La fortaleza de la familia judicial

El poder judicial nacional es una de las pocas estructuras estatales que no sufrió despidos masivos ni reestructuración. Su influencia se expandirá.

El divorcio de la familia judicial con la política.

1. Lo familiar de lo judicial


En contra de los discursos individualistas y atomizantes que demonizan a la familia como ámbito de trauma y dolor, los tiempos que vienen requerirán que muchos reconsideren el legado evolutivo de miles de años de miembros familiares colaborando, cooperando y cuidándose entre sí. Desde Grecia, la familia construyó fratrias, clanes y gens, esto es, realezas y estatalidad feudal con castas de poder religioso y político.

Las comunidades familiares, sanguíneas o adoptivas, con sus dramas y problemas serán fundamentales para sobrevivir tiempos complejos. La demonización de la familia y la soledad que cruza la sociedad alimentan los populismos distópicos.

Las nuevas décadas oscuras traerán una revitalización del ámbito familiar reformulado, una falsa nostalgia, una imagen idealizada sin sus injusticias y problemas reales. Quizás con nuevas asimetrías dadas por la tecnología, la guerra y otros desafíos existenciales.

Las relaciones sociales están en un mal momento y la misantropía avanza. Las leyes que construyen enemigos internos en el ámbito familiar, los pánicos sociales y las políticas de miedo, cosechan sus resultados. La escenificación de pánicos estratégicos y la creación de un sentido común punitivo ha operado -en contra de sus intenciones acaso- como socios de los líderes autoritarios y mesiánicos en el mundo. Se creó un mercado de miedos y traumas. Trump y Milei los escucharon. Mientras la política no entienda eso, la antipolítica mantendrá su hegemonía.

La familia judicial, más allá de sus defectos, tiene ciertas características y fortalezas que la hacen atractiva para propios y ajenos. Empezando por sus superintendentes y administradores, sus socios internos y operadores externos.

En general los escándalos judiciales tienen un tratamiento más civilizado incluso cuando sean extremos, de película. La familia Mackintach lo sabe y elaboró una estrategia todavía abierta. El manejo de los tiempos y la amnesia social es fundamental tanto dentro como fuera de los estrados. La magistrada que censuró a León Ferrari a pedido del opus dei en 2004 hoy es jueza progresista.

La familia judicial logró que en más de un año y medio de Gobierno de Milei no haya despidos judiciales. Los empleados judiciales no parecen empleados estatales. La sangre judicial es más que estatal. ¿Qué los hace diferentes? La familia estatal, por el contrario, no ha podido todavía revertir una tendencia que amenaza llegar a los Estados provinciales.

La fortaleza de la familia judicial hace que sus redes adopten también a las economías profesionales vinculadas a sus entornos y a sus órganos de gobierno.

Una de las características de la familia judicial es su grado de invisibilidad en un poder que dice ser público pero vive del secreto, el rumor, la opacidad y el privilegio. La hipocresía republicana que ya no funciona dejó crecer un cinismo judicial supremo.

2. El poder de la familia judicial se expandirá


Todo luce promisorio para las estructuras judiciales ante la debilidad de la política democrática. Fue en democracia que se construyó ésta nueva hegemonía.

De hecho, justamente, los jueces y juezas que defiendan garantías constitucionales e investiguen delitos complejos, los jueces que sean realmente independientes, serán los más amenazados, los más perseguidos.

Las familias judiciales ocultan estructuras de formación, control y vigilancia. Un juez que recién entra a Comodoro Py con nuevas ideas y prácticas judiciales será moldeado por el “habitus judicial” con métodos y formas que nadie se imagina. Todas las familias judiciales tienen sus secretos.

Las guerras entre tribus y familias judiciales demuestran bajezas y debilidades propias de un duelo intestino entre cúpulas.

El poder judicial disciplina, no se disciplina. La torpe guerra de la política al poder judicial ha dejado en claro su incomprensión sobre sus dinámicas institucionales y sus especiales tiempos. Un poder que debe ser visto en el largo plazo y en cámara lenta, en clave de internas eclesiales y facciones vaticanas. La política judicial es más judicial que política, más medieval y papal que moderna y republicana.

* Abogado y profesor de Derecho Constitucional.