Indisciplinados y con la mira en las urnas

Los senadores de la Patagonia no fueron neutrales en el rechazo a los jueces de la Corte. La mayoría esta vez se despegó del oficialismo. La neuquina Silvia Sapag tuvo rol central.

Javier Milei culpa a la política. Guillermo Francos culpa a Mauricio Macri. Y su asesor estrella Santiago Caputo le apunta a Victoria Villarruel. No asumen como un fracaso propio el rechazo a los pliegos de Manuel García Mansilla y de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia. De inmediato buscaron convertir la derrota en una excusa para cuestionar a la “casta” a la que desprecian pero con la que pactan. Hasta ahora el método le funciona a la Casa Rosada.

Milei no fue el único herido. Macri no pudo disciplinar a toda su tropa. Tampoco Cristina Fernández de Kirchner, a pesar del festejo.

Los que jugaron a favor del oficialismo buscaron pasar desapercibidos –pocos hablaron en el recinto- pero también algunos de los que le jugaron en contra. Para evitar los costos de asumir una decisión varios, como Luis Juez, apostaron a la falta de quórum y se los vio parados en las escaleras o en el ingreso del recinto.

Los senadores de la Patagonia no fueron neutrales, la mayoría esta vez se despegó del oficialismo. La neuquina Silvia Sapag tuvo un rol protagónico y terminó la sesión emocionada. Reemplazó en el arranque al oficialista Bartolomé Abdala que a su vez debió reemplazar a Villarruel, en ese momento en ejercicio de la presidencia por el viaje de Milei a Estados Unidos.

Minutos antes de que sonara la chicharra, Abdala intentaba una jugada de alto riesgo: suspender el debate vía decreto parlamentario. Ya lo había propuesto el jefe del bloque libertario Ezequiel Atauche a quien los radicales -que habían ido a Casa Rosada a pedir que retiraran los pliegos para no infligir una derrota al Ejecutivo- respondieron que sería imposible la convivencia futura. Y Juliana Di Tullio (UxP) contestó irónica: “Decile a Caputito que recibimos el mensaje pero seguimos adelante”.

Cómo jugaron los senadores de la Patagonia


Santiago Caputo también recibió el mensaje y se lo adjudicó a Villarruel, que no avalaba esa maniobra ni otros intentos similares en los quince días anteriores. En ese marco, Sapag confirmó que había quórum. Todavía estaba emocionada el viernes en el primer vuelo Buenos Aires-Neuquén, donde charló pasillo de por medio con el camporista rionegrino Martín Doñate.

La también neuquina Lucila Crexell y los dos senadores santacruceños que responden al gobernador Claudio Vidal fueron los únicos tres de la región en votar ambos pliegos a favor.
Crexell asegura que nada tuvo que ver con el regreso del embajador en la Unesco, un puesto que le habían prometido y hace rato da por perdido. Cerca suyo dicen que votó por los pliegos pero no avala los DNU y que no lo hizo por pedido del gobernador Rolando Figueroa, con quien habría roto diálogo después de acompañar la Ley Bases.

El caso de José Maria Carambia y Natalia Elena Gadano puede tener relación directa con los acuerdos a favor de Santa Cruz que Vidal firmó con funcionarios nacionales por estos días y festeja en sus redes sociales. En cambio, la rionegrina Mónica Silva no dio quórum y luego votó contra García Mansilla pero a favor de Lijo, como los peronistas Sergio Uñac y Juan Manzur -ambos exgobernadores- y la jujeña Carolina Moisés.

La nueva sangría del PJ se dio en paralelo al reclamo de autocrítica que hizo Axel Kicillof y su planteo contra Máximo y Cristina Kirchner por una elección desdoblada. También reaccionó CFK, haciendo trascender que podría ser candidata a diputada provincial para confrontar con su otrora ahijado político. La pregunta es si en Buenos Aires y en el Senado ya quemó todas las naves.

Al Poder Ejecutivo no parece importarle más allá del enojo y usará la derrota para pedir el voto en octubre y modificar la integración parlamentaria. En el debate del Senado, el rionegrino Doñate ofició de miembro informante con argumentos que incluyeron citas de dirigentes radicales de la Constituyente de 19 94. Se lo oyó más crítico con García Mansilla que con Lijo.

En breve Milei va por la revancha: el miércoles intentarán convertir en ley el proyecto de Ficha Limpia.


Javier Milei culpa a la política. Guillermo Francos culpa a Mauricio Macri. Y su asesor estrella Santiago Caputo le apunta a Victoria Villarruel. No asumen como un fracaso propio el rechazo a los pliegos de Manuel García Mansilla y de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia. De inmediato buscaron convertir la derrota en una excusa para cuestionar a la “casta” a la que desprecian pero con la que pactan. Hasta ahora el método le funciona a la Casa Rosada.

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