Rueda impuso su ritmo

Hacía un tiempo largo que Eduardo Rueda no aparecía en el Rally Neuquino. Fue tan corto su regreso en la Vuelta de la Manzana, que se quedó con ganas de acelerar. En Ramón Castro fue protagonista de movida y en una prueba muy dura hizo doblete, porque ganó la general y también se impuso en la Clase A-6. La segunda parte de la sexta fecha del certamen neuquino se convirtió en un verdadero filtro para las ilusiones de muchos de los candidatos al triunfo en las diferentes divisiones y durante los cuatro tramos que se disputaron fueron permanentes los golpes de escena, en varios casos prolongando el suspenso por la definición hasta el final. Rueda mostró que el parate no lo hizo olvidar de acelerar y se metió segundo en la A-6, escoltando a Wálter Cisterna. Ayer fue por todo y lo logró, porque terminó superando a su rival por 24s 6/10. De paso, se llevó también la victoria en la general. Tercero en la división quedó el debutante Hugo Sánchez, toda una revelación. En la A-7 terminó la sequía del campeón Patricio Ávila, al que se le venía negando el triunfo. Su trabajo se vio facilitado por las bajas de Alejandro Almeira y Damián Di Bartolo, aunque nada desmerece su trabajo, porque anduvo fuerte y su R-18 se bancó la exigencia de los caminos. Muy lejos quedó el segundo Héctor Pérez. En el Grupo N-2 festejó Emiliano Suárez, en apenas su segunda prueba en la categoría. Se vio beneficiado por las penurias de Cristian Giuliano, al que le pasó de todo en su auto, cada vez que pasó por los vados y también con las gomas. Mientras, en la Super R completó la exigencia Gonzalo Ardiles, quien avanzó hasta el segundo lugar en la general. José L. Zúñiga fue otro que ratificó su nivel, ganando en el Grupo N-1, después de superar por buena diferencia a Benjamín Vera, quien cerró un excelente negocio para el certamen. La A-1 entregó una definición apasionante. Hasta el final pulsearon por la victoria Gustavo Rojas y Luciano Zurita, líder del certamen. Ganó el primero por sólo 4s 3/10. Lástima que se quedó Alfredo Kallobius, quien también estaba prendido en una emotiva batalla por el triunfo.