El acusado estaba “enamorado” de Agostina

Un testigo afirma que Alex Hernán Velásquez Barrientos se lo confesó antes del crimen de la adolescente de Fernández Oro. Los alegatos se realizarán la semana próxima.

El mismo testigo que comprometió al imputado recordó que “en la iglesia evangélica intentó asaltar a una señora con una navaja”.

CIPOLLETTI (AC).- No quedan dudas de la obsesión de Alex Hernán Velásquez Barrientos por Agostina Mazzina (17). “Estoy enamorado de la chica de enfrente”, le confesó al plomero que lo contrató para hacer una “changa” primero en la casa de la víctima y luego en el hospital, ubicado enfrente.

Allí pasó la mayor parte del tiempo, observando, vigilando. Daniel Calfupán contó que el imputado siguió yendo a trabajar a pesar de que él le dijo que no fuera más porque no tenía para pagarle. “No importa, vengo de onda”, le dijo. Prefería permanecer en la vereda con la hormigonera, no adentro del edificio. “Lo que pasa es que estoy enamorado de la nena”, le volvió a decir. Desde allí veía a la joven y los movimientos de la vivienda.

Ayer por la tarde se realizó la segunda audiencia del juicio contra Velásquez Barrientos (29). Como al finalizar la primera jornada las partes coincidieron en desistir de siete personas citadas al debate, sólo quedaron para ayer los últimos cuatro testimonios.

Estuvieron primero el chofer de la ambulancia del hospital y un enfermero que auxiliaron a Agostina (ver aparte) y luego declaró el concejal Raúl Villarroel, que fue testigo de un procedimiento policial.

El último, el más esperado, fue Calfupán el hombre que hace unos años fue conocido también en los medios de prensa por el homicidio de su hija Daniela, en Fernández Oro.

El plomero relató que nunca había trabajado con empleados. Siempre acudía a las obras solo o con alguno de sus hijos que lo ayudaba. Pero el año pasado (en mayo) Alicia Fernández, la mamá de Agostina, le pidió si podía hacer un arreglo en su casa. Justo “Chucky” Velásquez, a quien conocía desde hacía unos 15 años de la iglesia evangélica, estaba buscando trabajo. Y lo tomó.

Estuvieron dos días haciendo reparaciones allí y luego lo llevó a la obra de enfrente, en el hospital, donde estuvo por lo menos “un mes y algo”.

“Estoy enamorado de la chica esa”, le confesó en una oportunidad. Y él le respondió: “estás loco, vos sos un viejo! Y él me dijo, ‘no son cosas que digo’”.

“Lo notaba siempre nervioso, intranquilo”, decribió Calfupán. Sostuvo que percibió que empezó a cambiarse de ropa, a vestir y a peinarse como un adolescente. Y le llamaba la atención que escuchaba “las alabanzas evangélicas”.

Comentó que cuando se enteró lo que había pasado y la mamá de la víctima le preguntó “¿se acuerda del muchacho ese?” (era el momento en que se ahondaba en todas las personas que habían tenido contacto con la víctima) ahí se le “vino a la cabeza lo que él había dicho”.

“Yo como padre tuve la impresión de que había sido él y no le erré”, reconoció. Y propuso acompañar a la policía hasta la casa del sospechoso.

“Es más, en la Iglesia Evangélica intentó asaltar a una señora con una navaja”, agregó el testigo en medio del relato. Esto ocurrió hace unos tres años.

-¿Y usted lo tomó igual? -le preguntó el Tribunal.

-La señora (mamá de Agostina) insistió (con el trabajo) y yo lo tomé -contestó.

-¿Usted lo conocía por Chucky?

-Sí, los chicos de la iglesia le pusieron así porque hacían el juego de los vasos y como que se endemoniaba. Decían que él tenía poder y que cuando aparecía quedaba todo tranquilo.

-¿Usted tiene alguna explicación de esto que pasó?

– Quizás está en alguna secta “macumba” o umbanda que practican para matar. Él unos días antes había estado en la iglesia, en una vigilia.

-En la iglesia no le van a decir algo que atente contra la vida -le acotó el Tribunal.

-Muchos no lo entienden. Dios te usa de una manera y el diablo de otra. Yo creo que a él lo tomó el diablo e hizo lo que hizo.

-¿Esto es un supuesto suyo?

-Son suposiciones -cerró.

Las partes desistieron de realizar una inspección ocular en la vivienda de los Mazzina porque ahora está alquilada y ni siquiera el mobiliario es similar al que se encontraba el 31 de enero de este año, cuando ocurrió el homicidio. Fijaron para el miércoles 9 a las 16, los alegatos.

Agustín Martínez


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