Santo Tomás de Aquino: se celebra hoy al patrono de los estudiantes
Santo Tomás de Aquino es el santo patrono de los estudiantes. Conocé cómo pedirle en oración y por qué es un referente en esta materia.
Santo Tomás de Aquino fue un teólogo, filósofo y santo dominico del siglo XIII. Nacido en el seno de una familia noble en el Reino de Nápoles en 1225, Tomás fue enviado a estudiar a la Universidad de Nápoles y luego a la Universidad de París, donde fue discípulo de Alberto Magno. Su historia.
Celebración católica del día: vida y legado de Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás es más conocido por su monumental obra teológica, la Summa Theologica, que es considerada una de las más grandes obras de la teología y la filosofía cristiana. En ella, abordó una amplia gama de temas teológicos, éticos y metafísicos, integrando la filosofía de Aristóteles con la teología cristiana, y ofreciendo argumentos lógicos para la existencia de Dios y la comprensión de la fe.
Además de su genio intelectual, Santo Tomás también fue un hombre de profunda espiritualidad y devoción. Pasaba horas en oración y adoración ante el Santísimo Sacramento, y su vida estuvo marcada por una búsqueda constante de la verdad y la santidad.
Tomás fue canonizado por el Papa Juan XXII en 1323 y declarado Doctor de la Iglesia en 1567 por el Papa Pío V. Su influencia en el pensamiento cristiano y occidental ha sido inmensa, y su legado perdura en la enseñanza y la práctica de la fe católica hasta el día de hoy.
La fiesta de Santo Tomás de Aquino se celebra el 28 de enero en la Iglesia Católica, y es una ocasión para honrar su vida de santidad, su agudeza intelectual y su contribución duradera a la teología y la filosofía.
Oración para Santo Tomás de Aquino
Aquí me llego, todopoderoso y eterno Dios
al sacramento de vuestro unigénito Hijo mi Señor Jesucristo,
como enfermo al médico de la vida, como manchado a la fuente de misericordias,
como ciego a la luz de la claridad eterna, como pobre y desvalido al Señor de los cielos y tierra.
Ruego, pues, a vuestra infinita bondad y misericordia,
tengáis por bien sanar mi enfermedad, limpiar mi suciedad, alumbrar mi ceguedad,
enriquecer mi pobreza y vestir mi desnudez, para que así pueda yo recibir el Pan de los Ángeles,
al Rey de los Reyes, al Señor de los señores, con tanta reverencia y humildad, con tanta contrición y devoción, con tal fe y tal pureza, y con tal propósito e intención, cual conviene para la salud de mi alma.
Dame, Señor, que reciba yo, no sólo el sacramento del Sacratísimo Cuerpo y Sangre, sino también la virtud y gracia del sacramento.
Oh benignísimo Dios!, concededme que albergue yo en mi corazón de tal modo el Cuerpo de vuestro unigénito Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Cuerpo adorable que tomó de la Virgen María, que merezca incorporarme a su Cuerpo místico, y contarme como a uno de sus miembros.
¡Oh piadosísimo Padre!, otorgadme que este unigénito Hijo vuestro, al cual deseo ahora recibir encubierto y debajo del velo en esta vida, merezca yo verle para siempre, descubierto y sin velo, en la otra. El cual con Vos vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
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