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Rugby en las cárceles

La Comunidad Espartanos tiene una presencia activa en 16 provincias de nuestro país, en más de 60 unidades de detención federales y provinciales. Neuquén no es ajena a ello.

Redacción

Por Armando Mario Márquez

Seguramente muchos de los lectores han escuchado hablar de la “Fundación Espartanos” y su labor en favor de ingresar la práctica del rugby a las distintas unidades de detención, como una herramienta “de reinserción social que ayuda a bajar los índices de reincidencia de un 65% al 5% y está cambiando la vida de familias enteras, sus comunidades y la sociedad en general”, tal como se destaca en la carta de presentación de nuestra entidad.

Pocos saben que la que es hoy una tan difundida y exitosa propuesta tuvo comienzos no tan prometedores; en efecto, debemos retrotraernos al mes de marzo de 2009 cuando el abogado penalista Eduardo Oderigo “Coco” -alma mater de la Fundación Espartanos- visitó la unidad de detención que el Servicio Penitenciario de la provincia de Buenos Aires posee en la localidad de José León Suárez, partido de San Martín, y tuvo la idea de ingresar la práctica del Rugby a ese presidio.

Eso hizo que volviera días después con ropas deportivas y una “guinda” en sus manos y así empezara con el desarrollo de esa disciplina deportiva con un abigarrado número de internos, camino arduo que con tesón hizo que allí naciera el primer equipo del proyecto, cuyos integrantes decidieron llamarse “Espartanos”, lo que luego generó el nombre que hizo propio el proyecto, que se institucionalizó en 2016.

Es ésa, en prieta síntesis, la génesis de un trabajo que, extendido al resto del país en unidades de detención tanto masculinas cuanto femeninas, da cotidianamente sus frutos de la mano de voluntarios y colaboradores.

En la actualidad la Comunidad Espartanos tiene una presencia activa en 16 provincias de nuestro país, en más de 60 unidades de detención -federales y provinciales-, con más de 2600 jugadores, en una experiencia que se ha extendido a siete países.

La provincia del Neuquén no es ajena a ello, ya que en marzo de 2019 “Coco” Oderigo nos visitó -y entusiasmó- y comenzó a implementarse la idea en la Unidad de Detención 11 de Parque Industrial en la capital provincial.

Hoy el proyecto dejó de ser un incipiente sueño y es una concreta y tangible realidad llamada “Tehuelches XV”, tal el nombre escogido por nuestros entusiastas jugadores, en práctica que cuenta desde su inicio con una participación de unos 80 internos y una docena de entrenadores, ello distribuido en algo más de 200 encuentros-entrenamientos.

Está siempre latente la idea de extenderla hacia otros puntos de la provincia.

Siguiendo la idea genérica y esencial del rugby, que es la de formar buenas personas a partir de su práctica deportiva, y, además, con el consejo dado por el Papa Francisco al recibirlos en audiencia a jugadores y entrenadores en el Vaticano: “no permanecer caídos”, y con la premisa de que “las segundas oportunidades existen”, se está desarrollando un importante trabajo intramuros, obra de los entrenadores y colaboradores que desinteresadamente y en forma permanente, ceden su tiempo libre para consagrarlo a ello.

Sin duda, esa labor conjunta, lleva a hacer perdurar esa frase que escribiera Hugo Condoleo en su inolvidable Rugby XV: “el Rugby es noble por espíritu, no por linaje”.

Que así sea.

* Integrante de la Comunidad Espartanos


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