La producción de lúpulo beneficiada por un mayor consumo de cerveza

Emprendimientos de pequeña escala comienzan a ocupar roles de importancia en la demanda, por ahora dominada por una firma industrial reconocida. Ya se beben 18,5 millones de hl/año.

“La actividad del lúpulo tiene futuro. Cada vez los argentinos estamos tomando más cerveza y no hay nada químico que reemplace su amargor, además de los atributos de aroma. Somos 40 millones y estamos consumiendo 18.5 millones de hectolitros”, graficó ayer Hernán Testa, ingeniero agrónomo y productor con 10 años de experiencia en la actividad en la Comarca Andina.

El lúpulo es una enredadera y sólo se cosecha la flor. En Argentina se produce en la zona de El Bolsón y en el Alto Valle de Río Negro, donde la cervecería Quilmes tiene 100 hectáreas. En el mundo existen 230 variedades, aunque aquí se plantan 10, de clase aromática.

Esta temporada la cosecha volvió a promediar las 240 toneladas (la producción nacional no llega a las 400 toneladas), sumando las 130 hectáreas de superficie plantada en 9 chacras de Camino de los Nogales, Mallín Ahogado y Lago Puelo, con un rinde promedio de 1750 kilos/ha de pellets. La mano de obra que genera ronda los 15.000 jornales (unos 60 puestos laborales genuinos).

El volumen de comercialización se ubicó en los 50 millones de pesos, aunque el precio mayorista lo fija el grupo Quilmes. “De hecho lo logra, pero nosotros tiramos de la cuerda y antes de que se corte cerramos un acuerdo con nuestro principal cliente”, precisó Testa.

Crece lo artesanal

En coincidencia, resaltó “al sector artesanal, que este año compró más del 10% de la producción regional de lúpulo, y cuya principal prioridad no es pagar menos, sino la calidad y el altísimo valor que le encuentra al lúpulo como materia prima en la elaboración de su producto”.

Sobre el potencial de las cervecerías de pequeña escala, en auge en todo el país, valoró que “se vende lúpulo a todas las provincias. Bariloche y Mar del Plata son las dos ciudades más cerveceras artesanales, incluso muy por encima de Córdoba, y en tercer lugar está La Plata”.

No obstante, reconoció que el sector “tiene consumos erráticos y está siempre innovando en recetas productivas: un año una cervecería pide 100 kilos de Cascade, pero al siguiente pide 20 porque consiguió un lúpulo importado o porque optó por otra variedad. Con todo, son muy exigentes en la calidad del producto, desde el packaging, a los análisis y al perfil aromático”.

Sobre las demandas actuales, Hernán Testa precisó que “son pocos productores (5) y atraviesan realidades diferentes. Hay una explotación que está con serios problemas financieros; otra que alcanzó un tamaño discreto de altísima eficiencia y otra que necesita ampliar porque quedó sobredimensionado su parque de maquinarias. Cuesta que se unan, ya que hay intereses diferentes. La pelea de precios con Quilmes es lo que siempre los juntó”.

En su rol de técnico del programa Cambio Rural (INTA), agregó que “también están pidiendo un poco más de ordenamiento laboral, ya que es distinto un jornal en Chubut que en Río Negro. Es una incongruencia que un jornalero del barrio Esperanza prefiera ir a trabajar a Lago Puelo (2 mil metros al sur) porque le pagan unos pesos más”.

Cosecha sobresaliente

A su criterio, “fue un año bueno, con una primavera fría pero con un verano excelente y una cosecha sobresaliente, inmejorable”.

Desde su óptica, “no se va a lograr nunca el autoabastecimiento, ya que Argentina está consumiendo mil toneladas de lúpulo anuales y jamás en la historia se produjo algo parecido; ni se hará, porque una hectárea vale 100 mil dólares y los números actuales así lo demuestran, aún cuando hay tierra suficiente en la Comarca Andina”, aseveró.

“Cuesta que los productores se unan, ya que hay intereses diferentes. La pelea de precios con Quilmes es lo que siempre los juntó”.

Hernán Testa, ingeniero agrónomo, con 10 años de experiencia en la actividad.

Datos del sector

Datos

“Cuesta que los productores se unan, ya que hay intereses diferentes. La pelea de precios con Quilmes es lo que siempre los juntó”.
240
toneladas es la producción anual de lúpulo en la Comarca Andina cultivadas en 130 hectáreas.
300 a 350
pesos es el valor del kilo de pellets al sector artesanal (una reconocida elaboradora industrial paga menos).

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