Sociedad

¿Cuántas veces al día te lavás las manos? Los datos que muestran por qué los extremos son malos

Los especialistas sostienen que no hay una frecuencia ideal, sino una serie de situaciones recomendables. Lavarse demasiado puede ser contraproducente y acá te contamos por qué.

A finales de 2023, el medio estadounidense New York Post desencadenó un debate al publicar los resultados de una encuesta sobre los hábitos de higiene de la generación Z. El titular afirmaba que casi la mitad de los jóvenes de esta generación son germófobos, ya que se lavan las manos diez o más veces al día. Esta declaración generó confusión entre los lectores, quienes cuestionaron si este nivel de higiene era excesivo o simplemente una práctica normal.

Al lavarnos las manos, eliminamos bacterias, hongos, parásitos y rastros contaminantes de nuestra piel, y así evitamos que, al llevarlas a la boca, a las aperturas genitales o bien al tocar heridas, se propaguen las infecciones.

Especialistas sostienen que el lavado debe limitarse a determinados momentos a lo largo del día: antes de comer o manipular alimentos o si hicimos actividades que impliquen que las manos se ensucien -jardinería, reparaciones, etc.-

“Cuando el lavado se vuelve excesivo y compulsivo comporta cierto peligro de que se vuelva en nuestra contra y en lugar de protegernos, nos deje la dermis de las manos más desprotegida que en el caso de alguien que no se las lava con asiduidad”, indicó la dermatóloga española Maria Rosa Martí en declaraciones a ElDiarioes.

A pesar de la importancia del lavado de manos, una encuesta de YouGov Omnibus -a nivel internacional- reveló que una cuarta parte de la población no siempre se lava las manos después de ir al baño. Además, la preocupación por la higiene de manos ha disminuido desde el inicio de la pandemia.


¿Puede haber un exceso en el lavado de manos?


El lavado compulsivo de manos elimina los aceites naturales de la piel, que tienen una función protectora y de aislante térmico. Foto gentileza.

Profesionales en la materia advierten que lavarse las manos en exceso puede provocar problemas dermatológicos como dermatitis, sequedad o microheridas. Aunque es poco común que la población en general se lave las manos en exceso, el personal sanitario puede experimentar estos problemas debido a la naturaleza de su trabajo.

Por otro lado, el término «germofobia» surgió para describir un miedo irracional a los gérmenes y la suciedad. Si bien es natural preocuparse por la higiene, la obsesión extrema con la limpieza puede indicar un trastorno, como el trastorno obsesivo-compulsivo. En estos casos, la preocupación por los gérmenes afecta negativamente la vida diaria y puede requerir intervención profesional.


Lavado compulsivo de manos. Cuáles son los mayores riesgos:


1- El lavado compulsivo de manos elimina los aceites naturales de la piel, que tienen una función protectora y de aislante térmico. Aunque el personal sanitario resuelve este problema con cremas hidratantes, el exceso de lavado puede provocar deshidratación y fisuras en la piel, dejándola más vulnerable a la proliferación de patógenos y aumentando el riesgo de infecciones.


2- Lavarse las manos con mucha frecuencia puede empobrecer la flora bacteriana cutánea, la cual nos protege de patógenos externos. Aunque el lavado frecuente nos previene contra los patógenos, también eliminamos la flora cutánea beneficiosa y debilitamos la defensa natural de nuestra piel, lo que aumenta el riesgo de infecciones.

3- La excesiva asepsia de la piel puede afectar a la flora intestinal al reducir el aporte neto de microorganismos simbióticos hacia el intestino. Esto puede empobrecer la flora intestinal y afectar negativamente a la salud digestiva. La flora intestinal necesita ser regenerada constantemente, y el lavado excesivo de manos puede interferir en este proceso.

4-El uso exagerado de jabón puede desproteger a la piel ante la evaporación del agua en la epidermis, lo que puede provocar sequedad, pérdida de turgencia y mayor susceptibilidad a la formación de arrugas. Se recomienda aplicar crema hidratante después de lavarse las manos para contrarrestar estos efectos.


5- El lavado excesivo de manos también puede aumentar el riesgo de sufrir alergias de contacto, como dermatitis irritativas y alérgicas. La pérdida de la capa grasa y el empobrecimiento de la flora cutánea pueden desencadenar respuestas autoinmunes del cuerpo, aumentando la susceptibilidad a reacciones alérgicas.


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