Uno de cada diez chicos nace antes de tiempo

El porcentaje es similar a los valores nacionales. Pero en la región, escasean los médicos neonatólogos.

Uno de cada diez chicos nace antes de tiempo

El área de Neonatología del hospital zonal Ramón Carrillo festejó la Semana del Prematuro este jueves, junto a los bebés y sus familias.

Unos 1.000 partos se registran en hospital público de Bariloche por año y un 10% resultan prematuros, es decir que el bebé nació antes de las 37 semanas de gestación.

Atendemos prematuros de entre 25 y 36 semanas. La evolución depende de cada paciente y de la edad gestacional. A menor edad gestacional, más complicada su situación clínica”, subrayó Fabiana Tenrreiro, la jefa de Neonatología del Hospital Zonal.

La médica que explicó que “los recién nacidos, de más de 32 semanas, suelen quedar internados un mes o dos a lo sumo, los bebés más chiquitos pueden estar hasta 5 meses. Las mamás viven prácticamente en el hospital, por eso el vínculo que se genera con las familias también es muy fuerte”.

En algunos casos, se desconocen los motivos respecto a los bebés prematuros, en otros, se puede prevenir identificando a tiempo los factores maternos que predisponen a la mujer a un parto prematuro. Por eso, los profesionales insisten en la importancia de los controles prenatales para favorecer que el bebé nazca lo más cerca posible de la fecha ideal establecida al comienzo del embarazo.

Tenrreiro destacó que en la provincia, son pocos los médicos neonatólogos. “Es una especialidad de riesgo, crítica, que la gente ya no elige. Y los que la eligen, no quieren venir a la Patagonia. Por eso, la mayoría de los médicos somos grandes”, expresó Tenrreiro.


El 5 de agosto pasado el equipo de Neonatología del hospital Francisco López Lima estaba listo. Sabían que la atención debía ser inmediata. Es que con 26 semanas de gestación y apenas 670 gramos, Ian lloró por primera vez y desde entonces su lucha es todo un hito en los pasillos de la internación de los recién nacidos: es el prematuro más chiquito que se recibió en la historia del sector.

Una incubadora con microclima –que oscila entre los 36,2º y los 36,5º- lo cobijó, y en ese momento inició su estadía en el hospital, que se extiende hasta estos días. Poco después de nacido llegó a los 430 gramos, pero aún así su fortaleza ganó. Ya alcanzó los 2,590 kg y está a un paso de recibir el alta médica.

Su historia es la de otros bebés que nacen antes de estar listos para la vida afuera del útero materno. Ganar peso y desarrollo es el desafío que enfrentan, un camino en el cual la familia cumple un rol primordial, pero también el equipo de profesionales que lo asisten.

Justamente para defender sus derechos, mañana comienza la Semana del Prematuro, que impulsa Unicef desde el 2010. Este año la campaña pondrá el acento en el derecho que tienen los bebés a recibir cuidados de enfermería de alta calidad, orientados a proteger su desarrollo y centrados en la familia.

En Roca, hay 16 enfermeros que se encargan de cubrir la atención en la terapia intensiva e intermedia día y noche. Hay una dupla por turno para brindarles la atención que requieren, desde el control de la temperatura, hasta el suministro de alimento, medicación, cambios de pañales, aspiraciones y masajes cardiopulmonares.

En paralelo, los profesionales realizan con frecuencia cursos de actualización sobre infecciones, reanimación cardiopulmonar (RCP) y lactancia.

“Tenemos un protocolo de intervención mínima, significa que no hay que tocarlo mucho. Cada tres o cuatro horas le hacemos el control”, describió Alicia Castillo (38), una enfermera apasionada por el trabajo que desempeña hace cinco años con los bebés. ¿Y si llora? “Les apoyamos nuestras manos en forma firme y se calman. También les armamos nidos, porque se tienen que sentir contenidos en todo momento”, amplió.

“A las mamás les angustia verlos así, con sondas, conectados a un respirador o cuando los pinchamos. Nosotros lo tomamos como algo que hacemos para garantizarles la vida, su bienestar. A veces les tenemos que hacer RCP continuamente, porque por sí solos hay bebés que no podrían salir adelante”, agregó Rosario González (29), enfermera de Carmen de Patagones, que llegó hace dos años al servicio y no duda al afirmar que “es el lugar más lindo en donde puedo trabajar”.

Un nexo

El trabajo de los enfermeros consiste también en establecer un vínculo con la familia, para ayudarlos a adquirir seguridad. “Cuando los bebés están inestables su mamá los toca en la incubadora y cambia muchísimo su estado. Le insistimos en que les hablen, porque ellos conocen su voz”. Les enseñan cómo cambiarlos, a pasarles la leche con jeringa y también a hacer la técnica de RCP. “La familia realiza el curso sí o sí antes de irse a la casa”, señalaron.

En el último tiempo se fortaleció también la promoción del vínculo con los papás. “Los hacemos practicar a ellos también el Copap (Contacto piel a piel) y los resultados se ven enseguida”, destacaron desde el equipo.

“Me encanta mi trabajo aunque todavía me influye. Hay casos en que me emociono, me involucro tanto. Hay que entender a la mamá que está dos o tres meses acá adentro y en muchos casos dejó a sus otros hijos afuera”, remarcó Alicia.

Muy emocionado, el enfermero Facundo Cheuquecoy (32), refirió a la recuperación de Ian. “Ver su evolución y la de muchos bebés que han estado, verlos crecer, mejorar día a día, seguir su evolución, es lo mejor de este trabajo. Y lo más difícil es ver sufrir a las familias, los miedos cuando llegan acá y no saben que hacer. Uno se involucra mucho, a veces hay historias muy duras, sobretodo cuando es gente que viene de lejos, del campo”, destacó el enfermero oriundo de Maquinchao.

La OMS indica que los niños prematuros no están totalmente preparados para la vida extrauterina. Pueden tener problemas para respirar y sufrir otras complicaciones, como infecciones.

En primera persona

Trabajar con el corazón

Semana de actividades

El jueves, la gran fiesta

Desde mañana habrá charlas y capacitaciones internas y el jueves a las 10 se vivirá una fiesta: juegos inflables y cosas ricas recibirán en el patio del hospital a los pacientes prematuros y sus familias para compartir una jornada de celebración. También asistirán profesionales de Adanil.

Datos

La OMS indica que los niños prematuros no están totalmente preparados para la vida extrauterina. Pueden tener problemas para respirar y sufrir otras complicaciones, como infecciones.
“Me llega mucho todo lo que les pasa. Estamos en todos los detalles, en cuidar hasta su piel. Los miramos todo el tiempo”.
Alicia Castillo (38), enfermera
“Verlos crecer es lo mejor de este trabajo. Lo más difícil es ver sufrir a las familias, los miedos cuando llegan acá”. Facundo Cheuquecoy (32), enfermero
“Es el lugar más lindo en donde puedo trabajar. Dan un pasito adelante y nos ponemos tan contentas como las madres”.
Rosario Gónzalez (29), enfermera

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