El semillero del bádminton se levanta en la Patagonia

Un plantel de ocho jugadores locales integran las selecciones nacionales. Uno de ellos entrena en España para los Juegos Olímpicos de la Juventud.

Una disciplina centenaria, que surgió en el centro de Asia, terminó por hacer de esta ciudad el semillero del país de cara a los Juegos Olímpicos de la Juventud del próximo año. En absoluto silencio, pero con paso firme, el bádminton se está posicionando como un deporte para tener en cuenta con tan solo diez años de permanencia en esta zona.

Dirk Gerhards fue el encargado de promover el juego que comenzó como un “peloteo” entre amigos en un gimnasio del Centro Atómico. “Cuando llegué (a Bariloche) fui el único en la Patagonia”, explica, con un acento que termina por revelar su niñez en Alemania, acerca de su llegada con una raqueta y una plumilla.

Con el paso del tiempo formó la asociación barilochense que, actualmente, ostenta al mejor jugador del país en categoría Junior (Mateo Delmastro), siete jugadores en los primeros puestos entre sub-15 y sub-17, y el director técnico del equipo Junior por el Enard.

Cosechar tamaños logros deportivos no resultó sencillo. Dirk llegó a la ciudad en el 2005 luego de varios años de recorrer el país como “mochilero” dando a conocer un deporte que practica desde los tres años. “Nadie sabia de qué se traba el bádminton. Fue loco”, agrega.

“Entrené contra el viento patagónico”, recuerda en tono de broma acerca de su participación en un torneo nacional en el 2007. Su constancia hizo que otros se interesaran y terminó por crear un pequeño grupo al que le ofreció todo lo que sabía.

“Mateo vino con siete años. Hoy en día es número uno y nuestro gran talento”, explica sobre la promesa del bádminton que por estos días participa de un entrenamiento intensivo en España, enviado por el Enard, buscando un lugar entre los olímpicos del próximo año.

Unas 50 personas, entre niños y adultos, practican este deporte en la ciudad. La práctica, pero por sobre todo la enseñanza, también se extendió a unas ocho escuelas y, a comienzos de este año, un grupo de voluntarios viajaron a Comallo y Pilcaniyeu para dar talleres y dejar materiales que ayuden al crecimiento del bádminton en toda la provincia.

“Es el deporte más rápido con paleta en el mundo”, asegura Dirk antes de nombrar una serie de beneficios por la práctica. Comenta que entre Neuquén, Bariloche y Esquel se logró consolidar un torneo regional y se anima a decir que la Patagonia es la “fuente más grande de jugadores” con la que cuenta el país.

Dirk asegura que la búsqueda de talentos desde el Enard ayudó al crecimiento del deporte. Las provincias se sumaron y creció el interés en descubrir un juego que es olímpico desde 1992.

Rápidos de reflejos

Una costumbre hindú

que crece en Argentina

La historia del bádminton se remonta a finales del 1800 cuando un grupo de soldados británicos observaron con admiración un juego que los hindúes llamaban Poona.

De regreso en su país lo popularizaron en los clubes de campo, Bádminton fue uno de ellos, y fue cuestión de tiempo para que llegara al norte de Europa y también a América del Norte.

En Argentina tuvieron que pasar casi 100 años para que los integrantes de embajadas extranjeras comenzaran a jugarlo en Buenos Aires.

La asociación local recién fue confirmada en 1988 y, aunque la falta de espacios complicó la práctica, terminó por afianzarse a mediados de los 90 con el apoyo de sus jugadores.

Datos

330 km/h
es la velocidad que puede alcanzar una plumilla hecha de cuero que incorpora plumas de ganso.
90 gramos
es el peso de una raqueta profesional hecha de fibra de vidrio. Todo ayuda a acelerar el juego y hacerlo más atractivo.

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