Sin prisión y con cruces entre juezas y fiscales

El caso Temux, la millonaria estafa al BPN cometida cuando Sobisch era gobernador, fue un escándalo hasta el final. Hubo condenas en suspenso y reproches entre miembros del Poder Judicial.

Neuquén

NEUQUÉN (AN).- A más de diez años de haberse abierto la investigación, el caso Temux se cerró sin que ninguno de los imputados vaya a prisión, aún cuando fueron hallados culpables de haber estafado al BPN en 22.000.000 de pesos/dólares y haber puesto a la institución al borde de ser excluida del sistema financiero nacional.

El tiempo del proceso transcurrido fue precisamente uno de los argumentos del tribunal que presidió Alejandro Cabral e integraron Ana Malvido y Carina Álvarez, para dictar penas de cumplimiento condicional en este emblemático caso de fraude a la administración pública. Otro fue la falta de antecedentes penales.

“Hemos tenido en cuenta todos los argumentos, de los fiscales y querellantes y de los defensores, para imponer los montos de las penas”, dijo Cabral.

La causa salpicó al poder político, en particular al exgobernador Jorge Sobisch y a directos colaboradores suyos, como Luis Manganaro, José Oser, Claudio Silvestrini, Ana y Alfredo Esteves.

Racco y Bugner, exdirector del BPN, fueron condenados a tres años de prisión; Carlos Herrera, exgerente de la sucursal Buenos Aires, y Daniel Calabria, empresario, a 2 años y medio; Carlos Troiani y Emilio Brocca, empresarios, a dos años y cuatro meses y a dos años y dos meses, respectivamente.

Todos los casos son de cumplimiento condicional y la imposición de los costos del proceso.

A los bancarios Carlos Cáceres y Norberto Corrado y al empresario Héctor Dellagiovanna se les concedió la suspensión del juicio a prueba que pidieron sus defensores y luego aceptaron los fiscales y los querellantes.

Esta suspensión del juicio a prueba de los citados -que le abre la puerta al resto de los imputados para solicitarlo también; el de Bugner, Luis María Fernández anticipó que lo presentará de inmediato-, derivó en un durísimo cruce entre las juezas Malvido y Alvarez y el fiscal Pablo Vignaroli (ver aparte).

Las magistradas le reprocharon al fiscal con duros términos haber aceptado el pedido en abierta contradicción con lineamientos dados por el fiscal general del TSJ, acusándolo de hacer perder “credibilidad en la justicia”. Vignaroli no bajó los decibeles y les replicó cuestionándoles que hayan reducido las penas, alimentando de ese modo el dicho popular de que la Justicia nunca castiga a los “ladrones de guante blanco”. Sólo Carlos Herrera presenció la audiencia de ayer y ante la requisitoria periodística se abstuvo de hablar, como lo hizo a lo largo del extenso proceso.

Como lógica consecuencia del veredicto los defensores expresaron su conformidad.


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