Para la mayoría de la gente, el futuro «es una incógnita»

LA HABANA (AFP) – A la espera de una aparición pública de Raúl Castro, los cubanos siguen viviendo al ritmo de Fidel, en vilo por la evolución de la salud del líder revolucionario, mientras ven a un hombre «duro» o poco conocido en el gobernante interino.

«Raúl es una incógnita para mí, aunque sabemos que es más duro que Fidel, pero como no ha estado nunca al frente del gobierno, no sabemos», dijo el guardia de seguridad, de 47 años, de una empresa estatal en el sector de Miramar.

La salud de Fidel, el único líder que conocen cuatro generaciones de cubanos, sigue siendo el tema del que se habla en cada esquina, en los parques, tiendas, casas y centros de trabajo de la isla. «Estamos esperando a ver qué pasa. A Raúl no lo conocemos mucho. Siempre ha sido el hombre de las Fuerzas Armadas. Casi nunca ha hablado al pueblo, como sí lo ha hecho Fidel», manifestó una oficinista de 32 años, quien vive en el populoso barrio del Cerro.

Raúl Castro, de 75 años, no había aparecido en público hasta ayer, 48 horas después de que Fidel Castro hiciera pública su histórica proclama, leída en televisión, en la que anunciaba su decisión de ceder el poder a su hermano, por primera vez desde que triunfó su revolución en 1959.

«Sabemos que la línea va a ser la misma, pero lo que no sabemos es cómo va a actuar. Ojalá mejorara la situación económica», dijo el custodio, quien gana 47 dólares.

«Los dos hermanos son dos personalidades totalmente distintas aunque hayan salido de la misma madre y del mismo padre, el carisma de Fidel es incomparable», afirmó una jubilada de 66 años, quien también pidió reserva de su nombre. Ella, como muchos de la generación que vio el triunfo de la revolución, dice que Raúl es el «brazo fuerte». «Mucho después se empezó a dar otra imagen, pero desde el principio su voz áspera, su personalidad lo hacen ver como un hombre duro y es una gran interrogante cómo va a actuar».

En su primera plana , Granma justificó la cesión del poder como un «acto de justicia histórica». «El cambio hace muchos años la gente lo anda pensando, no había otra forma de hacerlo, pueden haber 'bachecitos', momentos de incertidumbre y ajuste, pero (Raúl) es la persona», dijo la jubilada.

Sin embargo, para muchos cubanos la transmisión no será efectiva mientras Fidel Castro esté vivo. Un rumbo diferente estará marcado sólo por la muerte del «comandante», el hombre a quien a veces ni siquiera se atreven a nombrar y que identifican pasando la mano por la barbilla para simular una barba.


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