Mil peluqueros solidarios combinan su trabajo con la ayuda social

Un corte de pelo o una simple atención con el estilista suele ser una actividad más en la cotidianidad, sin embargo hay situaciones en las cuales esa posibilidad se ve lejana. En la ciudad de Neuquén un grupo de siete peluqueros se organizaron para ofrecerle a 30 niños y adolescentes del merendero “Los Pitufos”, ubicado en la zona oeste de la ciudad, no solo un corte de pelo sino también una serie de donaciones que juntaron durante semanas.

La actividad se llevó a cabo el domingo en el barrio Cordón Colón, y se contextualizó dentro de la campaña de la fundación Tijeras Solidarias Argentina. Leonardo Salazar es el coordinador del grupo en Neuquén y le contó a “Río Negro” que decidió sumarse porque en la Patagonia no hay actividad alguna con estas características.

“Vamos a llevar las tijeras, los rociadores, el espejo y las ganas de ofrecerle a los chicos un corte de pelo en conjunto a las donaciones que recaudamos durante dos semanas”, dijo Salazar y aseguró que la actividad se repetirá una vez cada 30 días.

El día esperado

La “cita con el peluquero” que creó la fundación se lleva a cabo el último domingo de cada mes y está orientada a ayudar a quienes más lo necesitan. Por eso se eligen comedores o merenderos, centros de refugio y otros establecimientos que no dependan del aporte estatal. El objetivo primordial, según los involucrados, es armar una cadena solidaria.

“La solidaridad se contagia y transmite a través del incentivo”, indicó Viviana Godoy que preside la fundación en Argentina. Oriunda de Córdoba, organiza y coordina la creación de cada uno de los grupos que conforman las 16 provincias armadas hasta el día de hoy, con más de mil peluqueros involucrados.

Tijeras Solidarias nació hace tres años en España, precisamente en la ciudad de Barcelona a través de la incitativa de Saul Sancho Soriano, para trabajar especialmente con los refugiados de la guerra. “Es un proyecto solidario, liderado en principio, por peluqueros y estilistas que buscamos brindarles un mínimo de dignidad a quienes más lo necesitan”, afirmó Godoy.

La campaña cruzó las fronteras y el océano para llegar hasta Neuquén, donde hace algunas semanas el grupo se conformó para recibir donaciones como ropa, alimentos, juguetes y elementos de higiene para llevárselos a los chicos del merendero. “Ya tenemos seleccionado tres lugares más hasta diciembre y algunos de ellos no poseen un lugar físico estable, acceden familias muy carenciadas y necesitan de la ayuda de todos”, explicó Salazar.

Según Godoy ser peluquero a veces resulta asumir un rol de psicólogo. “En nuestros espacios de trabajo, el dato, lo que está pasando se transmite y difunde fácilmente por eso la fundación ha tenido gran impacto en poco tiempo” agregó.

El debut se realizó el domingo pasado y contó más de diez chicos y chicas del barrio que diariamente concurren al comedor Los Pitufos. Salazar resaltó que le pidieron los más diversos cortes para ponerse a tono con lo que está de moda en las redes sociales, sin embargo el estilo que más se repitió fue un clásico: el rapado. No todo fue trabajo. Además de las tijeras llevaron y entregaron todos los elementos recolectados durante las semanas previas. Alimentos y juguetes, dos bienes indispensables para sostener cualquier comedor o merendero en estas épocas.

Un domingo distinto en el barrio

La música, el baile y la alegría caracterizaron el primer encuentro que duró más de tres horas. Así, para los siete peluqueros que visitaron el merendero Los Pitufos la jornada fue todo un éxito. “Participaron casi 30 niños y adolescentes que nos recibieron muy bien”, afirmó Salazar. Dibujos y rapados fueron los cortes más solicitados a Tijeras Solidarias. Pero más allá de las tijeras, las donaciones recibidas cumplieron con su objetivo de llegar a las manos de quienes más lo necesitan.

A través de la campaña se pudieron recaudar alimentos no perecederos, ropa, zapatillas y útiles escolares. Según Salazar gracias al compromiso solidario de la sociedad “ahora los chicos pueden estar un poquito mejor”.

La fundación nació en Barcelona como una iniciativa que buscaba acercarse a los refugiados de las guerras. La ayuda humanitaria es la clave.

Con eje en las capacitaciones y oficios

Además de ofrecer un corte de pelo y ayudar con donaciones, la fundación viene lanzando un par de proyectos que pretenden ir más allá de sus tareas. Educación sexual integral, alimentación y salud son los objetivos que se propusieron impulsar en los establecimientos más carenciados de Argentina.

“La idea es incluir también talleres de oficio para que las personas tengan la posibilidad de aprender algo más si así lo desean, también estamos trabajando con especialistas de diferentes áreas para que cada vez que visitemos uno de estos lugares llevemos algo nuevo, algo más”, explicó Viviana Godoy.

Otro de los puntos que los integrantes destacaron es que no solo deben ser peluqueros quienes integren los grupos solidarios, sino que están abiertas “las ideas que aporten un granito de arena” a las múltiples problemáticas. Según Godoy “la gente es cada vez más solidaria y eso se refleja en la solicitud de otros países en integrarse a la red”.

En la ciudad, Leonardo Salazar espera que se sumen más profesionales para lograr mayor impacto. Si bien han recibido gran cantidad de donaciones, también contaron con la presencia de una instructora de zumba para que el encuentro sea también un espacio de diversión y dispersión.