Villa Traful, un enclave donde se encuentran el campo y la ciudad

La aldea cordillerana reúne una singularidad de especial atractivo. La paz de sus playas se apresta a vivir una temporada de récord absoluto.

VILLA LA ANGOSTURA- Villa Traful es uno de los lugares imperdibles para quienes veranean en la cordillera. Allí se puede disfrutar de bellísimos paseos en un marco natural y de una innumerable cantidad de playas aptas para tomar sol y bañarse en su translúcido lago. Y el 2000 arrancó con todo: al menos el doble de pescadores se aventuraron en sus costas, para comenzar a insinuar una temporada que según los empresarios la zona será un récord histórico.

Su proximidad con los principales centros turísticos de la zona de los lagos la tornan particularmente atractiva y accesible para los turistas que visitan la región. Y el dato más singular de este misterioso enclave cordillerano, lo da el contraste único que hay allí entre la vida rural y la fugacidad veraniega.

Esta pequeña aldea de montaña está tan a mano de las labores agrestes como de las ciudades cordilleranas. Se encuentra ubicada sobre la margen sur del lago Traful y dista sólo 60 kilómetros de Villa La Angostura, 100 kilómetros de San Carlos de Bariloche y la misma distancia desde San Martín de los Andes.

Sus casi 400 habitantes hacen que conserve casi intactos los valores de la naturaleza, haciendo de este lugar uno de los pueblitos más pintorescos de la cordillera. Pequeñas hosterías, cabañas, restaurantes y casas de té, componen una cálida oferta para sus visitantes.

En Traful pueden realizarse numerosas actividades, tanto en el lago como en las montañas que la rodean.

Una de las principales atracciones que se desarrollan en el lugar es la pesca deportiva, que esta temporada congrega en el lugar más gente que en el resto de la cuenca.

El salmón encerrado, una de las especies ictícolas más valoradas y codiciadas por los pescadores, se encuentra en el lago Traful. Este lago es uno de los pocos ambientes favorables en la región para el desarrollo de esta especie, también conocida como «salmo salar sebago». Todos los ejemplares de salmón encerrado que se capturan son de devolución obligatoria a su ambiente y con el menor daño posible.

Para los amantes del buceo Traful también ofrece una de las excursiones más llamativas. El bosque sumergido, que quedó bajo las aguas luego de un terremoto en la zona de Osorno en los años 60, muestra un imponente paisaje subacuático. Allí se encuentran árboles que descienden hasta 30 metros de profundidad desde sus raíces hasta alcanzar las superficies con sus copas , uno puede bucear entre las ramas o sumergirse hasta lo más profundo donde afloran las raíces.

Entre las excursiones más tradicionales, pero no menos fantásticas, se encuentran el paseo al arroyo Catarata y puerto Arrayán, para llegar al lugar hay que transitar 10 kilómetros por la ruta provincial 65 hasta el arroyo, desde allí parte una senda hacia la cascada que tiene un salto de unos 20 metros de altura. Luego puede visitarse puerto Arrayán, una hermosa bahía con magníficas playas, y lugares de acampe. Junto a él se encuentra la desembocadura del río Machico, uno de los lugares preferidos por los amantes de la pesca con mosca.

Otro paseo simple y al que se puede acceder en vehículo es el mirador «pared del viento». Se encuentra a cinco kilómetros en la margen sureste del lago Traful. Sobre un acantilado de 70 metros de altura que es la continuación del Cerro Puntudo, desde donde se observa un panorama paradisíaco.

Un lugar de contrastes

Villa Traful es un lugar impresionante. Se trata de un paisaje de ensueño donde conviven de un modo totalmente armonioso sus viejos pobladores con sus visitantes, intercambiando anécdotas y experiencias de sus polarizadas formas de vida.

La aldea es pintoresca por excelencia. Pero gana en singularidad con sus playas abarcadas por chicos de los residentes que llegan hasta ahí a caballo, montando a pelo a sus pingos o refrescándolos en el lago, antes de darse ellos su primer chapuzón.

Es ya típico ver a los turistas sacar las cámaras y «quemar» rollos fotografiando a los pobladores con sus vestimentas tradicionales, sus sombreros, y facones en la cintura, cabalgando por las calles o las playas del lugar.

Otra postal imperdible es probar a la tardecita acompañando la merienda, el pan casero y las torta fritas que se ofrecen a la venta en las casas de los viejos vaqueanos del lugar.

Los mismos son también expertos guías para acompañar las cabalgatas por los bosques de coihues y ñires en los faldeos de los cerros, para hacer travesías de distinta duración con la posibilidad de pasar la noche acampando en las laderas de la montaña.

A la hora de las brujas, el lugar carece del bullicio nocturno y ese es su valor agregado. Una tranquilidad que no se repite en ningún sitio.

Hay una completa oferta en excursiones

Una de las excursiones más maravillosas que ofrece esta localidad invita a los visitantes a conocer «la cueva de las manos».

Se trata de una caverna centenaria con pinturas rupestres en un magnífico estado de conservación.

Esta travesía se hace con el complemento de dos actividades.

La primera de ellas ocupa a los turistas en la navegación del lago. Después de esta excursión en sí misma, los visitantes pueden disfrutar de una importante caminata o excursión a caballo para quienes no están en un estado físico que les permita realizar un trekking con pendientes prolongadas.

Para llevar a cabo este paseo de debe contar con al menos cinco horas.

Se parte del muelle de Villa Traful, y se navega cruzando el lago hasta una suave playa de arena en la costa norte. De allí nace un sendero que se va internando en un cañadón de considerable pendiente.

El camino se vuelve dificultoso para quienes no están acostrumbrados a largos trekking en subida.

Sin embargo también hay gente que piensa en ellos. Para los más remolones existe la alternativa de realizar esta etapa de la excursión a caballo, lo que debe ser acordada previamente. Luego de dos horas de caminata se llega a las lagunas Mellizas, inmersas en un paisaje de belleza y tranquilidad sin igual. Un lugar perfecto para el descanso, la exploración del entorno y un almuerzo frugal.

A continuación se llega a las cuevas donde están las pinturas rupestres, expresiones de arte indígena en su estado original.


VILLA LA ANGOSTURA- Villa Traful es uno de los lugares imperdibles para quienes veranean en la cordillera. Allí se puede disfrutar de bellísimos paseos en un marco natural y de una innumerable cantidad de playas aptas para tomar sol y bañarse en su translúcido lago. Y el 2000 arrancó con todo: al menos el doble de pescadores se aventuraron en sus costas, para comenzar a insinuar una temporada que según los empresarios la zona será un récord histórico.

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