Marcelo Cuenca, un obispo con declaraciones polémicas

Las declaraciones del obispo del Alto Valle han tomado estado público en diversas oportunidades.

Tras conocerse que el obispado del Alto Valle refugió a un cura que abusó de una niña en Córdoba, se actualizan las polémicas que desató en varias oportunidades la máxima autoridad eclesiástica de la diócesis.

Marcelo Cuenca asumió el 11 de abril de 2010 como obispo de la Diócesis del Alto Valle. Desde entonces, algunas de sus declaraciones sobre distintos temas han tomado notoriedad por su tono polémico.

En marzo de 2012, el religioso contó a este medio su posicionamiento en contra de la reforma del código civil, en especial sobre el punto que regula la práctica de la fertilización asistida. “Si no pueden fecundar no tienen derecho a ser padres” dijo Cuenca en aquella oportunidad. “Dios nos la dio hasta anatómicamente conformados entre el varón y la mujer para que sea una entrega plena. Si en esa entrega plena no se puede concebir un hijo… el hijo no es un derecho”, agregó. También consideró: “Dos varones nunca van a tener un hijo. Una mujer o un hombre que no pueden fecundar nunca no tienen derecho a ser padres”. En la misma entrevista catalogó al alquiler de vientres como un acto de prostitución y se manifestó en contra del reparto de preservativos para adolescentes.

El 14 de marzo de 2012 se pronunció en contra del aborto no punible. “Puede ser no punible pero significa un asesinato”, sentenció el obispo en diálogo con LU19 de Cipolletti. “Es lamentable que una violación se solucione con la muerte del que no tiene nada que ver, el mas silencioso, el mas inocente” opinó y agregó que “a la agresión que sufrió la mujer violada se agrega otra agresión que ella realiza con voluntad propia sobre el niño que concibió”.

En septiembre de 2013, Cuenca hizo una defensa pública del cura Julio César Grassi, condenado por la Justicia a 15 años de cárcel por abuso sexual infantil y corrupción de menores y a dos años más de prisión por otra causa por el delito de malversación de fondos de la Fundación y por el desvío de las donaciones en beneficio propio. “Grassi es totalmente inocente y le han querido colgar, sumar, una acusación que responde a otros motivos y no a esta lamentable situación que pueden vivir otros sacerdotes por casos de pederastas y abusos de niños”, aseguró. También en aquella oportunidad, cargó contra la justicia porque “tiene sus canales y hay procedimientos que con mucha facilidad embarran la cancha y vuelven inoperantes cosas que deberían ser evidentes”.


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