Caso Lucas Muñoz: avanzan con la autopsia psicológica

Es otro de los requerimientos que solicitaron los fiscales a cargo de la investigación. El miércoles, médicos forenses hicieron una nueva autopsia sobre el cadáver del policía asesinado en agosto de 2016 en Bariloche. El crimen sigue impune.

Los responsables de la segunda etapa de la investigación del homicidio del policía Lucas Muñoz quieren encontrar las piezas que faltan del rompecabezas que el fiscal de Bariloche Martín Govetto intentó armar durante varios años, pero que no pudo completar.

El miércoles, médicos del cuerpo de investigación forense del Poder Judicial de la provincia hicieron una nueva autopsia sobre el cadáver de la víctima. Los restos de Muñoz habían sido exhumados el martes por la tarde en el cementerio de la localidad rionegrina de Ramos Mexía. Después, los trasladaron hasta la morgue que el Poder Judicial tiene en Roca. La diligencia se hizo en absoluto hermetismo hasta que trascendió.

Fuentes judiciales comentaron que ya está en marcha la autopsia psicológica para indagar en la historia y vínculos de Muñoz. Dijeron que el psicólogo forense del Poder Judicial rionegrino Cristian Guillermo Battcock está a cargo de elaborar ese informe, que pidió el fiscal jefe de Viedma Juan Pedro Peralta y la fiscal Paula de Luque, quienes fueron designados el 6 de marzo pasado por el fiscal general Fabricio Brogna, al frente de la investigación.

Peralta tomó la posta de la investigación que desde el comienzo estuvo a cargo de Govetto. El fiscal de Bariloche no logró desentrañar quiénes fueron los autores materiales y los responsables intelectuales de un crimen que conmocionó en agosto de 2016 a la sociedad rionegrina e hizo tambalear a la cúpula de la Policía de la provincia. En ese momento, el gobernador era Alberto Weretilneck.


Una investigación sin resultados


Govetto exploró un abanico de hipótesis, pero no pudo resolver el misterio que rodea el asesinato de Muñoz. “La gente que lo hizo estaba perfectamente preparada, y tuvo tiempo de planificarlo, de ejecutarlo y de saber cómo actuar para no dejar evidencias”, sostuvo en julio de 2017 el fiscal.

La familia de la víctima sospechó todos estos años de la Policía rionegrina y de un pacto de silencio que no rompe a pesar del paso de los años.

Fuentes judiciales explicaron que la autopia psicológica tiene como objetivo conocer a Muñoz, indagar y reconstruir su historia, sus afectos y vínculos. Por eso, se entrevistará a las personas de su circulo más cercano.

Es parte de la revisión que Peralta y De Luque ordenaron hacer, porque ya hay informes de ese tipo de pericias en el expediente.


El caso


Muñoz desapareció el 14 de julio de 2016 en Bariloche. Había salido de su domicilio, ubicado en el centro, para ir a trabajar a la comisaría 42, situada en el barrio 2 de Abril de la ciudad. Pero nunca llegó. Testigos que lo observaron ese mediodía declararon que el policía descendió del colectivo del servicio del transporte urbano de pasajeros a la altura del barrio El Frutillar y se entrevistó con unas personas que circulaban en un vehículo. Fue la última vez que se lo vio con vida.

Durante 27 días estuvo desaparecido y se los buscó en Bariloche y otras ciudades de la región. Aunque esa búsqueda estuvo plagada de irregularidades por parte de algunos empleados policiales, que hicieron investigaciones paralelas sin autorización judicial. Por eso, fueron imputados y condenados a penas en suspenso, que ya cumplieron.

La desaparición de Muñoz alimentó todo tipo de especulaciones. La amplia mayoría construidas a partir de rumores o versiones que la investigación no probó.

Hallaron su cadáver el 10 de agosto en un descampado, en las afueras de la ciudad. Estaba vestido con su uniforme y tenía todas sus pertenencias. Hasta su arma reglamentaria que usaron para ejecutarlo de un tiro en la cabeza.

Tenía otra lesión de arma de fuego en la pantorrilla derecha, pero los médicos forenses de Gendarmería y de la Corte Suprema llegaron a conclusiones diferentes respecto a esa herida en la pierna.

Por eso, los médicos forenses hicieron el miércoles una nueva autopsia sobre el cadáver de la víctima para analizar esas lesiones y elaborar otro informe.

En los primeros meses de la investigación tras el homicidio, peritos psicólogos del Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires hicieron un informe similar a una autopsia psicológica. Concluyeron que la hipótesis más firme apuntaba a un secuestro extorsivo. Pero la familia de la víctima nunca reveló que haya sido amenazada o extorsionada.


Quién era Lucas Muñoz


Lucas David Muñoz tenía 29 años. Era oriundo de Ramos Mexía. Terminó el secundario en su pueblo y se fue a Bariloche a estudiar Educación Física con Orientación a la Montaña. Abandonó por motivos económicos. Y se anotó en la Escuela de Hotelería.

Trabajó como barman en los casinos de Las Grutas y Viedma antes de ingresar a la Escuela de Oficiales y Suboficiales de Viedma, donde egresó a finales de 2014. Trabajó en esa ciudad y en Las Grutas antes de que lo enviaran a Bariloche. Era el único policía en su familia. Desde octubre de 2015 cumplía funciones en la comisaría 42 de Bariloche. Era oficial ayudante y se desempeñaba en la mesa de entradas de esa unidad.

Cursaba en 2016 el primer año de la carrera de Licenciatura en Seguridad Ciudadana en la Universidad Fasta. Tuvo tres hijos y estaba separado.


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