Una clave para leer los datos

“Los años impares siempre son buenos, y los impares son difíciles”. Así resumió hace pocos días la realidad del sector construcción, un importante empresario del rubro.

Sucede que la necesidad de los gobiernos (sean de jurisdicción nacional, provincial o municipal) por mostrar movimiento, resultados concretos y materializar el discurso en algo que sea visible, aparece con fuerza cada dos años, en coincidencia con el calendario electoral. Ello se traduce inmediatamente en un crecimiento del gasto público, en especial en lo que se relaciona con la obra pública.

Como consecuencia, en los meses previos a un acto eleccionario, todos los datos referidos a la dinámica de la actividad de construcción, suelen mostrar tendencia positiva.

Si se observa el gráfico adjunto en relación a los despachos de cemento, es más que evidente la trayectoria tipo serrucho, con altos valores en los años electorales, y marcadas bajas en los años intermedios.

Un buen ejercicio es evitar la típica comparación interanual, y realizar un contraste entre los años de similares características. Así por ejemplo, resulta que las ventas de cemento en 2016 fueron un 4,7% mas bajas que en 2014, y las de 2015 (año de la elección presidencial) fueron 2,6% mayores a las de 2013.


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