La mujer que lleva más de 60 años al frente de su negocio familiar

Sobrevivió a las crisis y a las modas. Y ella, ya jubilada, sigue disfrutando de hacer los pedidos y de atender a la gente, puntualmente, desde las 9:30.

“Mientras esté lucida y me mueva, a mi nadie me baja las persianas”. Pasaron más de 60 años desde el día en que abrió por primera vez las puertas de su negocio, pero el espíritu permanece intacto para Irene Manzur .

Nacida hace 90 años en Coquelén, una localidad rionegrina del departamento Pilcaniyeu, Irene pasó gran parte de su vida en Roca. Aquí se casó, nacieron sus hijos y también construyó junto a su marido, Jesús María Fernández, el local que hasta la actualidad sigue en pie en la Tucumán al 1477.

La semillería Fernández supo sobrevivir a más de una crisis económica; vio pasar modas y hasta fue multirubro en un momento. “Le tengo mucho cariño a este ramo. Ahora quiero poner el posnet porque es obligatorio”, dice.

Irene está emocionada. Estaban llegando sus familiares de distintos puntos del país y también del exterior para acompañarla hoy a las 11 cuando la Comisión de Estudios Históricos del municipio le entregue un reconocimiento por su trayectoria y por ser “persona emblemática de la ciudad”.

En un folio, guarda como reliquia el pedido de licencia comercial que tramitó el 6 de septiembre de 1956, para la venta de semillas, remedios para frutales, plantas y otros artículos relacionados a la jardinería. “Vivían en la otra cuadra, donde mi papá tenía la oficina. Era en ese tiempo director de Bosques del Ministerio de Agricultura de la provincia. Surgió la idea y sacaron un crédito para construir el negocio”, comentó su hija, Graciela Fernández.

La semillería es un emblema de la ciudad. “Abrimos cuando la calle Tucumán era de tierra y doble mano”, recordó Irene mientras con orgullo mostraba los productos que ofrece al público. “Esas flores artificiales son importadas, lo que vendo mucho son macetas y plantas”, agregó Irene, mientras también señalaba las estanterías que todavía permanecen en el local y que compró en la Colonia Penal al comenzar.

La comerciante se encarga de hacer los pedidos de productos a Buenos Aires y Córdoba. “Tengo algunos proveedores de hace 50 años. Ahora los hijos están a cargo de las marcas”, comentó entre risas.

En plena temporada -en primavera- su negocio se llena y ella lo disfruta. Si bien tiene una persona que la ayuda a la mañana y otra por la tarde, cada día a las 9:30 abre las puertas y se encarga de atender siempre que puede.

Rodeada de su familia: dos hijos, cinco nietos, ocho biznietos, además de sus amigos, vecinos y clientes, Irene recibirá hoy un merecido homenaje.

Día clave

“Hoy sigue acá sin necesidad. Es una mujer vital, que hace tai chi, camina y viaja, pero siempre nos dice que este negocio es su vida”

Graciela Fernández, la hija de la propietaria de Semillería Fernandez.

Datos

6
de setiembre de 1956, Irene abrió las puertas del comercio junto a su marido, que falleció en el ‘87.
“Hoy sigue acá sin necesidad. Es una mujer vital, que hace tai chi, camina y viaja, pero siempre nos dice que este negocio es su vida”

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