“Una sensible y dolorosa partida”

Con sus 84 años a cuestas, en la tarde del martes 15 del corriente nos dejó físicamente una gran mujer, Clara Rosa Betancur, “Clarita”, como todos la llamaban y conocían. Su partida ha causado el consiguiente dolor no solo en sus familiares, sino también en todos aquellos que tuvimos la suerte de tratarla en el ámbito laboral y particular. Al querer reencontrarnos con la figura de Clarita Betancur debemos remontarnos a comienzos de los 60 en la Policía del Neuquén, cuando tras la provincialización la institución aún estaba en pleno proceso echando las bases para fijar su estructura organizacional. Es en esa época cuando se produce su ingreso en el escalafón de personal subalterno para brindar sus conocimientos de enfermería, prestando servicios distinguidos en el Gabinete Químico del Departamento Judicial y en el área de Sanidad de la antigua estructura orgánica, haciéndolo ininterrumpidamente hasta el momento en que se acogió al retiro voluntario. Quienes conocimos a la suboficial enfermera Clara Betancur en forma rotunda podemos destacar el profundo amor por su Policía y también sus brillantes cualidades, aquellas que humanamente son más valoradas, como su integridad, simpleza, lealtad y responsabilidad en el cumplimiento de sus obligaciones, habiendo sido la estrecha y diligente colaboradora de confianza de los profesionales policiales que se desempeñaron en esas áreas periciales en aquellos años. Otro aspecto notable de su personalidad fue su permanente sonrisa, suaves modales y el estar siempre dispuesta a colaborar y ayudar no solo en la faz laboral, sino también ante cualquier situación de índole personal o familiar que pudiera estar afectando a alguno de sus camaradas. Figurativamente puede decirse que, por ser tan generoso, su corazón no cabía en su cuerpo. Indudablemente sus brillantes virtudes combinaban con su gran calidad como jefa de hogar y madre. Por cuanto el duelo afecta a todos por igual, las instituciones debieran ser más sensibles al momento de cumplirse el sino inexorable de nuestra condición de seres mortales, más cuando se trata de personas que honrosamente, en aras de su vocación, brindaron gran parte de su vida al servicio dejando para su familia y a la institución policial un legado de probidad, respeto y buenos recuerdos. A su familia, que tuvo el gran privilegio de contar con su amor y preocupación, le hago llegar mis sentidas condolencias, rogando al Altísimo que con su infinita bondad les brinde la fortaleza necesaria para sobrellevar resignadamente estos momentos de dolor. Tomás Heger Wagner DNI 7.687.223 Neuquén

Tomás Heger Wagner DNI 7.687.223 Neuquén


Con sus 84 años a cuestas, en la tarde del martes 15 del corriente nos dejó físicamente una gran mujer, Clara Rosa Betancur, “Clarita”, como todos la llamaban y conocían. Su partida ha causado el consiguiente dolor no solo en sus familiares, sino también en todos aquellos que tuvimos la suerte de tratarla en el ámbito laboral y particular. Al querer reencontrarnos con la figura de Clarita Betancur debemos remontarnos a comienzos de los 60 en la Policía del Neuquén, cuando tras la provincialización la institución aún estaba en pleno proceso echando las bases para fijar su estructura organizacional. Es en esa época cuando se produce su ingreso en el escalafón de personal subalterno para brindar sus conocimientos de enfermería, prestando servicios distinguidos en el Gabinete Químico del Departamento Judicial y en el área de Sanidad de la antigua estructura orgánica, haciéndolo ininterrumpidamente hasta el momento en que se acogió al retiro voluntario. Quienes conocimos a la suboficial enfermera Clara Betancur en forma rotunda podemos destacar el profundo amor por su Policía y también sus brillantes cualidades, aquellas que humanamente son más valoradas, como su integridad, simpleza, lealtad y responsabilidad en el cumplimiento de sus obligaciones, habiendo sido la estrecha y diligente colaboradora de confianza de los profesionales policiales que se desempeñaron en esas áreas periciales en aquellos años. Otro aspecto notable de su personalidad fue su permanente sonrisa, suaves modales y el estar siempre dispuesta a colaborar y ayudar no solo en la faz laboral, sino también ante cualquier situación de índole personal o familiar que pudiera estar afectando a alguno de sus camaradas. Figurativamente puede decirse que, por ser tan generoso, su corazón no cabía en su cuerpo. Indudablemente sus brillantes virtudes combinaban con su gran calidad como jefa de hogar y madre. Por cuanto el duelo afecta a todos por igual, las instituciones debieran ser más sensibles al momento de cumplirse el sino inexorable de nuestra condición de seres mortales, más cuando se trata de personas que honrosamente, en aras de su vocación, brindaron gran parte de su vida al servicio dejando para su familia y a la institución policial un legado de probidad, respeto y buenos recuerdos. A su familia, que tuvo el gran privilegio de contar con su amor y preocupación, le hago llegar mis sentidas condolencias, rogando al Altísimo que con su infinita bondad les brinde la fortaleza necesaria para sobrellevar resignadamente estos momentos de dolor. Tomás Heger Wagner DNI 7.687.223 Neuquén

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Comentarios