El drama de la pérdida de animales después de las inundaciones

En los parajes El Manso Inferior, El Foyel, Río Chico y Las Bayas, murió ganado por las crecidas de los ríos y arroyos de los últimos días. Elaboran el relevamiento.

Una semana atrás, las intensas precipitaciones dejaban imágenes de campos cubiertos por el agua en el paraje El Manso Inferior, animales caminando por el agua y terneros que eran trasladados en botes a fin de ponerlos a resguardo. La postal actual es la de animales débiles por las condiciones de los terrenos y la falta de alimento.

“Los animales no tienen lugar para comer porque está todo tapado por el agua. Se nos han muerto unas vacas y unas ovejas”, manifestaba Mónica Muñoz, a cargo del cuidado de los animales en uno de los campos de El Manso Inferior el día de la crecida del río Foyel.

La situación en El Foyel, Río Chico y Las Bayas también resultaba alarmante. Sin embargo, una semana después, no se conoce el nivel de pérdidas en estos parajes.

Es muy pronto para determinar los daños. Hay que esperar que baje el nivel del agua y se pueda entrar a los campos para hacer el relevamiento”, resumió Tabaré Bassi, subsecretario de Ganadería de Río Negro.
El funcionario aseguró que, “en estos momentos estamos en la etapa de asistencia. Una vez que todo se acomode, pasamos al relevamiento de pérdidas y la planificación de remediación”.

El ministro de Gobierno de Río Negro Mariano Ferrari recorrió los parajes afectados y entregó 40 toneladas de forraje para asistir a los productores que tienen el campo bajo agua. “Con eso irán paliando la situación inicial. Los comisionados de Fomento y las asociaciones de productores, mientras tanto, hacen un registro final para conocer el número de animales perdidos”, señaló.

Los pobladores aguardan que baje el agua para hacer un registro de los animales muertos en los últimos días. Foto: gentileza

Federico Lostra es uno de los pobladores de El Manso Inferior que han padecido cinco crecidas del río Foyel en lo que va del año. Todos coinciden en que esta última resultó ser la más grave. “Nuestro campo se inundó en un 90%. Apenas quedaron unos islotes para que las vacas pudieran estar ahí. Tuvimos que sacarlas a nado y a unos terneros los sacamos con botes. Bajamos unos fardos en kayak”, relató.

Lostra dispone de un galpón con una platea alta a donde trasladó las ovejas. Recién ahora, está bajando el agua aunque queda mucho barro. “Ya perdimos un ternero y hay dos vacas muy flacas que no creo que puedan salvarse porque no tienen mucho que comer”, señaló. La situación se reitera para otros pequeños productores.

Pérdida de crías

Explicó también que la situación se agrava por ser época de parición. “Las vacas y ovejas, al estar preñadas, demandan más comida. El pasto está aguachento y no alimenta mucho”, puntualizó Lostra.
Desde la Asociación Agropecuaria de El Manso y El Foyel, conformada por 70 socios productores, aseguraron que aún no cuentan con el detalle de los animales perdidos. Las consecuencias, entendieron, se palparán a largo plazo.

“Hay vecinos que no encuentran a los animales. No saben si están vivos o muertos. Sabemos que no es alta, pero mortandad hay. Las vacas ya estaban débiles por no haber comido por varios días y, muchas estaban preñadas”, dijo Lisandro Lanfré, presidente de la Asociación Agropecuaria de El Manso y El Foyel que recibió un aporte de 24.250 kilos de pellets de alfalfa por parte del Ministerio de Producción que “alcanzará para cubrir las necesidades básicas de la emergencia”.

Los pobladores resaltan el estado de debilidad de los animales. Foto: gentileza

Lanfré explicó que “la lluvia no solo perjudica los campos que quedan inundados sino que adelgaza a los animales. Hay que tener en cuenta que llovió casi todo el mes de agosto. Esa situación de tener el cuero mojado les hace gastar más energía a los animales. Los adelgaza. Ya para esta época hay sol que hace brotar pasto pero con tanto frío se está haciendo largo”.

Tras su recorridas por los lugares afectados, Ferrari aseguró que en muchos casos, los dueños de los campos aún no han podido ingresar y recorrer porque son zonas bajas donde todavía hay agua. Por ende, aún no hay una idea clara de los daños. Solo se cuenta con un relevamiento preliminar que da cuenta de la pérdida de 12 vacas y 20 ovejas, según indicó Ferrari.

“Cuando empezó a llover y la lluvia no se cortaba, los productores empezaron a subir a la hacienda a lugares más altos. Por eso, a mucha población ovina y bovina la salaron los propios productores”, indicó el funcionario provincial.

Los pobladores aguardan que baje el agua para hacer un registro de los animales muertos en los últimos días. Foto: gentileza

La crecida del arroyo que no veían desde hace 10 años

Miguel Hernández, encargado del Destacamento Policial de Las Bayas aseguró que los 80 milímetros que cayeron en el paraje derivaron en una crecida del arroyo que “no se veía desde hace 10 años”.

“El arroyo llegó a subir un metro y medio y, en algunas partes parecía un pequeño lago por encima de la ruta nacional 1S40, que conecta las Bayas con Ñorquinco, en tramos de más de 100 metros”, relató Hernández.

Registró ese fenómeno a las 9 del viernes 15 de septiembre. En ese preciso momento, se comunicó con vecinos del paraje próximo Río Chico que no sabían de la crecida. “El arroyo Las Bayas es el mismo Río Chico, solo que cambia su denominación a 12 kilómetros hacia el sureste. Les advertí que esperaran la creciente promediando las 16 y no me equivoqué”, contó.

Advirtió que fue tan sorpresivo el fenómeno que hubo mortandad de ovejas. “En algunos potreros arrastraron a los animales cause abajo”, aseguró.

Los pobladores aguardan que baje el agua para hacer un registro de los animales muertos en los últimos días. Foto: gentileza

Los canales de riego

Mario Manquilef integrante de la Cooperativa Agrícola Ganadera Nuevo Río de Río Chico, aseguró que no cuentan con reportes de pérdida de ganado.

“Fue más el susto de ver cómo el río aumentaba su caudal por la lluvia. Alguna vez, en 2004, el agua pasó por el pueblo y dejó un saldo trágico porque se llevó ganado y varias personas fueron evacuadas. En esa oportunidad, hubo mucha pérdida material”, recordó.

La cooperativa cuenta con 38 socios que se dedican a la producción de forraje y alfalfa.

Las últimas lluvias que generaron una crecida de río Chico afectaron los canales de riego destinados a la producción de alfalfa. “Si bien este es un río muy tranquilo, durante tres horas pasaron dos metros cúbicos por segundo. En algunos casos desaparecieron los canales de riego y, en otros, se rompieron las compuertas de riego. Esta situación pone en peligro la producción de este año”, advirtió Manquilef.

Explicó que en octubre, la temperatura aumenta considerablemente y en enero baja en gran medida el caudal del río; de modo que no se puede regar. “Tenemos estos tres meses. Tomamos agua del río a través de estos canales para regar. Pero no sabemos cuándo podremos normalizar la situación”, reconoció.


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