez, quien será la cuarta mujer que recibirá el Premio en el área de la física.

La Academia Real Sueca de Ciencias decidió otorgar el Premio Nobel de Física 2020 al científico inglés Roger Penrose, al alemán Reinhard Genzel y a la estadounidense Andrea Ghez. El primero recibirá la mitad del galardón por sus descubrimientos sobre agujeros negros. Los otros dos investigadores ganaron por descubrir un objeto compacto supermasivo en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, que estaría siendo causado por un agujero negro.

Los agujeros negros han fascinado siempre a físicos y astrónomos. Son cuerpos del espacio de masa grande y poco volumen que absorben cualquier materia o energía situada en su campo de acción, incluida la luz. Esto impide que puedan ser observados.

Al recibir la noticia hoy lunes, la astrónoma Ghez dijo: “Espero inspirar a otras mujeres jóvenes para el campo. Es un campo que tiene muchos placeres, y si son apasionadas por la ciencia, hay mucho por hacer”. Ella se convirtió en la cuarta mujer ganadora del Nobel de Física, un premio que empezó a darse en 1901. Desde niña ha querido desde ser bailarina y astronauta para ir a la Luna. Pero estudió física en el Instituto de Tecnología de Massachussetts (MIT) y apostó a la carrera de científica. 

La científica Andrea Ghez dice que aún no se sabe qué hay dentro de los agujeros negros y «es parte de la intriga que nos hace avanzar en la tarea de entender el mundo físico» 

El inglés Penrose, de la Universidad de Oxford, fue distinguido por descubrir que “la formación de un agujero negro es una predicción robusta de la teoría de la relatividad general”. Tiene 89 años y fue colaborador y amigo de Stephen Hawking. Usó métodos matemáticos para demostrar que los agujeros negros son una consecuencia directa de la teoría general de la relatividad de Albert Einstein. 

En realidad, Einstein no creía que los agujeros negros existieran. Diez años después de la muerte de Einstein, Penrose sacudió el tablero. Fue en 1965 cuando demostró que los agujeros negros sí se pueden formar y los describió detalladamente. Ulf Danielsson, miembro del Comité que otorga el Nobel de Física, explicó hoy en una conferencia de prensa que la historia de los trabajos sobre los agujeros negros empezó en el siglo XVIII, pero fue Penrose quien “entendió la matemática, introdujo nuevas herramientas y luego pudo demostrar que se trata de un proceso que es esperable que suceda, esto es que una estrella colapse y se convierta en un agujero negro”.

“Penrose es un investigador teórico que demostró que los agujeros negros debían existir si la teoría de la relatividad general era cierta. A partir de sus trabajos, hubo otros que lo siguieron”, explicó a RIO NEGRO el científico Féliz Mirabel, investigador emérito del Conicet en agujeros negros. “En aquella época, en la década de los años sesenta, había gente que dudaba sobre los agujeros negros”, comentó. 

En tanto, Reinhard Genzel, que forma parte del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Alemania, y de la Universidad de California, en Berkeley, Estados Unidos, y Andrea Ghez, de la Universidad de California en Los Ángeles, fueron reconocidos por el descubrimiento de un objeto compacto supermasivo que se encuentra en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea”. Más exactamente, Genzel y Ghez identificaron que ese objeto invisible gobierna las órbitas de las estrellas en el centro de la galaxia. Actualmente, se considera que se debe a la existencia de un agujero negro supermasivo. 

Genzel y Ghez tienen por separado su grupo de investigación, y desde los años noventa se han centrado en una región que está en el centro de la Vía Láctea, llamada Sagitario A. Pero sus mediciones coincidieron. Ambos han identificado un objeto extremadamente pesado e invisible que tira en el revoltijo de estrellas. Usaron los telescopios más grandes del mundo, desarrollaron métodos para ver a través de las enormes nubes de gas y polvo interestelar hasta el centro de la Vía Láctea, construyeron instrumentos únicos y se comprometieron en investigaciones a largo plazo. “Su trabajo pionero nos ha dado la evidencia más convincente hasta ahora de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea”, señaló el jurado. 

“Genzel y Ghez son investigadores experimentalistas. Usan telescopios y gracias a sus estudios ahora se sabe que Sagitario A es una fuente de radioondas que se producen en las inmediaciones de un agujero negro, en el centro de la Vía Láctea”, contó Mirabel. Genzel desarrolló instrumentos para telescopios en Chile. Ghez hizo lo mismo para telescopios en Hawaii. “Estos dos científicos hicieron la demostración más contundente de la existencia de agujeros negros supermasivos en el Universo”.

No todo se sabe aún sobre los agujeros negros. “Estos objetos exóticos todavía plantean muchas preguntas que piden respuestas y motivan futuras investigaciones. No sólo preguntas sobre su estructura interna, sino también preguntas sobre cómo probar nuestra teoría de la gravedad bajo las condiciones extremas en la proximidad inmediata de un agujero negro», comentó David Haviland, presidente del Comité Nobel de Física. Habrá que esperar a que más investigadores aporten más respuestas. Mientras tanto, mañana miércoles se anunciará quién o quiénes son los ganadores del Premio Nobel de Química 2020. 


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