Río Negro amplía sobresueldos a funcionarios

Los pagos a funcionarios provinciales se extienden ahora también a directores y directores generales, y de 80 que cobraban al principio de la gestión de Saiz, se ampliaron.

En Río Negro se generaliza el pago de sobresueldos o adicionales en negro que tienen asignados los funcionarios en el gobierno de Miguel Saiz. L partida anual ya ronda los 2,4 millones.

El monto máximo equivale a 2.000 pesos para los ministros, mientras que el promedio ronda entre 700 y 750 pesos mensuales por funcionario.

La administración de Saiz evalúa blanquear estos adicionales y redacta un decreto para incorporarlo al salario.

Su formalización jerarquizaría al Poder. Pero también deberán analizarse otros mecanismos de compensaciones -como viáticos y alquileres- y beneficios profesionales, que favorecen a pocos y en nada benefician a la imagen de la clase política.

Con la asunción de Saiz, el Poder Ejecutivo instrumentó un adicional especial para «adecuar los ingresos de las autoridades superiores según su carga de responsabilidad, especialización técnica-profesional, dedicación funcional y exclusividad», según la resolución 138/04 del Ministerio de Coordinación.

Esta primera normativa aprobó la partida para dos meses -diciembre 2003 y enero 2004- por un total de 322.500 pesos, un costo de 161.250 pesos mensuales. Esta afectación impacta en la partida 432 de Coordinación, de «gastos de función jurisdiccional sin discriminar». La disponibilidad presupuestaria de 2005 alcanza los 2,4 millones y en el primer trimestre ya se utilizaron 619 mil pesos.

Esta ejecución representa 206 mil pesos mensuales, detectándose un incremento de casi 45 mil pesos (44.750 pesos) en relación con el inicio del adicional, es decir un aumento del 28%. El incremento se explica en la ampliación del número de funcionarios que reciben ese beneficio.

En principio las asignaciones sólo alcanzaban a los ministros, secretarios y subsecretarios. Los pagos en «negro» eran de 2.000 pesos, 1.800 pesos y 1.500 pesos, respectivamente y, por ejemplo, ese desembolso permite que el titular de una cartera tenga un ingreso de entre 4.800 y 5.000 pesos de bolsillo.

En febrero de 2004, «Río Negro» ya informó de las asignaciones y consideró que aquel monto representaba un incremento indirecto entre el 70 y 80% de sus ingresos.

En un principio, los beneficios alcanzaban a 65 funcionarios superiores, con otras excepciones a criterio de cada ministro. Pero ahora, el repaso propio arroja que los beneficiarios oscilan entre los 280 a 300 funcionarios, pue se extendió progresivamente a los directores generales y directores. En general, los únicos que -masivamente- están excluidos son los subdirectores, que superan los 41 cargos.

No hay montos establecidos en los cargos inferiores, y existen mecanismos especiales de repartos en algunos ministerios.

Los recursos repartidos constituyen un aporte medio de 700 a 750 pesos mensual por funcionario, entregados contra la firma de un recibo informal.

Desde que fue electo, Saiz se fijó un firme objetivo para recomponer la estructura superior del Ejecutivo: mejorar los salarios a sus funcionarios, fijando como objetivo inicial que cobren -aproximadamente- la remuneración de recibo asignada por entonces de los legisladores: entre 3.500 y 4.000 pesos.

El mecanismo de aplica

ción siempre fue tema de discusión interna. El gabinete se dividió entre los que querían «blanquear» el monto y aquellos que lograron mantenerlo como gastos reservados.

En oportunidad de su instrumentación, Saiz asignó un argumento reservado que originó más que una reacción. Razonó que esa asignación desactivaría históricos esquemas de sobresueldos institucionalizados, destinados a casos individuales. Siempre se entendió que esos fondos se originaban en las sociedades estatales, por lo cual Saiz también instrumentó un trato especial para esas estructuras: creó un área de supervisión de las empresas públicas y asignó el control de las mismas en la Fiscalía de Estado y la Contaduría General.

Ahora, el gobierno consolidó el pago de los adicionales a los funcionarios y se prepara para incluirlos en los sueldos formales. En cambio, hay incertidumbre si -efectivamente- logró neutralizar las tradicionales cajas adicionales.

Adrián Pecollo

pecollowa@yahoo.com.ar

Notas asociadas: Hipocresía y doble discurso Esquema con derivaciones

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