Dos jóvenes de Huergo se dedican a robar sonrisas por todo el Valle

Diego es electricista, y su pareja, Jennifer es estudiante de medicina. Ellos quieren ayudar y se dedican a donar bicicletas restauradas y a reparar conexiones eléctricas en casillas y viviendas precarias.

Hace unos tres años, en la localidad de Ingeniero Huergo, una familia de un barrio humilde lo perdió todo en manos de un incendio. Una pareja de jóvenes solidarios quisieron ayudar y ofrecieron realizar la instalación eléctrica de la casa, que poco a poco se fue reconstruyendo. Desde ese día nunca dejaron de intentar robar sonrisas y empezaron a donar bicicletas para los más necesitados. Esta es la historia de Jennifer y de su compañero, Diego, que desde Ingeniero Huergo recorren la región movilizados por la solidaridad.

“Desde aquel día no dejamos de caminar los barrios: en El Cuy, en Roca, Villa Regina, Mainqué, Godoy, en las chacras y en todos los lugares adonde sabemos que hay sonrisas para robar”, contó Diego, que con 27 años se dedica a la electricidad.

Él, acompañado de Jennifer, una futura médica de 23 años, recorren barrios y parajes entregando bicicletas que consiguen mediante donaciones y que restauran. Además entregan juguetes y ropa a los más necesitados, y arreglan instalaciones eléctricas en asentamientos. Buscan “la igualdad” y tratan de “poner en marcha los sueños de muchos niños que hoy ya no sueñan”, expresaron emocionados. Robando sonrisas, se llama su proyecto.

Llevan cerca de 90 bicicletas entregadas, productos de donaciones y de tareas de reparación.

“Es una pieza clave para ellos que viven alejados de las ciudades”, contó Diego sobre una de las iniciativas solidarias que realizan y que denominaron “Sonrisas Rodando”.

Pero además reparan las instalaciones eléctricas de las casillas en los asentamientos y tomas, que ante la falta de políticas de vivienda crecen y se organizan por toda la región y el país.

“Esta actividad salva muchas vidas, ya que sus hogares son de madera, chapas y cartón. Lo mas importante de Robando Sonrisas son los Niños y por eso recaudamos todo el año juguetes, asistimos a los barrios con ropa antes que comience el invierno”, destacó Jennifer.

Cuando se les pregunta sobre el porqué, ambos responden, casi a duo, que simplemente buscan “devolver un poco de todo lo que la vida nos da. Creemos que ellos tienen el derecho de soñar”, argumentaron.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios