Sólo se transparenta una realidad

ANALISIS

BOGOTÁ.- Las relaciones entre Colombia y Venezuela estaban tan agrietadas desde hace tanto tiempo que la ruptura anunciada ayer por el presidente Hugo Chávez no fue del todo una sorpresa y algunos analistas dicen que Bogotá la esperaba. En todo caso, las alarmas están prendidas y ya hay bomberos prestos a apagar el fuego. Según el ex canciller colombiano Guillermo Fernández de Soto, el gobierno de Álvaro Uribe pudo haber dado una pista de lo que se veía venir al llamar urgentemente a consultas la noche del miércoles a su embajadora en Caracas, María Luisa Chiappe, quien se apresuró a viajar. ¿Es posible que la administración Uribe tuviera serias sospechas de la decisión que iba a anunciar Chávez al lado del técnico de la selección argentina de fútbol, Diego Maradona? Tal vez sí. Por eso el comentarista radial Héctor Rincón se aventuró a decir que el gobierno colombiano hizo el cálculo y estaba consciente de las repercusiones de la denuncia presentada en el seno de la OEA. Allí, en una larga intervención, el embajador colombiano Luis Alfonso Hoyos formalizó una denuncia hecha una semana atrás en Bogotá en el sentido de que en territorio venezolano se refugian jefes de las guerrillas de las FARC y del ELN. Hoyos mostró videos y fotografías. También dio coordenadas de campamentos. Lo hizo en un tono tan enérgico que la ex canciller colombiana María Emma Mejía lo catalogó de “poco diplomático”, aunque al mismo tiempo elogió la sustentación de lo que Colombia llama “pruebas de la presencia de narcoterroristas” en Venezuela. Para Fernández de Soto, la decisión de Chávez lo que hace es formalizar lo que en la práctica venía ocurriendo desde hace casi un año, cuando Caracas metió en el “congelador” las relaciones diplomáticas y comerciales con Colombia. Desde entonces han sido más las peleas que las buenas palabras entre Uribe y Chávez, al tiempo que el comercio bajó a su mínima expresión. Varios observadores colombianos criticaron en su momento a Uribe por sacar a relucir “pruebas” que estaban en manos del gobierno desde hacía tiempo precisamente cuando falta poco para que entregue el poder a Juan Manuel Santos, su copartidario, que el 7 de agosto entrará a la Casa de Nariño con la banda presidencial en el pecho. Incluso, el ex presidente Ernesto Samper (1994-1998) calificó de “refrito” a las fotos y videos, aunque el gobierno insiste en que una parte de ese material presentado ante la OEA es del último mes. Las tensiones entre los dos países causan gran preocupación a nivel regional y el gobierno de Brasil se apresuró a decir que ya inició una mediación. Estados Unidos también pidió un diálogo directo entre los gobiernos. (DPA)


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