Una polarización que admite las sorpresas 4-4-03

Duhalde llamó a «terminar rápido» con Menem

Buenos Aires (ABA).- En un mar de dudas, las últimas horas de la lánguida campaña electoral transmitieron la impresión de una polarización entre dos candidatos del hasta aquí fragmentado PJ. Por primera vez, la noche del miércoles, Carlos Menem y Néstor Kirchner, se cruzaron fuerte en público. Mientras el riojano, después de mucho tiempo (y conciliábulos con los productores) pisaba un estudio de televisión, para asistir al programa «A dos voces» de TN, el patagónico presidía un multitudinario acto en la cancha de Ríver. El estadio de los «millonarios» será el desafío que el cabulero Menem asumirá el 24 de abril, como cierre proselitista. Fuentes inobjetables del oficialismo aseguraron a «Río Negro» que Kirchner le pidió a las autoridades de uno de los canales de cable que transmitió su mitin en vivo, atrasar su aparición para hacerla coincidir con la presentación de Menem ante las cámaras. El gobernador de Santa Cruz acentuó la entonación cuando denominó a su rival como «el viejo fantasma que quiere volver». Menem, molesto sobre todo por la alusión a «viejo», le respondió con una frase que sacó de la Real Academia Española: «Que Kirchner aprenda a sacarse los mocos». La frase coloquial censura la suma ignorancia de alguien que se mete en lo que no entiende. Fue el choque más virulento hasta ahora y promete continuar. En privado, el hombre de Anillaco advierte que no tolerará que lo agredan «y menos este candidato muletto del gobierno». Los operadores que rodean al ex Presidente destilan triunfalismo. Para ellos, el ex no existe, sólo Presidente. Es llamativo observarlo desplazarse con una numerosa custodia y secretarios. Siempre lo acompaña Alberto Kohan. Desde la lejanía aportan el ex ministro Carlos Corach (hoy en Washington asesorando sobre lucha contra el terrorismo) y Eduardo Bauzá. Menem se planta ante todos cuando afirma que «la elección ya está definida» y que gana en la primera vuelta, contradiciendo el pronóstico de la mayoría de los encuestadores y analistas que ven un panorama de balotaje. En caso de que sea necesario recurrir a un segundo turno, Menem está dispuesto a pactar con «Dios y con el diablo», porque su único objetivo «es ganar o ganar», según admite Kohan. Lo ha dicho con exagerada claridad: «Si no gano, me exilio». Pragmáticos hasta la médula, sus seguidores aseguran si se presenta la disyuntiva, Adolfo Rodríguez Saá inclinará la balanza a su favor. Arriesgan, además, que el mandatario santafesino Carlos Reutemann (la niña mimada que se negó al llamado del establishment), terminará manifestando su apoyo a Menem poco antes de los comicios. En el discurrir de los datos inciertos y las presiones psicológicas, Kirchner ha logrado avanzar notablemente en las últimas semanas y ha dado un impacto con irrupción en Ríver. El duhaldismo respondió y demostró que está dispuesto a acompañarlo hasta la Rosada o el cementerio. «El acto fue muy bueno, aunque eso no significa que toda la gente que fue a escucharlo lo termine votando…los dirigentes pueden arrear, pero la base peronista muy dividida entre los tres candidatos, aún en el bastión de la provincia de Buenos Aires», se coincide en el peronismo, puertas adentro. En el poco tiempo que le queda, Kirchner necesita corregir el mensaje: no es un buen orador, ni logra articular una idea fuerza. Reconoce que debe transmitir algo más que lo meramente discursivo. Desde este punto de vista, Menem le saca ventaja e instala cuestiones que preocupan a millones: tratará de instalar el término «trabajazo» para la etapa que viene. Por otra parte, y en contra de su prédica amistosa con George Bush padre, se pronunció contra Estados Unidos, cuando señaló que «se excedió con la guerra». Para ganar votos – es una de sus máximas – hay que estar atento a la voluntad de la sociedad. La polarización aquí dibujada no significa prejuzgar que la elección del 27 de abril es una comidilla entre ellos. Julio Aurelio acaba de pronunciarse en privado ante el presidente Duhalde: como están las cosas, hoy por hoy, puede darse un quíntuple empate entre los tres peronistas, Elisa Carrió y Ricardo López Murphy. La capacidad para el asombro no está agotada.

Duhalde llamó a «terminar rápido» con Menem


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