Paró la lluvia pero en Colonia Juliá y Echarren siguen bajo agua

Suspendieron las clases en varios establecimientos educativos para el día de hoy. Evalúan los pasos a seguir mientras esperan que el líquido escurra.

En Río Colorado y Colonia Juliá y Echarren los vecinos todavía padecen los efectos que dejó la gran cantidad de agua caída durante el temporal del viernes pasado.

Los que más sufren esta situación son los habitantes del barrio Esperanza. El lugar está ubicado en Colonia Juliá y Echarren, y es un barrio humilde en donde la mayoría de sus moradores son trabajadores rurales.

Los vecinos de Esperanza llevan tres días en permanente vigilia cuidando sus pertenencias, mientras aguardan que el agua comience a ceder terreno y salga del interior de las viviendas. En algunas casas el nivel del líquido supera los 30 centímetros y es poco lo que se puede hacer más que esperar a que la situación se acomode por sí sola.

El barrio tiene un asentamiento de unas 35 familias, unos 150 habitantes entre mayores, jóvenes y niños. Está ubicado a unos 20 kilómetros del sector céntrico de la ciudad de Río Colorado, en la zona frutícola.

Desde el mismo viernes, momento en que se desató el temporal de lluvia que descargó 150 milímetros en unas pocas horas, la zona quedó totalmente anegada.

“Río Negro” recorrió la zona afectada durante un par de horas, acompañado por Juan Pérez y Gastón Sáez, ambos integrantes de la Junta vecinal del barrio, y el vecino Luis Peña.

A primera vista se podía detectar el daño que hizo el agua, que en el interior de algunas viviendas tenía una elevación de entre 30 y 70 centímetros.

El barrio no cuenta con una red de agua potable y por estos días, por el riesgo que representa la inundación, tampoco tienen energía eléctrica.

“El viernes a las 3 de la tarde el agua llegaba hasta las entradas de las casas y cerca de las 5 todos quedamos tapados por agua. Muchos no alcanzamos a sacar los muebles y se perdieron”, señaló Gustavo.

Una de las preocupaciones principales que hoy tienen los vecinos es la salud de las personas mayores y los niños, debido que todos los pozos ciegos colapsaron y están conviviendo permanentemente con aguas servidas.

Sólo unas pocas familias pudieron cerrar con candados las puertas y abandonar provisoriamente el barrio para instalarse en casas de familiares, pero el resto come y duerme como puede, rodeados por el agua que tardará varios días en desagotar por completo el lugar.

Como suele suceder en estos casos, la desgracia por la que atraviesan los habitantes de Esperanza se transformó en una causa común y sacó a la luz la fortaleza anímica y la solidaridad.

Durante la recorrida que realizó “Río Negro” se pudo ver a mujeres y hombres de todas las edades con palas en mano, llenando bolsas con arena para colocarlas en los ingresos de los domicilios y para hacer terraplenes en los precarios canales de desagües que pasan frente a las viviendas.

El responsable de la junta vecinal señaló: “Estamos cansados de reclamar a todos los gobiernos de turno y nadie nos escucha, tenemos dos desagües que pueden sacar agua pero llevan como 12 años sin mantenimiento y ya hay árboles que nacieron dentro de los canales”.

“Esto es un desastre, perdí casi todo lo que con mucho sacrificio pude comprar, la heladera, la cama, el lavarropas y vamos a ver cómo va a quedar la casa”, dijo uno de los vecinos inundados que tomaba mate junto a su pareja y una criatura de meses.

“Acá nos cuidamos entre nosotros, fuimos por las casas y cortamos la luz y pusimos a resguardo los muebles que pudimos, otros se echaron a perder”, se lamentó Juan Pérez.

“Años trabajando en las chacras para hacer un manguito y hacerme este rancho o comprarme algún mueble y de repente todo se te llena de agua y lo perdés todo”, dijo entre lágrimas Ramón.

“Tenemos que dar gracias a Dios que no se nos ahogó ninguno de nuestros hijos o que quedara pegado en alguna pared electrificada”, comentó con una visión más optimista el vecino Luis.

Escuelas sin clases

Luego de una recorrida realizada por integrantes del Consejo Escolar de Río Colorado se resolvió que hoy lunes no habrá clases en el Jardín 73, las escuelas primarias 46, 189 y 212, la rural N° 176 de Pichi Mahuida y en el CEM Nº 3 en todos los turnos.

“Tenemos que dar gracias a Dios que no se nos ahogó ninguno de nuestros hijos o que quedara pegado en alguna pared electrificada”.

Luis, uno de los vecinos de Esperanza, buscando el lado positivo de la situación

Afectados

“Acá nos cuidamos entre nosotros, fuimos por las casas y cortamos la luz y pusimos a resguardo los muebles que pudimos”.

Se lamentó ayer Juan Pérez, otro de los vecinos del barrio afectado por el agua.

Datos

“Tenemos que dar gracias a Dios que no se nos ahogó ninguno de nuestros hijos o que quedara pegado en alguna pared electrificada”.
150
habitantes hay actualmente en el barrio Esperanza, uno de los más afectados tras el temporal de lluvia del viernes pasado.
“Acá nos cuidamos entre nosotros, fuimos por las casas y cortamos la luz y pusimos a resguardo los muebles que pudimos”.

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