Chubut: la política los cría y Torres los amontona

El gobernador de Chubut supo aprovechar el vendaval de confusiones ideológicas y llevó para su gobierno a dirigentes de todos los colores, sin necesidad de poner en marcha ninguna ambulancia.

Laura Mirantes es la actual ministra de Producción del gobierno provincial. Era jefa de la comisaría de Rawson en el momento más oscuro de la pandemia. En un operativo en la ruta 7 que une Rawson con Trelew, contradiciendo todas las restricciones impuestas, dejó pasar a un matrimonio cercano a la tercera edad que quería pasar el control para ir a darle de comer a un puñado de gallinas y un par de chanchos que tenían en una chacra. Le hicieron un sumario y la separaron del cargo.

Fue su salto a la fama. Se convirtió en heroína sin tener cerca a Mascherano. Desde esa sanción pasó primero por la Municipalidad de Rawson, del radical Damián Biss, fue candidata por La Libertad Avanza a vicegobernadora y también a diputada nacional y terminó dentro de un gobierno del PRO, que lidera Ignacio Torres.

Lo mismo ocurrió con Diego Brandrán que intentó ser intendente de Rawson por el partido de Milei, pero perdió y a los pocos días ya era subsecretario de Pesca del gobierno. Hace algunas horas, los que representan en Chubut al partido “Hacemos, que a nivel nacional lidera el ex gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, anunció su integración a “Despierta Chubut”, el partido provincial de Torres. En él, militan algunos dirigentes que, en pasados gobiernos peronistas, tuvieron cargos electivos y ejecutivos en gobiernos.

También se plegó a “Despierta” una unión de fuerzas políticas provinciales y municipales que lidera el diputado provincial Daniel Casal. Se llama “Familia Chubutense”. Intendentes que llegaron a sus cargos por fuerzas municipales anunciaron también su paso al oficialismo sin escalas.

Y podrían seguir las firmas.

Alguna vez, le preguntaron al “Indio” Solari cual era su ideología. El talentoso músico, de permanentes respuestas picantes, dijo: “Yo no tengo ideologías, tengo ideales”.

En esta definición parecen estar dirigentes políticos de la provincia, de los de antes y de los de ahora que pasan de partido como de vereda y en menos tiempo de lo pensado.

El gobernador Torres supo aprovechar este vendaval de confusiones ideológicas y llevó para su gobierno a dirigentes de todos los colores, sin necesidad de poner en marcha ninguna ambulancia.

Es que para muchos es más agradable el calor del poder, aunque con una manta corta, que sufrir del desamparo de estar afuera de todo, tapado de arriba abajo con cartón un en la vereda del medio.

Mientras, el peronismo celebra como un cumpleaños de 15 la realización de una elección interna que por ahora no parece haber dejado heridos, aunque sí algunos que ya están pesando qué hacer en 2027, alejados de los resultados recientes y de los que pueden venir en el octubre que viene. Ya no festejan haciendo la V de la victoria sino con aquel el Topo Gigio que Juan Román Riquelme llevó a las canchas, en otros tiempos en que inventó el caño más lindo del mundo.

Nada parece ser políticamente incorrecto en Chubut. Ni los saltos en garrocha de los dirigentes desperdigados entre siglas y colores y ni siquiera los papelones de los máximos dirigentes de La Libertad Avanza que, en lugar de llevar militantes a la inauguración de una sede, convocan a policías para que metan presos a los dirigentes que no les convienen. Eso hizo el diputado nacional César Treffinger acusando a un posible competidor en la carrera por las candidaturas de octubre, a quien acusó de haberlo amenazado y lo hizo detener antes del corte de cintas de un local en Esquel.

Todo está mezclado. Expulsiones de los partidos, campañas sin proyectos, escasa militancia, dirigentes presos que prefieren volver a su casa y un gobierno que espía desde lejos mientras su más alto integrante, el gobernador Ignacio Torres se mezcló en el “grito federal” para estar, aunque sea tan solo unos centímetros más, en su ambicionada carrera de llegar en algún momento a la presidencia de la Nación.

Por eso deja que las cosas pasen. Lleva muy adentro aquello del “nadie se salva solo” y deja todas las puertas abiertas sin que la casa se reserve el derecho de admisión.

La política los cría y hoy por hoy, Torres los amontona. Sin ideologías y habrá que ver si con algunos ideales.


Laura Mirantes es la actual ministra de Producción del gobierno provincial. Era jefa de la comisaría de Rawson en el momento más oscuro de la pandemia. En un operativo en la ruta 7 que une Rawson con Trelew, contradiciendo todas las restricciones impuestas, dejó pasar a un matrimonio cercano a la tercera edad que quería pasar el control para ir a darle de comer a un puñado de gallinas y un par de chanchos que tenían en una chacra. Le hicieron un sumario y la separaron del cargo.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora