Vaca Muerta: ¿a quién le creemos?

Vencer la desconfianza

Juan Pedro Bisheimer Pablo Lumerman Javier Van Houtte (*)

En tiempos de internet y redes sociales la información abunda, ¿pero a quién le creemos? La clase política sufre el estigma de la corrupción; las empresas, de buscar maximizar sus ganancias a cualquier costo; la Justicia, el periodismo y parte de la academia, de vender su imparcialidad; mientras que otros en distintos sectores son acusados de buscar poner palos en la rueda de cualquier desarrollo por una posición ideológica o comodidad sectorial. El desarrollo de Vaca Muerta se inscribe en este contexto de desconfianza mutua generalizada. La conflictividad asociada a este tipo de actividades extractivas de gran escala ya ha comenzado a aumentar, aun cuando todavía se encuentra en estado piloto: el reclamo ambiental, las demandas de las comunidades mapuches de tierra y reconocimiento, la falta de regularización territorial en general, las grandes asimetrías entre los salarios en el sector del petróleo y otros sectores, la falta de infraestructura para albergar nuevos residentes (se espera que la población se duplique en diez años), conflictos culturales y lazos sociales débiles, los costos de vida asociados con el incremento de la demanda de bienes y servicios, las redes delictivas relacionadas con las drogas y la trata de personas, el destino de los recursos que la actividad genera y los decisores involucrados en la toma de decisiones. ¿Cómo abordar esta conflictividad sin legitimidad en la información o en los árbitros? Hasta ahora, la respuesta parece haber sido la contraposición de fuerzas, un proceso donde podemos encontrarnos con empates catastróficos o victorias pírricas que conducen a escenarios donde todos pierden. Salidas Distintas propuestas, teorías o paradigmas buscan afrontar estos desafíos. Es así como el Valor Compartido intenta redefinir el rol de la empresa en la agenda de desarrollo y en la manera de diseñar y abordar los negocios; la encíclica Laudato Si intenta humanizar el capitalismo, en palabras del papa Francisco, junto con aumentar la preocupación sobre el nivel de consumo y producción del mundo en general; los Principios de Empresas y Derechos Humanos son una respuesta consagrada por las Naciones Unidas a la forma en la que las empresas deben relacionarse con sus entornos de manera de no vulnerar ningún tipo de derecho (ni los más explícitos, ni los más implícitos), y así una serie de iniciativas que van surgiendo desde las partes que acuerdan, al menos, en que la situación actual, por distintas circunstancias, carece de la sustentabilidad necesaria para agrandar la torta y distribuirla con equidad. Por su parte, desde lo local el Grupo de Diálogo Neuquino nace de la preocupación compartida por esta situación, para promover la cultura del diálogo y pensar en mecanismos y procesos que contribuyan a la justicia social y la paz. Entendemos que poco se podrá avanzar en cualquier desarrollo (y mucho menos en uno de la envergadura de Vaca Muerta) basados en la confrontación y en la imposición de modelos de desarrollo. Se dispuso como mecanismo de encuentro ciudadano desde la diferencia, de construcción de conocimiento común, de bajar barreras, de construir confianzas, de intentar entender la postura del otro. ¿Con qué propósito? Pensar fórmulas que nos permitan contribuir a la prevención de conflictos destructivos, a la transformación de conflictos históricos, acaso a la construcción de escenarios de convergencia y sustentabilidad con inclusión. Ofrecer propuestas que surjan de acuerdos entre ciudadanos de diferentes sectores sociales y perspectivas políticas es una búsqueda de respuesta, no la única, a la desconfianza y la falta de legitimidad predominante. No se trata de tener la verdad, sino de encontrar el mecanismo para conciliar las verdades de cada uno para construir una alternativa viable. Ese, entendemos, es el gran desafío de Vaca Muerta. (*) Coordinación del Grupo de Diálogo

La actividad extractiva está asociada a la conflictividad. Cómo abordarla es uno de los principales desafíos de los próximos años.