Comerciantes del centro de Neuquén se sienten rehenes de las protestas

“Sos rehén de toda esta situación de las protestas. El negocio por fuera está todo golpeado y arruinado estéticamente, justamente por esto que pasa casi siempre. Por eso ya decidimos no poner más plata para arreglar porque si esto sigue así no da para más”, expresó Hernán Víctor Carranza, dueño de un kiosco ubicado en la esquina de La Rioja y Belgrano, una zona de reiteradas protestas y de enfrentamientos entre policía y manifestantes.

“Río Negro” recorrió las zonas donde generalmente se concentran las protestas. Aseguran que en esas jornadas bajan las ventas hasta un 50 por ciento. Si bien entienden las demandas, piden que se busquen otras formas de reclamar. También criticaron los daños materiales.

Carranza, que hace diez años está ahí, dijo que todos los días va a trabajar “con una incertidumbre” porque hay jornadas que “no sé qué va a pasar”.

Contó que hay días que no puede estacionar cerca “porque no sabés si tu coche lo van a romper”. Sostuvo que “no es que no apoye esta gente que reclama, pero yo vengo a trabajar todos los días porque tengo que pagar los impuestos, y hay otras maneras de protestar”.

Sobre la misma cuadra, a unos pocos metros se encuentra una casa de pastas. Marcela, su dueña, comentó que “cuando hay manifestación casi no se trabaja, porque no pasa nadie”. Opinó que hay “otras maneras de reclamar, sin romper y sin hacer tanto lío como hacen”.

Otro sitio que registró recientemente un enfrentamiento fue el sector frente al Hospital Castro Rendón. “Cuando hay paros o protestas esta cuadra se muere. Yo estoy a favor de que reclamen pero no de esa manera”, expresó Luisina Maneiro, encargada de una casa de comida sobre calle Alderete.

Andrea Anaya, encargada del jardín Castillito de Papel, dijo que las permanentes manifestaciones son una molestia para los papás. Indicó que nunca sufrieron daños los niños que asisten aunque son muy molestos “los ruidos que generan las protestas”.