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Francisco López Lima, el médico soñador de Roca que era docente y piloto de avión

Durante décadas fue uno de los vecinos más destacados de la ciudad. Su consultorio nunca estaba cerrado y la gente esperaba horas para se atendido por Francisco López Lima. Hoy, el hospital de Roca lleva su nombre.

Francisco López Lima era mucho más que un médico. Era un gran soñador y un hacedor de proyectos que lo llevaron a transformarse en uno de los vecinos más destacados de Roca, en aquellos tiempos cuando las calles del pueblo todavía eran de tierra y el olor a chacra se podía percibir en el aire.


Para dar una primera imagen de lo que era, su hijo Francisco López Raffo recordó que la puerta del consultorio de su padre nunca se cerró con llave. La gente, entraba y se sentaba porque sabía que en algún momento del día, los iba a atender.

Francisco (h) hoy relata el gran camino que realizó su papá desde el mismo consultorio que supo ocupar por aquellos tiempos el médico Francisco López Lima, en calle 25 de Mayo 326. “Recuerdo eso. Había días que la sala de espera estaba llena de gente. Todos sabían que en algún momento del día los iba a atender”, recordó el gastroenterólogo de 84 años, quien reconstruyó buena parte de la historia del primer director del hospital de Roca.

Su padre había llegado al Alto Valle poco después de recibirse en el año 1938. Por aquellos tiempos no había camino asfaltado y llegar en auto a la región demandaba un largo trayecto por camino de tierra, abriéndose paso por las tranqueras en los campos.

Pero apenas llegó a Roca supo ganarse el cariño de la gente. Su profesión le abrió puertas y su compromiso con la comunidad lo llevó rápidamente a ser reconocido.

Para viajar en auto al territorio de Río Negro, se tenían que abrir las tranqueras en medio de los campos. Foto: Andrés Maripe, gentileza familia López Raffo.

“Había días que la gente no tenía como pagarle y él los atendía igual. Muchas veces le daban un cajón de fruta o un pollo”, recordó su hijo.

1938
Se recibió como médico y al año siguiente llegó a Roca por recomendación de un amigo que residía en Cipolletti.

Por aquellos años los sueños se cumplían. Y fue así que el médico -junto a otros profesionales- crearon el primer Instituto Secundario Incorporado, en el que de manera gratuita se preparaba a alumnos para rendir en Bahía Blanca ya que acá no había un colegio de Nivel Medio.

Finalmente el proyecto concluyó con la inauguración del primer Colegio Nacional donde fueron los propios vecinos que aportaron para construir el edificio que se levantó en Mitre y España.

Pero un motor interior siguió impulsando a López Lima. En el medio instaló el primer laboratorio bioquímico y también trajo el primer equipo de Rayos X, ya que el pueblo todavía no contaba con esa tecnología.

Además fundó junto a otros médicos el Sanatorio y Maternidad Roca ya que por ese entonces no había ningún tipo de hospital.

“Mientras tanto él ejercía su profesión. Hacía las otras cosas en las cuales se involucró”, recordó su hijo quien también destacó que su padre fue uno de los primeros socios del Rotary Club.

Francisco López Raffo y su hija, la médica patóloga, María Marta, en el mismo consultorio donde atendía López Lima. foto: Andrés Maripe.

También en Neuquén

Los sueños de López Lima también se extendieron a Neuquén donde asistía periódicamente a dar clases a la Escuela Industrial. Allí surgió la inquietud de aprender a volar.

Hizo el curso junto a otras personas de Roca. Fue allí que surgió la idea de crear el Aeroclub de Roca que tenía un doble objetivo; enseñar a pilotear un avión y trasladar pacientes con alguna patología grave a Buenos Aires o a Bahía Blanca”, recordó su hijo.

Uno de los viajes que realizó Francisco López Lima en su auto al Alto Valle. foto: gentileza.

Además, fue el primer médico de la Colonia Penal U-5, y después de la Revolución del ‘55 se inauguró el hospital de Roca que había estado paralizado durante mucho tiempo, donde fue director.
Mientras ejercía ese cargo fue director de Salud Pública Provincia por lo que también dedicó buena parte de su tiempo a la función pública y a desarrollar proyectos sanitarios en lo que por ese entonces era el territorio rionegrino.

«Siguió como director del hospital hasta 1964 cuando comenzó con problemas en su salud. Finalmente falleció en 1968”.

Francisco López Raffo, al contar la actividad que desarrolló su papá en Roca.

La familia, la producción y un legado

Francisco López Lima llegó a Roca junto a su esposa, Herminia Dora Raffo. Y tuvieron tres hijos; Francisco (médico gastroenterólogo), Oscar Raúl (Ingeniero Agrónomo) y «Dorita» (Bioquímica), quien falleció años atrás.

En el medio de la profesión y de la organización de su familia, López Lima siguió soñando y fue así que logró llega a organizar una cooperativa tomatera en la localidad de Mainqué y también participó en el avance de otra vitivinícola en Cervantes ya que por ese entonces la tierra estaba destinada principalmente a esa actividad.

Francisco se vino a vivir a Roca después de que se recibió, en 1938. foto: gentileza.

Más allá de todo él seguía con su profesión. Yo recuerdo que muchas veces lo venían a buscar por algún parto a casa. Y en auto se podía llegar hasta ciertos lugares, después eran los propios familiares de la parturienta los que los llevaban en zulky hasta la casa donde había que llevar adelante el parto”, contó.

1968
Fue el año que falleció el doctor Francisco López Lima. Fue el primer director del hospital de General Roca.

Francisco contó que su padre también dejó un legado en la familia ya que una de sus hijas María Marta (foto) es médica patóloga y su nieto, Agustín Weigle, está a punto de recibirse como médico. Y en la misma línea su sobrino Scott López Raffo, quien reside en Estados Unidos es médico y se recibió con diploma de Honor en la Universidad de Rochester, especializado en Anestesiología para trasplante de órgano en la Mayo Clinic y actualmente trabaja en el hospital Bassett de Cooperstown. Además es profesor en la Columbia University de New York.


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