Tratan de tapar el sol con las manos

por: JAVIER LOJO

JAVIER LOJO

Los datos suministrados por el INDEC muestran que la inflación, lejos de estar contenida, comienza a desbocarse.

El gobierno insiste en el control de precios como herramienta fundamental para poner un techo a la suba de los alimentos. Erra en el diagnóstico. La inflación comienza a acelerarse porque se está rompiendo el equilibrio entre la demanda y la oferta en el mercado.

Como han menguado la inversiones para sostener un crecimiento sostenido de la oferta, la demanda se encuentra insatisfecha y es en este contexto donde comienzan a presionar los precios en las góndolas.

A la inversa de lo que debería hacer, el gobierno sale a contramano de todo con medidas que aceleran el impulso que lleva la demanda agregada, generando desequilibrios aún más profundos en el mercado.

La emisión monetaria descontrolada para sostener la cotización del dólar y la reciente baja sobre los encajes bancarios equivalen a echar nafta para apagar un incendio. El Banco Central, con estas dos medidas, es uno de los grandes responsables de que hoy la inflación esté por encima de las pautas presupuestarias.

El Ejecutivo, por su parte, mira hacia otro lado y atribuye el desboque inflacionario al manejo cartelizado de los supermercados.

Un concepto falaz, habida cuenta de que las seis principales cadenas de supermercados, a las que Kirchner critica continuamente con dureza, sólo participan con el 35% del total de las ventas de alimentos que se realizan en el mercado.

Lo que necesita el programa económico para contener un rebrote inflacionario es equilibrar la fuerza que hoy tiene la demanda en el mercado.

Tratar de contener los desvíos recurriendo a ineficaces controles de precios es como querer tapar el sol con las manos.

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