El gobierno sintió el golpe y se decidió por el silencio

El gobierno nacional sintió el golpe de la protesta de los productores del Alto Valle, una medida de alto impacto en la Plaza de Mayo que superó incluso las expectativas más optimistas.

El reclamo de los productores fue más allá de los límites del sector y obligó al gobierno a asistir al desfile de un interminable número de personas pidiendo alimentos. La política se subió rápidamente a ese triste escenario. La expresidenta Cristina Kirchner aprovechó para atacar al macrismo y despegarse de las últimas denuncias sobre desvíos de fondos públicos: “La ficción macrista y el periodismo de guerra inventan propiedades mientras hay colas por dos manzanas”, dijo en las redes sociales.

La desorientación era visible entre los colaboradores del ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile desde primera hora del día, cuando la dimensión de la protesta –y la presencia espontánea de gente reclamando fruta– aumentaba. Peor aún: coincidió con la reunión de gabinete en Casa de Gobierno.

Los encargados de la comunicación del ministerio quedaron sin instrucciones frente a los reiterados pedidos de la prensa sobre la respuesta que iban a ofrecer.

Buryaile, encomendó temprano al secretario de Agricultura, Ricardo Negri, que se encargara de dar una respuesta a los productores. Con el correr de las horas, la decisión del ministro se fue modificando. Trascendió que desde Agroindustria se convocó a una ronda de diálogo con los organizadores, con el resultado menos deseado.

Los productores rechazaron la invitación con duras recriminaciones al ministerio, reclamaron ser recibidos por el presidente Macri y doblaron la apuesta: hoy vuelven a la Plaza.