En busca de inversiones (y un respiro)

Mirando al sur

El presidente Mauricio Macri encabeza actualmente en Madrid la misión económica más relevante en los 14 meses que lleva de gestión, con el propósito de atraer nuevas inversiones a la Argentina, como lo demuestra la participación de una comitiva integrada por 200 empresarios que mantendrán 400 rondas paralelas de negocios con sus pares españoles de distintos sectores. Pero si bien esta visita oficial estaba programada con anticipación (al igual que otra a China prevista para mayo), también significa un respiro político para el presidente, después de haber atravesado una de sus peores semanas en el plano interno, con la marcha atrás en el cálculo de la movilidad jubilatoria automática y la vuelta a foja cero del acuerdo concursal del Correo Argentino con el Estado para despejar sospechas de haber beneficiado al grupo empresario encabezado por su padre.

Este relanzamiento de la relación con España constituye una suerte de “reparación histórica” tras el deterioro del vínculo bilateral durante la etapa kirchnerista. Muchos aún recuerdan la visita de Néstor Kirchner a Madrid en el 2003, cuando el entonces titular de la poderosa Confederación Española Organizaciones Empresarias (CEOE), José María Cuevas, le espetó que los “había puesto a parir”. La realidad demostró que no estaba equivocado. Al igual que con el Correo, el kirchnerismo revirtió varias privatizaciones de la era menemista mediante la reestatización total o parcial de empresas controladas por capitales españoles, tras haberlas sometido a arbitrarias políticas de tarifas y precios. Las más impactantes fueron Aerolíneas Argentinas (expropiada al Grupo Marsans) e YPF (al Grupo Repsol, tras el ingreso del Grupo Eskenazi), aunque en este caso debió pagar luego un resarcimiento de 5.000 millones de dólares en bonos para evitar un ruinoso juicio en tribunales internacionales.

De ahí que España abandonó el puesto más alto del podio entre los países con mayor inversión extranjera directa (IED) en la Argentina, tras haber alcanzado un pico de 23.400 millones de dólares en el 2010. Aún se mantiene en el segundo lugar con 13.100 millones, pero entre fines de 2011 y de 2015 –cepo cambiario mediante– ninguna compañía extranjera pudo girar utilidades a su casa matriz y debió reinvertirlas forzosamente en el país, como ocurrió con las entidades financieras de capital español (Banco Santander Río y BBVA Banco Francés). Entre las cuestiones pendientes todavía se encuentran el reclamo del Grupo Telefónica (por su tardía autorización para ofrecer televisión por cable) y la prohibición de importaciones de biodiésel argentino (adoptada como represalia a la expropiación de las acciones de Repsol en YPF), pese a que la Organización Mundial de Comercio desestimó el argumento de dumping esgrimido por el gobierno español.

Con este historial a cuestas, Macri encabezará este viernes el foro “Invertir en la Argentina”, organizado por el diario “El País”. Su propósito es ofrecer oportunidades de negocios que surgen del fenomenal déficit de infraestructura acumulado en los últimos años. No son pocas las empresas españolas que en los últimos meses vienen explorando nichos como energías renovables, generación y transmisión eléctrica, gasoductos, autopistas, equipamiento ferroviario, telecomunicaciones, desarrollos inmobiliarios y software aplicado a la modernización del sector público. También los bancos apuestan a ampliar el tamaño del sistema financiero y la financiación de proyectos. Y el grupo español MediaPro acaba de sumarse sorpresivamente como tercer postulante a obtener los derechos de la AFA para televisar el fútbol argentino.

Es probable que en varios de estos terrenos surjan manifestaciones de interés, así como anuncios de futuras alianzas con grupos empresarios locales. Pero de ahí a su concreción hay un trecho importante. Tanto como el que separa el pasado del futuro.

No sólo pesa el “prontuario” de la Argentina en materia de inseguridad jurídica (de hecho, hasta fin del 2017 está en vigencia la ley de Emergencia Económica, que durante años permitió alterar contratos y regulaciones), sino también las dudas sobre las perspectivas políticas y económicas. En el primer caso, por el resultado de las elecciones legislativas. En el segundo, porque la inflación anual sigue siendo alta a pesar de la desaceleración de los últimos meses, al igual que la presión impositiva debido al déficit fiscal, financiado con endeudamiento externo que aprecia el peso y eleva los costos en dólares. A esto se agrega el estancamiento económico de los últimos años, el retroceso del consumo interno y también de la inversión privada, a la espera de una incierta reforma tributaria integral.

Estos interrogantes acaban de ser planteados por el actual presidente de la CEOE, Juan Rosell
–quien será uno de los anfitriones de Macri– en un reportaje publicado el lunes por el diario “La Nación”. Allí afirmó que “la Argentina tiene enormes posibilidades de recibir inversiones en gran cantidad”, pero sostuvo que “una cosa es querer y otra es la realidad. El país tiene ganas de ir bien, pero el camino es difícil. En España también nos pasó”. Como ventaja, precisó que “muchos de los ministros hablan un idioma económico que los empresarios entendemos bien”.

A los grandes planes de infraestructura que presentará en Madrid, el presidente sumará la intención de avanzar junto con Brasil en el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, forzado por la política proteccionista de Donald Trump, así como una mayor apertura a la Alianza del Pacífico con México, Chile y Perú. También pondrá énfasis en la ley de Participación Público Privada (PPP) sancionada por el Congreso el año anterior y cuya reglamentación acaba de ser publicada esta semana en el Boletín Oficial. Este régimen permite la participación de empresas privadas en proyectos de obras públicas (incluso de carácter social, como hospitales, escuelas o viviendas), con contratos que incluirán mecanismos automáticos de revisión de costos. El decreto reglamentario prohíbe las adjudicaciones directas y establece que los pliegos de bases y condiciones para las licitaciones no tendrán costo y deberán publicarse con 60 días de anticipación.

En este contexto, es previsible que las compañías españolas no pierdan la oportunidad de firmar contratos para suministrar equipos o servicios. Pero antes de hundir capital en nuevas inversiones, probablemente argumenten –como Rosell– que eso no ocurre de un día para otro.

España abandonó el puesto más alto entre los países con mayor inversión extranjera directa en la Argentina, tras haber alcanzado un pico de u$s 23.400 millones en el 2010.

Macri encabezará el foro “Invertir en la Argentina”. Busca ofrecer oportunidades de negocios que surgen del fenomenal déficit de infraestructura de los últimos años.

Datos

España abandonó el puesto más alto entre los países con mayor inversión extranjera directa en la Argentina, tras haber alcanzado un pico de u$s 23.400 millones en el 2010.
Macri encabezará el foro “Invertir en la Argentina”. Busca ofrecer oportunidades de negocios que surgen del fenomenal déficit de infraestructura de los últimos años.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios