Santuario de gigantes

El Parque Nacional Los Alerces guarda uno de los bosques más antiguos y densos de esta conífera, con ejemplares aún en pie que ya eran adultos cuando nació Jesucristo.

Al sur de Cholila, y hasta las ciudades de Esquel y Trevelin, el Parque Nacional Los Alerces es epicentro de la Comarca de Los Andes. Un lahuán de 4.000 años y 70 metros de altura, lagos y ríos de un turquesa incomparable, la historia del molino y la cultura galesa, pinturas rupestres dejadas por los antiguos tehuelches y el Viejo Expreso Patagónico, entre otros atractivos, son motivos suficientes para una escapada a esta altura de año. Un aeropuerto con conectividad diaria a Buenos Aires, la Ruta Nacional 40 pavimentada hacia el sur y el norte del país, pasos fronterizos con Chile a pocos kilómetros y una infraestructura de servicios dedicados al turismo hacen que la región este preparada para colmar todas las expectativas. Hotelería y gastronomía para todos los niveles, casinos, actividades nocturnas en pubs y boliches, más alternativas de esparcimiento para chicos y grandes, como el centro de esquí La Hoya, completan la oferta. La marca galesa Trevelin, a 25 kilómetros de Esquel, debe su nombre a la lengua galesa que se conserva desde hace un siglo y medio: “Tre”: pueblo y “Velin”: molino. Y este significado refleja la actividad a la que se dedicaron y se dedican hasta hoy sus habitantes: ganadería y agricultura, además del turismo. Allá por 1885, un contingente de cincuenta familias galesas –llegadas desde la región costera de la provincia de Chubut– ocupó uno de los valles más pintorescos y fértiles de la zona cordillerana y continuó así con la premisa propuesta al abandonar su Gales natal en 1865: preservar sus tradiciones, su idioma y su religión. Sus descendientes pueden comprobar hoy que estos objetivos están plenamente alcanzados al observar en la comunidad –y aun en las generaciones más jóvenes– la práctica cotidiana del idioma, las costumbres y también su culto protestante. En coincidencia, el conjunto de estos rasgos culturales dejó en Trevelin una impronta que es claramente apreciable en la arquitectura de algunas viviendas, las antiguas capillas galesas y en actividades culturales como los encuentros de coros y el Eisteddfod, certamen anual de poetas que tradicionalmente el pueblo galés realiza hace varios siglos. Más allá de ofrecer un acceso directo al turismo de aventura y excursiones variadas, Trevelin es una de las localidades de la cordillera que además puede mostrar su rica historia y cultura de pioneros. Asimismo, la “Gesta galesa” reconoce episodios dignos de la mejor filmografía. Fue en este valle 16 de Octubre donde tuvo lugar uno de los hechos determinantes para la solución de los diferendos limítrofes con Chile: el plebiscito de 1902, realizado en la escuela 18 de río Corintos, donde los pobladores –en su mayoría galeses– optaron ante representantes de ambos países y de la corona Británica porque el territorio en que habitaban perteneciera a la nación argentina. De igual modo, el té galés es un tesoro conservado en Chubut y que se puede disfrutar cada tarde en casas de Trevelin y Esquel, al punto de formar parte de un itinerario obligado para quienes visitan esta zona. La famosa torta negra, scones, pan casero, tartas y tortas, manteca, queso y mermeladas caseras forman parte de la mesa que quedará por siempre en el recuerdo familiar. EL PARQUE Protege 263.000 hectáreas en la región cordillerana del Chubut sobre el límite internacional con la República de Chile. El objetivo fundamental de su origen fue cuidar los bosques de alerce o lahuán, uno de los árboles más longevos del planeta que caracteriza la flora andino-patagónica, además de resguardar varias especies amenazadas, como el huemul. Sin embargo, esta área protegida, creada en 1937, fue modificada sustancialmente por la construcción de la represa Futaleufú, en la década del 70. Esta obra de ingeniería hidroeléctrica –que provee de energía a la empresa de aluminio Aluar– terminó con 8.200 hectáreas de ambientes naturales. También provocó el anegamiento de los lagos Situación, Uno, Dos y Tres, convirtiéndolos en un gigante espejo de agua bautizado con el nombre araucano de Amutui Quimei, que significa belleza perdida. Junto con los