Cortés cambió de rol a la secretaria de Hacienda de Bariloche y creará una nueva área

La secretaria de Hacienda del municipio de Bariloche, Carina Ondarçuhu, dejó ese cargo ayer de manera sorpresiva, por decisión del intendente Walter Cortés, quien firmó una escueta resolución en la que deja sin efecto su nombramiento del 8 de diciembre de 2023 y lo justifica en una «reestructuración del área».

Ondarçuhu continuará de todos modos con responsabilidades de gobierno, ya que la misma resolución le asignó un cargo de “coordinación” en la Jefatura de Gabinete, que está vacante desde hace varios meses por la renuncia de Héctor Leguizamón Pondal.

Según lo informado luego por el intendente, el destino final de Ondarçuhu será la secretaría “de Gestión Estratégica y Modernización”, hoy inexistente. Para eso necesita que el Concejo trate y apruebe el nuevo organigrama político que presentó como proyecto hace pocos días.

El lugar de Ondarçuhu será cubierto ahora por Gonzalo Lerra, quien cumple ya un rol subalterno en esa secretaría “y viene haciendo un gran trabajo con la recaudación la gestión de cobranza”, dijo Cortés.

Justamente los buenos resultados en materia recaudatoria y en el ordenamiento general que permitió ejecutar compras millonarias de equipamiento y obras de asfalto con recursos propios, sin endeudamiento, fue uno de los méritos de la gestión de Ondarçuhu, quien trabajaba en la Agencia de Recaudación de Río Negro y fue promovida para el cargo por el diputado nacional Agustín Domingo (JSRN).

El intendente dijo que el nuevo esquema de gobierno apunta a trabajar “con un gabinete más reducido, con menos burocracia, sin superestructuras y sin jefe de gabinete”. Tampoco tiene secretaría de Gobierno.

De algún modo, ese rol era asumido hasta ahora por el vicejefe de Gabinete, Carlos Iglesias, quien continuará como “colaborador directo” del intendente, “con rango de secretario”. Su designación y la de Lerra todavía no fueron formalizadas.

Cortés subrayó que Ondarçuhu “viene de hacer un trabajo extraordinario” al frente de Hacienda. “Recibimos una ciudad quebrada, con deudas y reclamos por todos lados, la pusimos de pie, ordenamos las cuentas y generamos un superávit para comprar máquinas vehículos y una planta de hormigón que no para de darnos buenas noticias”.

Sobre el rol futuro de Iglesias, dijo que a su cargo quedará la coordinación de “todas las obras y servicios públicos, haciendo que las cosas sucedan”, una tarea que el funcionario ya realiza, más allá del cargo asignado.

Un veto que abre otra polémica

El intendente también firmó ayer el veto de una ordenanza aprobada en la última sesión que había reducido a la mitad el aumento del “módulo fiscal”, con impacto directo sobre el monto de la tasa de Servicios y otros gravámenes que pagan los contribuyentes.

Unos días antes el Ejecutivo había establecido el nuevo valor del módulo, denominado IMAT (índice municipal de actualización tributaria) y lo llevó a 373 pesos , es decir un aumento del 31,3% respecto del valor vigente.

En la sesión los concejales los concejales lo calificaron como un “impuestazo” y observaron que entraban en receso y que si no le ponían freno los nuevos valores se aplicarían de inmediato. Por eso aprobaron sobre tablas una ordenanza que recortó el valor del IMAT a 284 pesos. El aumento, según lo pactado, debe ser semestral y toma como referencia el sueldo de los trabajadores municipales y el precio del gasoil premium.

Según el concejal Facundo Villalba, quien impulsó y logró apoyo para su proyecto modificatorio, los aumentos acumulados en sueldos y combustible a lo largo del semestre promedian el 14,1% y el IMAT debe crecer en esa proporción.

La discrepancia está en el valor que se toma como punto de inicio para el cálculo.

El Ejecutivo en su resolución de veto argumentó que el “valor base” para determinar las variaciones del módulo deben ser los 120 pesos fijados cuando se creó el imat, en enero de 2024.

Según Cortés y su asesoría letrada, la ordenanza vetada “erra en los cálculos” para la determinación del nuevo valor del IMAT, según lo que estaba “previsto y autorizado”. Señaló que para modificar esa regla y la fórmula de cálculo el Delibrante “debería considera la intervención y participación del departamento Ejecutivo”, lo cual no ocurrió en este caso.

La ordenanza fue aprobada con ocho votos afirmativos y la única concejal oficialista que estaba persente votó en contra. Durante el debate se sucedieron los discursos críticos y nadie argumentó en defensa de lo actuado por el Ejecutivo. Si se repiten esos alineamientos, alcanzaría para revertir el veto.