Qué es el offshore y qué hay de cierto en las cadenas que lo rechazan

La decisión del gobierno nacional de autorizar la exploración sísmica de tres bloques hidrocarburíferos del Mar Argentino desató una fuerte polémica, cuestionamientos y, sobre todo, dudas. Cuáles son ciertas y cuáles fake news.

La autorización del estudio de impacto ambiental para la exploración sísmica de tres bloques offshore generó una virtual catarata de reclamos, cuestionamientos e incluso protestas en algunas localidades costeras. En este artículo explicaremos qué se aprobó, cómo se hará y qué ha sucedido con los desarrollos offshore que funcionan en el país.

En primer lugar lo que autorizó el ministerio de Ambiente de la Nación fue la exploración sísmica de tres bloques de la Cuenca Argentina Norte (CAN 100, CAN 108 y CAN 114). En todos los casos la empresa operadora, es decir la que estará al frente de la operación es la noruega Equinor, pero cuenta con YPF y Shell como socios en CAN 100 y a YPF en un 50% de sociedad en CAN 108.

La autorización no comprende la realización de pozos productores de petróleo o gas, sino únicamente el estudio sísmico que es el que permite tomar imágenes en 2D, 3D y 4D del subsuelo marino para determinar si en esas zonas existen hidrocarburos. De resolver avanzar en la realización de un pozo se deberá convocar a otra audiencia pública.


Cañonazos en el mar



Desde algunos grupos ambientalistas se ha advertido que la técnica para realizar estas mediciones sísmica consiste en realizar cañonazos hacia el mar, pero en realidad no es así. La exploración sísmica que se realizará parte de diez cables submarinos que tienen una extensión de entre 8.000 y 10.000 metros y se conectan a tres fuentes de energía desde la que se emiten sonidos.

La refracción de esos sonidos es captada por micrófonos submarinos, conocidos como hidrófonos, que permiten la interpretación de esas refracciones en las imágenes 2, 3 y 4D.

Esta tecnología dista mucho de la que se usaba hace algunas décadas, en línea con los avances tecnológicos que se han dado, por lo cual en la práctica no se realizan cañonazos, generando una menor afectación a la fauna marina.

Este tipo de estudios del mar no es nuevo en el país, y de hecho entre 2017 y 2020 el gobierno nacional licitó y realizó la exploración sísmica de más de 100.000 kilómetros cuadrados del Mar Argentino. Una práctica similar a la que se busca realizar ahora pero que en esa oportunidad no tuvo los mismos cuestionamientos.

La exploración sísmica se realiza mediante ondas sonoras pero no por medio de cañonazos.

Desde algunas asociaciones de pesqueros, en especial de Mar del Plata, se ha cuestionado la afectación que los estudios sísmicos generarían en la fauna marina y aquí sí se trata de un temor fundado.

La emisión de sonidos para la prospección puede causar el alejamiento de los peces y cardúmenes, pero desde las empresas concesionarias consideran que no tendría mayores efectos por las distancias entre los puntos de medición, ubicados a 300 y 400 kilómetros de la costa, y la zona en donde operan los buques pesqueros.

Aunque de todos modos se advirtió que se extremarán los cuidados para evitar un perjuicio a la actividad pesquera.


100% de posibilidad de derrames



Algunos referentes de asociaciones ambientalistas e incluso desde Greenpeace se ha indicado que la “exploración sísmica en el Mar Argentino tiene un 100% de probabilidad de un derrame petrolero”.

La afirmación no solo es temeraria por el porcentaje, ya que en síntesis se afirma que sucederá inevitablemente, sino que además no guarda relación con los trabajos que se realizarán ya que en la prospección sísmica no se realiza ningún tipo de perforación que pudiera eventualmente permitir un derrame.

En el caso de Greenpeace el estudio que presentaron durante la audiencia pública que debatió estos proyectos indicaba una posibilidad de derrame del 98% si se avanza en la construcción de pozos de producción offshore en la zona.

