Los defensores, el eslabón débil de la nueva etapa

Los millonarios recursos que se asignaron a la puesta en marcha de la reforma procesal penal fueron destinados, sobre todo, para obras de infraestructura, capacitaciones y para reforzar la estructura del Ministerio Público Fiscal, que conduce la Procuradora Silvia Baquero Lazcano.

Justamente, la estrella de la reforma es el Ministerio Público Fiscal que asume nuevos roles y tendrá a su cargo las investigaciones. Para cumplir con esos desafíos, se designaron en el último tiempo fiscales, fiscales adjuntos, personal y equipamiento. Y en el caso de Bariloche hasta alquilaron un edificio propio para el Ministerio Público Fiscal por 148.430 pesos mensuales. Hubo que hubo acondicionar ese inmueble y las obras demandaron 4.774.678 pesos, según datos oficiales.

La otra cara de la moneda es el Ministerio Público de la Defensa, que dirige María Rita Custet Llambí. El inicio de la reforma procesal penal encuentra a los defensores oficiales con menos herramientas frente a la superestructura que tienen los fiscales.

Fuentes con conocimiento del tema explicaron ayer que se creó una estructura para el Ministerio Público de la Defensa, pero varios de los casilleros están vacíos. Es más, señalaron que en Bariloche arrancan con la misma estructura que hay desde hace bastante tiempo.

“Hablan de un equipo de defensores penales que no está. No designaron los defensores adjuntos ni más personal”, explicaron las fuentes. Tampoco cuentan con los sistemas informáticos que implementaron junto con la reforma.

En Bariloche hay sólo tres defensores oficiales y un defensor de ejecución penal. No tienen adjuntos y hasta el momento sólo hay 8 empleados para atender todos los requerimientos.

Fuentes judiciales recordaron ayer que la relación entre la Procuradora y Custet Llambí hace tiempo que no pasa por su menor momento.

Una relación desigual

ante los fiscales

Los tres defensores oficiales deberán lidiar en esta ciudad contra un equipo de dos fiscales de Cámara, siete agentes fiscales y dos fiscales adjuntos, y un plantel numeroso de empleados.

La situación es parecida en Viedma y Cipolletti. En la capital hay tres defensores oficiales y un defensor adjunto, mientras que en Cipolletti deberán atender todas las causas penales tres defensores y dos adjuntos.

Sólo la Segunda Circuncripción (Roca), está mejor. Tiene seis defensores oficiales y dos adjuntos. Pero el Ministerio Público Fiscal cuenta con 14 funcionarios, entre fiscales de Cámara, fiscales y adjuntos.

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