Tres libros inesperados que sobresalieron en el 2019

Las escritoras Tamara Tenenbaum, Camila Sosa Villada y Dolores Reyes se destacaron en el mercado editorial al ingresar con ensayos y novelas en la lista de los más vendidos.

Las novelas “Las malas”, de Camila Sosa Villada, y “Cometierra”, de Dolores Reyes, junto al ensayo de Tamara Tenenbaum “El fin del amor. Querer y coger” son algunos de los libros argentinos más destacados del año que termina por su originalidad y calidad narrativa y por haber alcanzado un número de ventas notable en un boca a boca que tuvo a las redes sociales como protagonistas.
Esto es así para Maximiliano Papandrea, cocreador de la editorial Sigilo, fundada en 2014 y responsable de haber publicado “Cometierra”, título que “prendió enseguida”, dice a Télam.


La recomendación corrió velozmente de boca en boca y por redes a pesar de que Reyes era una autora inédita, y no solo en la Argentina, la novela se vendió a cinco lenguas y es un éxito en España desde septiembre pasado cuando la publicaron, donde aparece mencionada entre los libros del año.
Si bien Reyes trabaja el femicidio, esta historia “no es solamente sobre la violencia de género –advierte Papandrea–, una de sus virtudes es hablar de modo contemporáneo sobre una realidad que solo esporádicamente se trabaja en la literatura argentina, la del conurbano, y hacerlo con una sensibilidad y conocimiento bastante infrecuentes”.
Claro que los interesados en cuestiones de género fueron los primeros lectores, pero “el impacto de ‘Cometierra’ es literario –asevera el editor–. Por más interés previo que haya sobre un tema, ninguna novela repercute sobre tantas sensibilidades distintas si no es una gran obra. La voz de Reyes es singularísima y contundente”.


Ana Ojeda desde Paidós, sello que publicó “El fin del amor”, dice que no. “Tamara tal vez no fuera una figura conocida para el público masivo, pero venía desarrollando un trabajo interesante desde su militancia feminista. La sorpresa tiene más que ver con la veloz amplificación de su voz que con no responder a lógicas que ayudaron a que el libro circulara: una editorial prestigiosa, tiradas generosas, un excelente equipo de prensa”.


Su éxito, plantea Ojeda, tiene que ver con “la calidad de las ideas, cómo están comunicadas y la actualidad del tema”; y con que “Tamara despliega una perspectiva feminista de los vínculos de pareja sin ponerse en policía del statu quo, como una voz generosa que va sacando conclusiones a partir de lo que leyó, pero también de su experiencia. No sé si es novedoso, pero sí poco habitual”.


Otro nombre que se oía con fuerza entre las escritoras es el de Camila Sosa Villada, a quien Tusquets le publicó su primera novela, “Las malas”.
La autora no esperaba muchas ventas, pero no la sorprendió su aceptación. “Lo mejor que me pudo haber pasado fue haber escrito con el sentimiento intenso de la pérdida y la separación, por eso no me sorprende”, dice ella.
Pero sí que “muchos lectores dieran por sentado que era autobiográfica, como si las ‘travas’ no pudiéramos inventar, ni mentir, como si tuviéramos que ser solo registradoras de una historia”.
“El libro arrancó tranquilo, en un año complejo, y el boca a boca fue creciendo. Preguntaban por él por redes, rápidamente se agotó. Sin dudas era un fenómeno literario”, cuenta desde la editorial Paola Lucantis.
Hay más demanda (y oferta) sobre cuestiones de género, temas que la sociedad necesita entender, aseguró Lucantis.

Para salir del nicho

Para Tamara Tenembaum, “la sorpresa fue absoluta. El libro no fue pensando como un bestseller. La editorial tiene autores que demandan adelantos gigantes y este trabajo no formaba parte de un gran plan de negocios, fue pensado como nicho y creo que eso viene de una idea tradicional: que lo mainstream es masculino y lo femenino, de nicho. Me sorprendió la cantidad de varones que me escribieron. Me mandaron una foto de un señor como de 80 años leyéndolo en un bar. Con otra foto que me llegó pensé, qué loco como un libro de una judía interpela a una chica que se está vistiendo para ir a bailar en una comisaría en Tucumán”, repasa la filósofa y periodista sobre sus prejuicios.

Tamara Tenembaum.


Es cierto que esa celebridad “estuvo basada en un montón de discusiones, obsesiones que estaban en las conversaciones de muchas chicas y chicos –coincide la autora–, pero también quiero creer que a la gente le gusta cómo está escrito. Cuando decidí hacerlo en primera persona sentí que la llegada sería menor, porque amor y sexo a todos les interesa y feminismo ponele que está de moda, pero el Once clasemediero sin brillo no estaba en la discusión pública. A la vez, mis preocupaciones políticas tienen una raíz en ese mundo, en esa experiencia propia que el patriarcado postula como capricho, así que escribí este libro defendiendo que la experiencia, si bien no alcanza para argumentar, es fuente de conocimiento”.


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