Un cuerpo descuartizado en una olla
Un testigo vio a uno de los "apóstoles" con un hacha.
BUENOS AIRES (DyN/Té-lam/ AR).- Un interno, que estaba cumpliendo una condena en el penal de Sierra Chica durante el motín de 1996, reveló ayer ante el Tribunal que investiga la muerte de ocho reclusos durante la revuelta, que vio a Miguel Angel «Chiquito» Acevedo «con un hacha en la mano», cerca de los cadáveres que estaban tirados en el pabellón 12.
«Luego de verlo desde el pabellón 11 escuché algunos ruidos y como ví que Acevedo salía y no quedaba nadie allí, me acerqué hasta una olla donde me encontré con el cuerpo descuartizado de un preso que no pude identificar», reveló Miguel Angel Jiménez Céspedes, quien estaba en el pabellón 11, destinado a los presos de buena conducta.
En la decimoprimera audiencia del «telejuicio» contra 24 imputados, entre ellos los «Doce Apostoles» de la muerte, fue exhibida además una videofilmación del momento en que el preso Agapito Lencina Aquino fue asesinado a «facazos» por los amotinados.
Jiménez Céspedes, quien estuvo detenido desde 1990 hasta abril del año pasado, calificó de «caótico» al motín que dejó como saldo ocho reclusos muertos, siete de los cuales habrían sido incinerados en el horno de la panadería del penal.
«No dormíamos, teníamos mucho miedo y vimos cómo mataron a Agapito Lencinas y a José Cepeda Pérez, y después a otros, de los que no me acuerdo sus identidades. Estaban desnudos, tirados en el piso del pabellón 12», relató apesadumbrado.
Por su parte, en horas de la tarde prestó declaración Alberto Darío Insaurralde, otros de los internos que narró haber visto cómo los cuerpos de «Lencinas y Gaitán eran transportados en mantas por encapuchados».
Insaurralde negó haber observado «algún episodio de violencia» y le informó al fiscal Gustavo Echevarría que eso era «todo lo que iba a declarar».
Echevarría lo consultó sobre la necesidad de contar con garantías para su declaración, a lo que Insaurralde contestó: «Eso me lo tendría que haber preguntado antes de llamarme. Si a mí me pasa algo le va a quedar en su conciencia».
Insaurralde ratificó su postura de silencio en público al advertirle al juez que sólo hablaría en «privado» y le reclamó a la fiscalía que se «olviden» de él, porque el 6 de abril saldrá en libertad para estar «sólo con su esposa y tres hijos».
Tras la declaración de Insaurralde, el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta hoy a las 9, cuando está previsto que se reanude la rueda de testimonios con la declaración de otros diez testigos.
En tanto, el defensor oficial Juan Sebastián Galarreta solicitó al tribunal que traslade Juan José Murcia Cantero, uno de los imputados, a un penal del ámbito federal, «porque ha recibido golpes en la unidad 28 de Magdalena y ya había recibido amenazas de muerte en la unidad 21 de Campana».
Además, el tribunal mostró, por primera vez en lo que va del juicio, las imágenes tomadas por las cámara de video del servicio penitenciario durante el motín, en las que se ve el momento en que es asesinado el interno Agapito Lencinas.
La filmación de 50 minutos presentada por el camarógrafo del penal, Marcelo Alejandro Merlos, muestra cómo es asesinado Agapito Lencinas, un interno enfrentado con el grupo de «Los Doce Apóstoles» liderado por Marcelo Brandán Juárez.
Las imágenes del video permiten ver cuando Lencinas cae cerca de la zona de control y un grupo de seis amotinados le aplican varios facazos y se retiran, para luego volver uno de ellos y rematarlo con el mismo elemento.
El testimonio audiovisual, presentado en blanco y negro, había sido solicitado por la fiscalía, y revela, además, el momento en que se producen los incesantes diálogos entre el jefe del Servicio Penitenciario bonaerense, Esteban Massante, y los cabecillas, entre ellos Brandán Juárez y Víctor Esquivel Barrionuevo.
BUENOS AIRES (DyN/Té-lam/ AR).- Un interno, que estaba cumpliendo una condena en el penal de Sierra Chica durante el motín de 1996, reveló ayer ante el Tribunal que investiga la muerte de ocho reclusos durante la revuelta, que vio a Miguel Angel "Chiquito" Acevedo "con un hacha en la mano", cerca de los cadáveres que estaban tirados en el pabellón 12.
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