lagos, desaparecieron los rápidos que los conectaban, los bosques costeros y las playas naturales. Con todo, el Parque Nacional Los Alerces conforma un complejo sistema lacustre –que nace en Cholila y desagua en el Pacífico– entre los que se distinguen los lagos Menéndez, Rivadavia, Futalaufquen y Krüger, además del río Frey, que vierte en la represa. En la unión del lago Futalaufquen con el pequeño espejo del lago Verde se encuentra el río Arrayanes, con transparentes aguas verde azuladas que corren en un curso de tres kilómetros de largo y 50 metros de ancho. En las orillas crecen árboles y arbustos frondosos, entre los que se distingue el arrayán, con delicadas flores blancas y retorcidos troncos color canela.Precisamente, el lago Verde posee simetría en su forma, es tan largo como ancho y tiene dos kilómetros cuadrados de superficie. Un profuso bosque de coihues se levanta en la ladera norte, a 500 metros de altura. En cambio, el sector occidental, menos elevado, permite el acceso al lago Menéndez. Este rincón del Parque Nacional ofrece vistas del cerro Torrecillas y la cascada El Cisne, regalando uno de los mejores paisajes de este entorno. ÁRBOL SAGRADO Profusas lluvias anuales convierten a esta región en una de los bosques andino-patagónicos más ricos en vegetación: la selva valdiviana. En este ambiente, se distingue el alerce o lahuán, una gigantesca conífera que a inicios del siglo XX estuvo a punto de desaparecer por la explotación descontrolada. El área tiene el privilegio de poseer una de las formaciones boscosas más antiguas y densas de esta especie ancestral, todavía considerada sagrada por las poblaciones indígenas. A los costados del lago Menéndez, los majestuosos ejemplares poseen una edad estimada de 4.000 años y alcanzan 70 metros de altura y tres de diámetro. Hacia el este, la transición con la estepa marca bosques menos frondosos donde crecen el maitén y el ciprés cordillerano. También los radales, arrayanes, ñires, lengas y maquis cubren las montañas y conforman un paisaje de increíble belleza matizado por ríos y lagos. Caminar por debajo de los árboles también permite conocer las aves nativas, como el chucao, el carpintero negro patagónico, el pitío, el caburé, la cotorra austral y el zorzal patagónico. Asimismo, este parque nacional es refugio de muchas especies en peligro como el pudú, la paloma araucana, el gato huiña, el huillín y principalmente el huemul. Este ciervo natural de la Patagonia puede dejarse ver en el cerro Riscoso, declarado zona crítica para la conservación de la especie. En tanto, en el acceso a la villa Futalaufquen se observan aleros donde los pueblos originarios realizaron pinturas rupestres que datan de 3.000 años. Hay motivos geométricos, laberintos y figuras humanas esquemáticas. LA TROCHITA Este tren turístico único en el mundo cumple en la zona el recorrido desde la estación Esquel hasta el paraje Nahuel Pan, donde vive una comunidad mapuche que ofrece sus artesanías a los excursionistas. La duración del circuito de 36 kilómetros es de medio día. Para los fanáticos, el viaje en el popular Viejo Expreso Patagónico es un regreso a principios del siglo XX, ya que sus locomotoras, vagones y la misma estructura del ramal de trocha angosta, lo convierten en un verdadero museo andante. Como valor agregado, el paisaje de estepa y el vapor que surge de las calderas para disiparse en el cielo andino ponen su lado romántico al viaje. Más info: Turismo Esquel: www.facebook.com/TurismoEsquel; www.esquel.gov,ar. Turismo Trevelin: turismo@trevelin.gob.ar / secretturismoyambientetrevelin@gmail.com turismotrevelin@gmail.com

El parque contiene la porción de selva valdiviana de mayores dimensiones en el suelo argentino.

Trevelin: molino harinero de la familia Evans transformado en museo

Varias excursiones lacustres pueden hacerse durante todo el año.

El Viejo Expreso Patagónico, La Trochita, es otro de los atractivos ineludibles de la comarca de los Andes.

Navegar en kayak permite un contacto con la naturaleza mucho más directo.

En el otoño el paisaje se transforma sin perder majestuosidad.

Las suaves ondulaciones de las tierras que rodean Trevelin conforman uno de los valles más fértiles de la zona cordillerana.

Chubut


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