Esta estadística se contradice con la realidad que muestran los pozos offshore que están en producción en el país desde hace décadas sin incidentes de consideración.

De hecho, muchos de quienes tenemos más de 30 años podemos recordar algunas imágenes de pingüinos empetrolados en la costa bonaerense, pero muchos seguramente no recordarán que ese desastre no se debió a una operación offshore, ni de sísmica ni de producción, sino al choque de un buque petrolero.

El 16 de enero de 1999 el buque Estrella Pampana de Shell fue chocado por otro barco, el Sea Paraná, a la altura de Magdalena, provincia de Buenos Aires.

El impacto entre los navíos causó que se derramaran hacia el Río de la Plata más de 180.000 barriles de petróleo, una catástrofe ambiental sin lugar a dudas, pero que nada tiene que ver con el offshore.


En Argentina ya hay plataformas offshore


De acuerdo a un reciente informe del Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG) en Argentina se han perforado hasta la fecha 187 pozos offshore, siendo los primeros los realizados en la costa de Comodoro Rivadavia en la década de 1930.

Los grandes desarrollos modernos del offshore comenzaron a montarse en los 70s y actualmente generan una producción de gas de 22 millones de metros cúbicos, el 17% del consumo del país y casi el mismo volumen que inyecta el mayor buque que regasifica el gas importado que en cada invierno llega al país.

Sobre estos 187 pozos offshore perforados 36 están en producción, todos en la Cuenca Austral, ya que los demás pozos no dieron resultados positivos.

El informe incluso da cuenta que desde 1960 son más de 50.000 los kilómetros cuadrados de las costas bonaerenses que se han estudiado con prospecciones sísmicas, habiéndose realizado además 18 perforaciones que no revelaron la presencia de hidrocarburos.

En las costas bonaerenses ya se realizaron relevamientos sísmicos por más de 50.000 kilómetros cuadrados e incluso se perforaron 18 pozos aunque no dieron producción comercial.

En tanto que de los 36 pozos en producción sólo uno es de aguas profundas, ya que los otros 35 se ubican a una profundidad menor a los 100 metros por lo que las plataformas petroleras se apoyan en el lecho marino.

El único pozo profundo es el Malvinas 1 realizado por YPF, PAE y Petrobras en 2011, sobre un perfil de agua de 500 metros.

Este pozo ubicado a 320 kilómetros de Río Grande no ha registrado en su década de operaciones, incidentes ni daños ambientales.


Empresas extranjeras que devastan


El último punto que repasaremos tiene que ver con los cuestionamientos a que estos estudios y desarrollos sean realizados por empresas extranjeras, como es el caso de Equinor en esta primera tanda autorizada. Contrariamente a las acusaciones, Equinor y firmas que fueron adjudicadas en la Ronda 1 que convocó el gobierno nacional -que colocó un total de 18 áreas para la exploración- como son BP, Shell, TotalEnergies, Tullow, Eni y Qatar Petroleum son las empresas líderes a nivel mundial en la actividad offshore y, por ende, las que más experiencia tienen en el segmento.

Además, estas empresas comprometieron en la Ronda 1 del offshore una inversión en esta etapa de exploración de 724 millones de dólares para estudiar el potencial hidrocarburífero del Mar Argentino, en donde se estima que no solo hay grandes depósitos de gas natural sino también de petróleo.

Claro está que la forma de comunicar la aprobación del estudio de impacto ambiental de estos estudios sísmicos deja mucho que desear y es en buena parte responsable de la ola de críticas generadas, ya que los permisos se dieron el 30 de diciembre, sin mediar un comunicado de prensa o una explicación oficial antes de que la noticia fuera difundida por este medio, y en paralelo además con un decreto presidencial que dispone una rebaja en la alícuota de regalías que pagará una de las área pero no ahora, sino una vez que confirme la presencia de hidrocarburos y obtenga la concesión de explotación.


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