La suma de todos los miedos: crisis de confianza

El gurú motivacional de los negocios Zig Ziglar afirmó una vez “Si a las personas les gustas, te escucharán, pero si confían en ti, harán negocios contigo”. La sentencia describe con claridad el recorrido de la gestión Macri en su búsqueda de socios extranjeros que apuesten al éxito de la Argentina. Durante sus dos primeros años al frente del gobierno, el Presidente recibió el apoyo protocolar de los principales países del mundo. Desde Obama hasta Trump, y desde Netanyahu hasta Putin o Merkel, pasando por el Foro de Davos y la ONU, la mayoría de los líderes globales recibió al mandatario y manifestó su apoyo a las transformaciones emprendidas en nuestro país.

Pero de allí a entablar verdaderas inversiones productivas en tierras argentinas, hay un trecho más que considerable.

Por el contrario, la relación entre Argentina y los inversores globales durante 2016 y 2017, fue un matrimonio por mutua conveniencia. El gobierno de Macri necesitaba financiar el gradualismo, mientras que los capitales extranjeros veían con muy buenos ojos las potenciales ganancias del ‘carry trade’. Así, la lluvia de inversiones que se anunciaba al inicio de la gestión, se convirtió solo en acceso al mercado de capitales.

Sin embargo, los escasos resultados en materia fiscal y en la lucha contra la inflación, terminaron revirtiendo la preferencia de los inversores al inicio de 2018. La confianza mutó así en temor y en crisis financiera. Quedó demostrado una vez más, que la ‘confianza’ es condición necesaria pero no suficiente, y que ante la mínima posibilidad de que las ganancias potenciales desaparezcan, los capitales son capaces de partir al exterior tan rápido como llegaron.

La deuda, como una sombra

Si se tiene en cuenta el proceso atravesado por la economía nacional desde el año 2001, y la tortuosa relación que entabló el país con los capitales extranjeros, incluyendo los sucesivos canjes de deuda y el conflicto con los fondos buitre, haber reingresado a los mercados es un verdadero logro como país. A ello se refiere una y otra vez Macri cuando afirma que ‘hemos vuelto al mundo’.

Sin embargo, tras haber tomado deuda por más de u$s 100.000 millones en solo dos años, y haber solicitado asistencia financiera al FMI por otros u$s 50.000 millones, los mismos inversores extranjeros comienzan a preguntarse acerca de la sustentabilidad. ¿Cuando se acabarán las necesidades de financiamiento? ¿Tiene Argentina capacidad de afrontar los vencimientos que se avecinan en los próximos tres años? ¿Puede Argentina volver a caer en default?

Para encontrar las respuestas que buscan en el exterior, basta con mirar los datos que arroja la evolución de la deuda argentina. El primer infograma adjunto muestra la evolución de la deuda pública argentina en dólares y en relación al Producto Bruto Interno (PBI) en base a datos del actual Ministerio de Finanzas de la Nación. El ratio Deuda/PBI es aceptado a nivel internacional, como la forma más adecuada de cuantificar el endeudamiento. El gráfico revela con elocuencia el desendeudamiento registrado hasta el año 2015. La relación Deuda/PBI pasó del 119% en 2004 al 40% durante el último año de la gestión anterior. Como contracara, entre 2016 y 2018 el ratio pasó a ser del 85%. El salto registrado durante 2018, se relaciona con el incremento de la deuda pública por u$s 30.000 millones durante el primer trimestre del año, pero influye además de forma directa la devaluación, la cual reduce el PBI medido en dólares.

El mapa que ilustra esta nota, muestra los países del mundo clasificados en base al ratio Deuda/PBI. Aquellos países que tienen un endeudamiento de entre el 60% y el 80% del PBI son catalogados en una situación “crítica” de deuda. Aquellos que tienen una deuda superior al 80% son incluidos en el rasgo de una situación “muy crítica” de deuda. En el primer semestre de este año, Argentina paso a integrar ese selecto segmento, junto a países como Ucrania, Mongolia o Mozambique.

El panorama hace que las dudas de aquellos que mueven su dinero por el mundo con el único objetivo de obtener una ganancia, luzcan razonables. A los ojos de los observadores extranjeros, el grado de endeudamiento asumido para financiar el gradualismo, se ha vuelto nuevamente una sombra para la economía nacional.

Crisis de confianza

La dinámica de las finanzas opera como la punta del iceberg que revela un problema mucho más serio: quienes le prestaban a la Argentina, ya no creen en la bonanza de las medidas adoptadas por el gobierno. Los traders que trabajan en el mercado internacional, indican que sobre nuestro país opera “la suma de todos los miedos”. La frase resume un combo letal de factores internacionales y factores internos, que sirven como incentivo para que los inversores decidan desarmar posiciones en Argentina y busquen activos más seguros. Algo que en el mundo de las finanzas se conoce como ‘fly to quality’.

Entre los factores externos, la suba de tasas que tuvo lugar en los EE. UU. sumado a las dificultades que presentan la mayoría de los países emergentes, ha generado una recomposición de carteras. Los grandes fondos de inversión que por dos años estuvieron “colocados” en Argentina, intentan deshacerse de los activos nacionales, y ello tiene un impacto directo en el precio de los papeles argentinos. El segundo infograma adjunto, muestra la abrupta caída de la cotización de tres bonos de la deuda pública argentina, en tres casos representativos. El precio del Bonar 2022, un instrumento de corto plazo, retrocedió un 8,6% entre octubre de 2017 y julio de este año. En el mismo lapso, el Bonar 2046 (mediano plazo), cayó un 24,3% y el Argentina 2117 (el afamado bono a 100 años), cayó un 23%.

Entre los factores internos, pesó por sobre todas las cosas el fracaso en la política antiinflacionaria y el desfasaje entre la política monetaria y la fiscal. El resultado, se observa en el tercer gráfico que acompaña la nota. El ‘riesgo país’ subió de 317 puntos básicos en octubre de 2017, hasta 566 puntos básicos en julio de 2018. Se trata de la sobretasa de interés que los bonos argentinos deben pagar para compensar la inestabilidad económica y política a nivel interno.

En resumen, mientras que la deuda ya emitida por Argentina está de oferta a raíz de la salida de los inversores, colocar nueva deuda de ahora en más, costará mucho más caro.

Datos

“Es importante entender que pueden variar los factores, pero el rumbo del barco está claro, sigue siendo el mismo”.
Mauricio Macri,presidente de la Nación

Datos

85%
El ratio Deuda/PBI de la Argentina, tras tomar deuda por u$s 30.000 millones este año y devaluar el peso.
23%
se desplomó la cotización del bono Argentina 2117 desde octubre de 2017 hasta julio.
575
El riesgo país argentino el último viernes (en puntos básicos). Pedir prestado sale cada vez más caro.

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Economía

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