(Re)mansos

Una caricia. La irrupción de una infrecuente pródiga de elogios. Una promesa que asegura no reiterar los errores del pasado.

El idilio suele ser la próxima estación después del paso por la tormenta en las relaciones de quienes se reconocen indispensables el uno para el otro.

Y vaya si fue idílica la imagen exhibida el viernes por los gobiernos de la provincia y la ciudad, durante la visita oficial del gobernador Miguel Saiz a la intendencia que encabeza Carlos Soria.

Claro que esta no fue la cita de dos ingenuos capaces de creer en todas y cada una de las palabras escuchadas sino m·s bien el encuentro de dos sectores que hicieron de la armonía el leit motiv para arribar a sus diversos y heterogéneos objetivos.

En consecuencia, hubo concesiones. Saiz aceptó diversos pedidos del municipio, como el traspaso del ex Colegio Normal 1 y el pago de una sola vez de 800.000 pesos en concepto de regalías y coparticipación. El jefe comunal devolvió gentilezas y se ubicó en público como espectador silencioso del regodeo radical cuando se detallaron los millones que la provincia tiene en carpeta para invertir en Roca.

He aquí otro punto para detenerse. Al cierre de la jornada de trabajo quedó claro que no había un as bajo la manga del gobernador y si bien fueron ratificados proyectos importantes para la ciudad, la expectativa por un anuncio estridente -alentada por allegados al oficialismo provincial en los días previos- concluyó diluida.

Hubo sí esenciales confirmaciones, como la obra del centro administrativo, el pavimento para caminos rurales y el museo de ciencias naturales en el edificio del ex Banco Provincia.

El resto fue un repaso a licitaciones en marcha, como la destinada a la conclusión del edificio de tribunales y la iniciada para refaccionar y ampliar la alcaidía, entre otras.

El resumen ofrecido por el ministro de Hacienda, Pablo Verani, afirma que en los próximos tres años el desembolso en Roca de bienes e infraestructura pública gestionados por el gobierno provincial será de 180 millones de pesos.

Una cifra impactante, sobre todo si no se tamizan los fondos de Nación que administra la provincia (como en el caso de las viviendas) ni los créditos de organismos multilaterales que deberán ser afrontados por los beneficiados (así ocurrirá con el pavimento rural y los chacareros). En fin, artilugios que no son exclusividad del radicalismo, puesto que el PJ local hace lo mismo cuando inaugura mejoras con cargo a los frentistas.

Ahora bien, a grandes compromisos grandes pueden ser los fracasos y esa es una regla que el gobierno provincial ya pasó por alto muchas veces en Roca.

Bajo la convicción de tener un electorado cautivo, no fueron pocas las postergaciones hacia la ciudad en la inversión pública realizada durante la última década.

El precio pagado fue alto -perdieron la intendencia- y los efectos colaterales múltiples, porque hasta hoy es imposible visibilizar un partido cohesionado en todos sus planos para recuperar la comuna que fue núcleo de su poder durante la transición.

Además, el presente en la relación institucional entre provincia y municipio es muy distinto al de los años '90. El gobernador actual no encontrará en la comuna a un alineado que acepte sin chistar las decisiones tomadas en desmedro de Roca, papel que el mismo Saiz tuvo que encarnar entre 1991 y 1999.

Por ello, el idilio del último viernes fue apenas un remanso. La campaña electoral está demasiado cerca como para anhelar un futuro libre de reproches.

Soria lo hizo durante los festejos del último aniversario. Su personalidad, proclive a derribar con una sola frase cualquier construcción laboriosa, puede tensar otra vez el vínculo en cualquier momento.

Y así, como en las relaciones complejas y con antecedentes de agresión, nada garantiza que atrás de las caricias de hoy no llegará un golpe para intentar demostrar quién es el que manda.

 

Hugo Alonso

halonso@rionegro.com.ar