«Pareciera que nos castigan por haber denunciado»

La Oficina de Mandamientos, desguarnecida tras la separación de Llull

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La Oficina de Mandamientos quedó desguarnecida tras las denuncias de presuntos ilícitos que determinaron la separación de su titular, Gustavo Llull, a mediados del año pasado.

Varios abogados del foro y agentes judiciales opinaron -bajo reserva- que este abandono es una «represalia» contra la actual titular de la dependencia, Graciela Domingo, por haber denunciado a Llull.

El vicepresidente de Superintendencia y camarista civil, Edgardo Camperi, negó que exista animosidad contra la denunciante.

No obstante, Camperi reconoció que «es cierto que están trabajando con carencia de personal» y que «a lo mejor fuimos lentos» para designar a los reemplazantes.

La situación de indefensión que afecta a los agentes de esa repartición oficial quedó de manifiesto la semana pa

sada cuando la única oficial de justicia en funciones -Domingo- sufrió la agresión de un comerciante que rechazó con violencia un diligenciamiento.

Domingo y la abogada Natasha Vázquez fueron retenidas bajo llave en el interior del local -ubicado en la zona alta de la calle Clemente Onelli- y también amenazadas de muerte por el propietario, ante la mirada atónita de su empleada.

Cuando el hombre salió a la calle a buscar un arma de fuego que dijo tener en su automóvil las dos mujeres huyeron del lugar y fueron directo a tribunales a denunciar lo ocurrido.

La denuncia recayó en el juzgado de instrucción 4, que conduce el juez Ricardo Calcagno, quien declinó brindar precisiones de la causa por secreto de sumario.

Al margen de este hecho puntual, las condiciones d trabajo en la Oficina de Mandamientos distan mucho de los requerimientos básicos para dar una adecuada cobertura al fárrago de trabajo que se tramita en sus escritorios.

De los tres oficiales diligenciadores previstos en el organigrama de personal de esa dependencia sólo queda uno activo en la actualidad.

Uno de los cargos quedó vacante en julio de 2004, tras la separación de Llull de la jefatura, y la segunda baja se produjo el 18 de marzo.

Esta orfandad llegó a su punto máximo el mes pasado cuando Domingo se tomó licencia y la Oficina quedó sin un solo oficial de justicia que ejecutara los diligenciamientos.

 

«Parece un castigo»

La funcionaria judicial admitió, con ciertos reparos, que la situación actual de la Oficina de Mandamientos «pareciera un castigo por haber denunciado» ya que está sola con seis turnos diarios.

En relación al episodio violento de la semana pasada, explicó que recibe agresiones verbales y reacciones airadas a diario. Consideró que esto ocurre porque «la gente le perdió el respeto a la justicia» y consideró que se hubiera evitado con la asistencia de la policía.

«Hace meses que pido custodia policial fija» dijo.

Camperi estimó que el cuerpo de oficiales de justicia quedará recompuesto en breve ya que los nombres de los dos reemplazantes, elegidos mediante concurso, fueron elevados al Superior Tribunal de Justicia hace 10 días.

 

El sumario

También anticipó a este diario que el sumario instruido contra Llull por el fiscal Eduardo Fernández recibirá sentencia, a más tardar, en la primera quincena de junio.

Sin embargo, declinó brindar detalles sobre el contenido del mismo.

El pormenorizado documento administrativo alimentó la investigación penal abierta contra Llull por más de 13 hechos puntuales que podrían configurar un conjunto de delitos conexos, entre los que destacaría la figura de cohecho.


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