Todos para uno y uno para uno

COLUMNISTAS

Alejandro Dumas fue un escritor francés en cuya conocida novela “Los tres mosqueteros” escribió una frase- ya anunciada en la antigüedad- que definía el espíritu de grupo y solidaridad entre los miembros de la guardia del rey, precisamente los mosqueteros. “Todos para uno y uno para todos” expresaba amistad y espíritu de grupo, un conjunto donde el grupo se respondía mutuamente. El debate mundial que ha impulsado la publicación de la obra del profesor francés Thomas Piketty “El capital en el siglo XXI” (2013) -con reciente vista en nuestro país- en torno a la brutal acumulación de capital que se aprecia en el mundo en las últimas décadas ha generado un interés incesante.

La obra del autor es, en realidad, una pieza estadística detallada que gira en una tesis principal en torno a que la tasa de crecimiento del capital es superior al crecimiento de la economía o lo que es similar: las fortunas privadas han aumentado en forma significativa en relación con el producto bruto de los países. Se trata de una acumulación de capital exponencial concentrada en escasas manos que poco tiene que ver con personas físicas, por cierto. En realidad, las revistas de finanzas nos muestran a multimillonarios como los más ricos y poderosos (Bill Gates y Carlos Slim, entre otros), pero el poder se asienta en corporaciones unidas por centenares de vínculos societarios de control entre una sociedad y otra, donde en muchos casos hay personas físicas propietarias (familias en algunos) que no alcanzan el conocimiento público de la absoluta mayoría de los seres humanos del mundo.

Un grupo de estudio del Instituto Federal de Tecnología de Zurich (Suiza) reveló que 147 empresas multinacionales (en su mayoría de matriz bancaria) controlan una parte sustancial del capitalismo occidental. Sobre una base de reducción aproximada de 1.318 compañías relacionadas entre sí, el informe llegó a la cantidad de 147 empresas relacionadas que controlan el 40% de la riqueza mundial, muchas menos que el 1% de las multinacionales existentes; 1% que sirvió de campaña de protesta y concientización en Estados Unidos al grupo de indignados que bajo la denominación “Occupy Wall Street” ocupó y tomó áreas de la zona financiera de Nueva York en plena crisis financiera y que aún mantiene sus actividades.

Ese proceso de concentración de la riqueza (y poder, por cierto) se intensificó luego de la debacle financiera iniciada en el 2008, aún vigente. Y es que no ha habido castigos carcelarios (salvo multas importantes que se suelen aplicar al sector financiero) para los ejecutivos o directores de los grandes bancos que, por cierto, han sido beneficiados con rescates enormes a costa de la emisión desaforada de dólares y euros, medida que ha sido reconfirmada hace unos días por el Banco Central Europeo. ¿Por qué se emite dinero sin control, destrozando literalmente el dólar y el euro? Pues simplemente para que ese dinero “mejore” los balances de los grandes bancos globales, expuestos a obligaciones impagables que técnicamente los hacen inviables. Ese dinero se contabiliza cancelando deuda de países y empresas y se vuelve a inyectar a la economía financiera ficticia (la especulación sobre la nada, sobre valores creados en una computadora sin respaldo en economía física alguna) pero no a la economía real, no al consumo o a las empresas que producen bienes y servicios.

Es lo que venimos denominando desde estas páginas “la globalización de Occidente” y que ahora preferimos llamar “la globalización del caos” (crisis financieras y económicas sin freno, desestabilización de países, guerras localizadas, fabricación de enemigos de religiones diferentes…).

La ONG Oxfam, que emite periódicamente reportes sobre desarrollo humano y tiene presencia en más de 90 países, ha informado recientemente que la tendencia de la concentración de la riqueza llevará en los próximos dos años a que el 1% de la población más rica disponga del 50% de la riqueza del planeta. Se explica en el informe que esta disparidad ha generado una catástrofe climática en el mundo y pone en peligro la supervivencia de la especie humana. La información coincide con el reporte anual del banco Credit Suisse y evidencia que desde el 2010 el 1% más rico de los adultos ha aumentado su participación mundial en la riqueza en forma vertiginosa, llegando al 48% del total en el 2014. Sólo en el 2014 las 400 personas más ricas del mundo han aumentado su patrimonio en casi 100.000 millones de dólares. En el recientemente finalizado encuentro anual de Davos (Suiza), donde las corporaciones globales y algunos políticos se reúnen a analizar los temas que guían la agenda mundial, se debatió esta cuestión y, en palabras de la directora del FMI, esta desigualdad no ayuda al crecimiento sostenible. En esa línea, afirmó que las políticas redistributivas ayudan al crecimiento -idea que desde su creación el Fondo no avalaba, lo que llevó a aplicar políticas de ajuste y saqueo nacional que costaron millones de muertos en el mundo-.

Los paraísos fiscales que sirven de vehículo para evadir impuestos nacionales (islas o pequeños países de escasa o nula obligación fiscal con secreto bancario y societario) y donde operan las grandes fortunas del mundo resultan meras fachadas domiciliarias: son manejadas en la mayoría de los casos desde Londres o Wall Street por las megaentidades financieras, ciudades estas últimas donde paradójicamente se celebran debates y congresos sobre crisis financieras y se formulan propuestas sobre cambios económicos estructurales para “la mejora del mundo”.

Así, “la globalización del caos” reelabora la frase de los mosqueteros, donde todos aportan para uno y ese uno por cierto aporta sólo para él.

Darío Tropeano

Abogado. Docente de la Facultad de Economía de la UNC

Darío Tropeano


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Ver planes ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora