El municipio de Bariloche desactivó la prohibición que regía para los promotores callejeros

Podrán trabajar en las calles Mitre, Moreno, San Martín y Onelli. El Concejo se hizo eco del reclamo de los trabajadores y de los comercios interesados. Levantó la prohibición fijada hace casi 30 años.

La necesidad de atender “la nueva realidad económica, social y laboral” fue la justificación invocada por el municipio para emitir una regulación de la actividad promocional en la vía pública y derogar la prohibición que regía desde 1998.

La medida hizo lugar a un reclamo insistente de los promotores, que suelen trabajar de modo informal en la calle Mitre, en especial en las temporadas turísticas, con el fin de atraer clientes a los comercios menos visibles y que en las últimas semanas fueron perseguidos y multados por los inspectores municipales.

La ordenanza fue elaborada y aprobada por unanimidad en la última sesión del Concejo Deliberante, luego de un trámite express, y ante el aplauso de los interesados que siguieron el debate.

El autor fue el presidente del Concejo, Gerardo del Río, quien destacó la importancia de atender la situación de los promotores, que son no menos de 40, y que dependen de ese ingreso.

Durante la sesión la concejal Roxana Ferreyra (Nos Une Río Negro) dijo que era importante aprobar la regulación para “garantizar el empleo”. Abogó porque los promotores puedan trabajar “con tranquilidad y sin que nadie los persiga”.

Su par Leandro Costa Brutten (Incluyendo Bariloche) también destacó los alcances e implicancias de la nueva ordenanza, dijo que el municipio tenía “la responsabilidad de cuidar esa modalidad de trabajo” y opinó que de otro modo, aunque haya buenas temporadas turísticas, una franja de la sociedad no recibe los beneficios de modo automático porque “la teoría del derrame no existe”.

La ordenanza habilita el trabajo de promoción callejero solo sobre las calles Mitre, San Martín, Moreno y Onelli. Abre un registro de promotores habilitados y fija requisitos como ser mayor de edad y contar con dos años de residencia mínima en Bariloche. Para trabajar recibirán una credencial identificatoria. Podrán entregar folletos y muestras gratis de productos.

También tendrán prohibiciones como las de usar megáfonos o sistemas de amplificación; alentar el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas o energizantes; obstruir la circulación y “realizar acciones que impiquen acoso o trato invasivo hacia los transeúntes”.

Entre los fundamentos agregados al proyecto se señala que la prohibición establecida hace casi 30 años “buscaba resguardar el espacio público como bien común y evitar molestias o posibles impactos negativos en la experiencia de quienes visitan la ciudad”, pero corrido el tiempo “la realidad social, económica y laboral ha cambiado profundamente y la prohibición se muestra hoy desactualizada”.

Argumenta que establecer un marco regulatorio de la promoción “en forma equilibrada” es indispensable, porque hay muchos trabajadores y comercios urgidos por visibilizar sus productos o servicios y “enfrentan un vacío legal o directamente un impedimento para ejercer una actividad que resulta necesaria”.

Agrega que “lejos de tratarse de una liberalización indiscriminada, la propuesta busca equilibrar el derecho al trabajo con el derecho a un espacio público ordenado” y reconoce a la actividad de promoción comercial como “parte de las dinámicas urbanas actuales”.

Un permiso muy esperado

Las razzias que despejaron las calles de promotores perjudicaron especialmente a los comercios de galerías y de las arterias perpendiculares a la Mitre (que concentra el mayor interés turístico), al punto de que varios de ellos se organizaron, realizaron movilizaciones y presentaron el mes pasado un reclamo al Concejo, sumado a un texto tentativo para despenalizar y reglamentar la actividad.

La Cámara de Comercio siempre fue contraria a todas las actividades callejeras, la presencia de vendedores ambulantes, también de promotores, y exigió al municipio mayores controles. Pero ante una consulta de este diario, semanas atrás, el presidente de la entidad Elián Caramichos dijo que no verían mal la promoción si está encuadrada por un marco normativo, ”siempre que sea con un límite numérico y con una modalidad de “empleo en blanco”.

La ordenanza aprobada no fija regla alguna para el registro laboral de los promotores ni tampoco fija un cupo máximo.


La necesidad de atender “la nueva realidad económica, social y laboral” fue la justificación invocada por el municipio para emitir una regulación de la actividad promocional en la vía pública y derogar la prohibición que regía desde 1998.

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